viernes, 23 de diciembre de 2011

POR UNA ESCUELA PUBLICA, LAICA Y DE CALIDAD

 


Escuela Moderna, Ferrer i Guardia



Introducción. La apuesta por una Escuela Pública, de calidad y Laica es consustancial con la implantación de un Estado verdaderamente aconfesional, y con la búsqueda de una sociedad plural y democrática, compuesta por ciudadanos libres, responsables y críticos, que conviven en armonía y en paz. Este fue, en síntesis, el objetivo que los cristianos de base de Madrid nos marcamos en la última Asamblea de 2009.
En estos momentos de profunda crisis económica, esa defensa de la Escuela Pública, Laica y de Calidad está en la calle, debido a los ataques de las políticas ultraliberales que imponen graves recortes en los presupuestos educativos y a la defensa numantina que la Iglesia Católica continua manteniendo respecto a sus privilegios en materia educativa.
Convencidos de que la finalidad de la Escuela no es solamente transmitir conocimientos, sino propiciar la formación plena del alumno como individuo y como ciudadano, (desarrollo de su personalidad, su moral y sus valores éticos), proponemos una reflexión sobre cómo se puedan garantizar mejor esos objetivos para todos los niños y jóvenes, sin excepción. Y lo hacemos, recalcando la óptica que más nos corresponde, la de la laicidad del Estado y de la Escuela. Pues sabemos que en nuestro país, ni el Estado es todo lo aconfesional que debiera, ni la educación en los centros públicos, todo lo laica que convendría.
Pensando en articular un texto que realmente sirva a todos para reflexionar, hemos recurrido al ya habitual método de VER, JUZGAR y ACTUAR, que tan buenos resultados ha dado a lo largo de nuestra historia. Así pues, esa va a ser la estructura de este documento:
VER
1.- El acceso a la educación es hoy un derecho básico de todos los ciudadanos, consagrado en la Constitución de 1978 (art.27) y en la Declaración Universal de los DDHH (art. 26). Este derecho tiene que ser garantizado para todos los niños y niñas por el Estado, a quien compete velar para que se cumpla estrictamente.
Sin embargo, la situación que tenemos en nuestro país es bien distinta: el Estado ha ido dejando buena parte de la educación en manos privadas. Ha preferido hacer dejación de sus responsabilidades y ceder estas a la iniciativa privada, especialmente a la Iglesia Católica y sus congregaciones religiosas, propietarias de buena parte de los colegios. Hoy se estima que el sector privado controla más de un tercio de todos los centros educativos. Los sucesivos gobiernos de PP y PSOE se han limitado a detraer sustanciales cantidades de los presupuestos públicos para subvencionar estos colegios, sin exigir con la firmeza necesaria que se cumplan los escasos requisitos a que la ley obliga, mermando cada vez más, de esta forma, los recursos destinados a la enseñanza pública.
2.- La privatización de la escuela tiene el respaldo político de las mayorías parlamentarias del PSOE y PP. De ahí el dicho: ‘el PP privatiza, el PSOE autoriza’. Y se apoya en un principio ideológico neoliberal que reclama el “derecho absoluto de los padres a elegir el centro educativo que más convenga a sus intereses”.
Este planteamiento ha sido históricamente utilizado por la Iglesia Católica que siempre ha disputado al Estado el protagonismo en la Educación. Aunque viene de antiguo, fue ratificado por el Vaticano II, al afirmar: Es preciso que los padres tengan absoluta libertad en la elección de las escuelas. El poder público…. debe procurar distribuir las ayudas públicas de forma que los padres puedan escoger según su conciencia las escuelas para sus hijos” (Declaración Gravissimum Educationis). Y, más recientemente enarbolado por Mons. Rouco Varela: “El derecho a recibir formación religiosa en la escuela es primario e intocable, es anterior al Estado. Y no se puede recortar ni en la escuela pública ni en la concertada. La asignatura de Religión sigue sin tener el estatuto que le corresponde conforme a los acuerdos con la Santa Sede y el deseo de los padres.
Fruto de esa línea de presión y de los cuarenta años de Nacionalcatolicismo, la Iglesia Católica consiguió en 1978 (aprobados a principios de 1979) arrancar unos Acuerdos con el Estado que le otorgan privilegios tales que, a juicio de muchos juristas, contradicen varios principios constitucionales y violan el carácter aconfesional del Estado, también en materia educativa.
3.- Asociada a esa tendencia privatizadora, pueden detectarse las siguientes situaciones:
A) Una doble red de Centros públicos y privados, con muy diferentes políticas educativas: las estadísticas de escolarización demuestran que los alumnos con necesidades especiales o hijos de  inmigrantes son asumidos  por los centros públicos en un 90% de los casos.
B) Gestión empresarial de los centros. Los centros privados funcionan como empresas en el sentido de que los resultados económicos se sitúan en un primer nivel de interés, en detrimento del objetivo de la educación y el desarrollo de los alumnos
C) Qué y cómo se ha de enseñar viene determinado por instancias externas a la comunidad educativa y supeditada a los intereses de los sectores económicos y del mercado.
D) Se intensifica la degradación de la imagen del profesorado y los centros públicos.
E) Desmantelamiento progresivo de la Formación Profesional Pública.
F) La subcontratación-externalización de servicios. El transporte escolar, la limpieza, las aulas matinales, los comedores escolares, las actividades extraescolares, los servicios técnicos informáticos, e incluso las horas de refuerzo en horario vespertino se van cediendo sistemáticamente a empresas privadas externas.
G) La continua política de las Administraciones Públicas de ceder o regalar suelo y edificios públicos para que construyan sus colegios empresas privadas.
4.- A la cabeza de la tendencia privatizadora , se encuentra la Comunidad de Madrid con un 49% de Centros Privados (7 puntos más que en 2000), frente a un 51% de centros Públicos, que han disminuido a lo largo de la década en la misma proporción. Más de 2/3 de estos centros de titularidad privada mantienen conciertos con el Estado. Si tenemos en cuenta que el gasto público en Educación creció entre 2001 y 2011 algo más de 22 mil millones de Euros, es fácil deducir a qué manos han ido a parar la mayor parte de esas inversiones públicas y cuál es el peso del móvil económico entre los defensores de la privatización.
JUZGAR
A.- Al considerar la educación como un derecho fundamental de todos los ciudadanos/as, procede afirmar que únicamente el Estado puede garantizar de forma universal e igualitaria el ejercicio efectivo de ese derecho, es decir, una Escuela Pública de calidad para a todos. No es, por tanto, al sector privado al que le corresponde la tarea de la enseñanza, a no ser de forma subsidiaria. Y, por tanto, tampoco le corresponde a la Iglesia Católica la posición dominante que hoy ocupa, menos aún en una sociedad constitucionalmente laica, en la que las iglesias deben tener el mismo rango que cualquier otra entidad asociativa civil.
B.- Los rasgos que caracterizan a la Escuela en la que creemos, deberían ser los siguientes: pública, laica y de calidad; basada en el conocimiento científico y no en ideologías o creencias religiosas, por tanto, crítica y no dogmática. A sus alumnos se les ha de educar como a seres pensantes, es decir, buscando el por qué y el para qué de las “cosas”. En la escuela laica no cabe ninguna enseñanza de Religión ni del Hecho Religioso como asignatura curricular, sino como contenido transversal, así como tampoco cabe adoctrinamiento alguno y por lo tanto, no deberían exhibirse símbolos de ideologías o creencias religiosas.
Esta forma de concebir la Escuela Pública, de Calidad y Laica posee otros rasgos que consideramos esenciales. Debe ser
Gratuita: es decir, totalmente subvencionada por el Estado, con profesorado seleccionado por un proceso abierto, público y transparente, lo que garantiza su preparación.
Democrática: La Escuela laica es necesariamente democrática y dialogante. El aula, un lugar de debate. Impartirá una pedagogía participativa y respetuosa con la opinión de todos.

Participativa: La dinámica de la escuela y el reglamento interior se establecerá entre toda la comunidad educativa: docentes, no docentes, alumnos, madres y padres, representantes de la Administración implicados en la Escuela como el Ayuntamiento, instituciones del barrio, etc.

Integradora: La Escuela Pública, de Calidad y Laica es integradora porque en ella caben y conviven niños y niñas (coeducativa) con distinto nivel económico, con diferentes capacidades intelectuales y motóricas, de distintas culturas y etnias. Solo así llegaremos a una sociedad intercultural y fraterna donde se asienten los primeros brotes de solidaridad.

Igualitaria: Para que la Escuela Pública y Laica sea democrática ha de dar igualdad de oportunidades al alumnado ofreciendo unos mismos contenidos en todos los grupos o unidades por curso o nivel, e intentando reforzar desde abajo, por medio de los desdoblamientos y demás recursos pedagógicos necesarios, es decir, tendiendo la mano a los más débiles. Aquí reside la calidad democrática de la enseñanza.

Creativa y crítica: La Escuela Pública y Laica debe huir de modelos impuestos o preestablecidos, debe trabajar para implementar metodologías innovadoras que favorezcan el desarrollo integral del alumnado. Se debe partir de los verdaderos intereses de los niños y niñas, de sus búsquedas, de sus interrogantes.
Esta Escuela Pública, de Calidad y Laica fomenta la igualdad, el respeto mutuo, los derechos de la infancia, la paridad entre los géneros, la búsqueda de la verdad, la construcción de ideas en diálogo con los otros, el respeto al diferente....Esta concepción de la educación es un proceso formativo que no deberá terminar nunca porque nunca muere la curiosidad.
C.- No es admisible el afán de lucro del sector privado, que ve en la ampliación del negocio de la Enseñanza una buena tajada con la que poder llenar aun más sus arcas. ¿Por qué, por ejemplo, hay Escuelas Infantiles de la red pública de Madrid, que están siendo gestionadas desde hace tiempo por empresas del grupo de Florentino Pérez? Y si esto se puede hacer, ¿por qué no ampliar la experiencia, gestionando las escuelas de Secundaria y las Universidades?
La crisis actual esta siendo aprovechada para potenciar esa lógica mercantilista. Si, con los recortes supuestamente “exigidos por la crisis” se provoca un deterioro y desprestigio de los Centros Públicos, las familias que puedan pagar llevarán a sus hijos a la privada, concertada o no, llenando más y más los bolsillos del negocio empresarial, y reduciendo progresivamente la Escuela Pública a un servicio “para los más pobres”.
D.- En una sociedad democrática, tampoco son admisibles las razones ideológicas que nos llevarían a una involución, política y cultural. Por ese camino se avanza hacia una sociedad confesional, culturalmente uniforme y, por tanto, totalitaria; es decir, volveríamos a los tiempos dorados del Nacionalcatolicismo. No olvidemos que la privada y la concertada están, en un porcentaje altísimo en manos de congregaciones religiosas que tienen un ideario de centro y para las que el objetivo fundamental es formar “en la fe” de esa Iglesia tradicional, ampliar la capacidad de influencia de la Iglesia Católica, etc., al tiempo que hacen su negocio.
ACTUAR
Frente a esa ofensiva privatizadora y confesional, es preciso afirmar con fuerza que hay alternativas, que es posible construir un sistema educativo liberador, que dé oportunidades a todos. Con ese horizonte de fondo, el movimiento popular por la Escuela Pública ofrece un programa de reivindicaciones que convocan al compromiso y a la acción. Entre otras,
1. Retirada de todas las medidas que recortan la Enseñanza Pública. y aumento del porcentaje del PIB destinado a enseñanza.
2. La Escuela Pública y Laica, como eje fundamental del sistema educativo. Eliminación de los Conciertos educativos con centros privados. Posibilidad de incluir los concertados que lo deseen en la red pública.
3. Eliminación de toda desgravación fiscal para los usuarios de la enseñanza privada.
4. Reforma de las leyes educativas que limitan o condicionan los principios de una enseñanza pública, gratuita, laica, coeducativa y democrática, orientada a formar personas libres y críticas.
5. Eliminación del Concordato: la Religión fuera de la escuela.
6. Eliminación de la precariedad del profesorado y aumento de plantillas de apoyo y atención a la diversidad.
7. Mejorar la ratio profesor/alumno.
8. Democratización de los centros y del sistema educativo, de modo que se garantice la participación de toda la comunidad educativa.
9. Gratuidad de libros de texto, comedores, actividades extraescolares…. etc., que serán de gestión pública directa. Eliminación de todo tipo de contratas privadas.
A trabajar por ese programa nos sentimos invitados los Cristianos de base de Madrid, sabedores de que el reto pasa por consolidar un amplio movimiento ciudadano, popular, junto a las organizaciones políticas, sindicales y sociales que comparten esencialmente este diagnóstico y estas propuestas.
INTERROGANTES PARA EL DEBATE:
A pesar lo dicho, somos conscientes de que entre nosotros hay pluralidad de puntos de vista, y que esa diversidad puede ayudar sustancialmente a tomar conciencia colectiva de la situación y a perfilar de modo más matizado algunas de las cuestiones aquí presentadas. Por ello planteamos, de modo expreso, algunos interrogantes para la reflexión en el seno de las comunidades:
I.- ¿Estamos convencidos de que la Escuela Pública es la única que puede garantizar la igualdad en el acceso a la educación para todos los niños y niñas, independientemente de su origen y situación socioeconómica, o sus capacidades, etc.?
II.- ¿Qué valor le damos al principio: “Derecho absoluto de los padres a elegir el centro educativo de su preferencia” y la obligación de “financiación pública de los mismos”. ¿Entendemos que hay base teórica y jurídica suficiente para esta afirmación? Más aún, ¿se puede hablar en democracia de ‘derechos individuales absolutos’, más allá del derecho a la vida y a la propia integridad?
III- ¿Debe seguir impartiéndose en la Escuela Pública algún tipo de formación religiosa, dentro del horario lectivo?
IV.- ¿Debemos ser respetuosos con la presencia de imágenes religiosas en las Aulas u otras dependencias de los centros educativos? ¿Y el vestuario de inequívoco carácter religioso?
V.- ¿Es razonable que en determinados Centros educativos, incluida la Universidad Pública, subsistan todavía hoy espacios dedicados al culto (capillas, oratorios)?
VI.- ¿Compartimos la demanda cada vez más extendida de pedir la derogación de los “Acuerdos con la Santa Sede de 1976 y 1979” y de la “Ley Orgánica de Libertad de Religiosa” de 1980, textos jurídicos que sostienen el actual orden de confesionalidad encubierta en España?
VII.- ¿Somos coherentes con nuestros postulados cuando, compartiendo los objetivos de la Escuela Pública y Laica, llevamos a nuestros hijos a Centros privados, concertados o no?
VIII- De no ser así, urge preguntarse también si organizamos en el seno de nuestras comunidades las adecuadas catequesis para ofrecer a nuestros hijos la formación en la fe que no esperamos de la Escuela
IX.- Como entre nosotros pueden existir compañeros-as que trabajan como profesores de religión, cabe plantear ¿cómo viven y cómo compartimos con ellos la posible contradicción entre su trabajo, como medio indispensable de subsistencia, y la opción por una Escuela ideológicamente neutral?
Todos estos interrogantes se orientan a suscitar la reflexión sobre un objetivo que la Comisión de Laicidad de IB-Madrid considera en estos momentos de primordial importancia. Pues las acometidas del neoliberalismo imperante y la tradicional beligerancia de los sectores más reaccionarios de la Iglesia Católica, hoy dominantes, empujan descaradamente hacia una sociedad cada vez más desigual, más despiadada y más represora de la libertad de conciencia. Y los cristianos no podemos olvidar que la igualdad fraternal, la libertad y la solidaridad radical entre todos, especialmente con quienes más sufren, son valores que pertenecen a la esencia del evangelio de Jesús.
Para avanzar hacia esa igualdad y solidaridad social hoy es preciso, entre otros compromisos, ser muy firmes en la defensa de la Escuela Pública y Laica.
Madrid, Noviembre de 2011
COMISION DE LAICIDAD
CRISTIANOS DE BASE DE MADRID

lunes, 12 de diciembre de 2011

La indignación toma las plazas

 

PLAZA INDIGNADA
08-12-2011

El 15M como manifestación de revolución ética

Joel Serafín Almenara

Rebelión

Siempre se ha dicho que el ser humano es capaz de lo mejor y lo peor. Y es cierto. En todos los rincones del planeta han surgido pueblos con culturas variopintas. Muchas de ellas en constante interacción con otras a su vez. Desde entonces, se ha ido dibujando el escenario que reconocemos en la actualidad con toda su belleza y miserias, generando constantes conflictos y dando lugar a las más bellas manifestaciones en pro de la humanidad.

Decía que es capaz de lo mejor, porque hemos creado en un continuo crecimiento de nuestro acervo cultural una riqueza cultural tal, que basta con nombrar solamente el desarrollo que ha alcanzado la tecnología en nuestro tiempo para darnos cuenta de dicha afirmación.

El control de los recursos ha sido una constante desde los orígenes de las primera civilizaciones y mucho antes. De ellos dependemos para cubrir nuestras necesidades más básicas. En un principio, el hombre primitivo vivía en completa armonía y simbiosis con la naturaleza. Era uno más, y por lo tanto, sometido inclusive al miedo y al terror. Desde entonces las cosas han cambiado mucho, el hombre ya no siente miedo, sólo él está por encima de todas las demás especies. En nuestro vano intento de controlar la naturaleza nos hemos topado con procesos climáticos en la actualidad que hacen pensar que no sólo no controlamos la naturaleza, sino que esta misma se nos revela cambiante y hasta amenazadora, poniendo en peligro los mismos recursos con los cuales nos proveemos para cubrir nuestras carestías más básicas.

En este punto, es cuando hay que hacerse una pregunta: ¿Ha caminado a la par desarrollo tecnológico como exponente más valioso de nuestra cultura ahora global y conciencia?, y también, ¿Deben ir de la mano?

En mi opinión, el hombre actual disfruta de un alto nivel de vida, pero de un bajo nivel de conciencia y ética. Esto se manifiesta de manera clara en que sólo un porcentaje mínimo de esa población disfruta de tales prebendas. Pero peor aún es saber que es insostenible si el resto, la mayoría, aglutinara recursos como nosotros. Harían falta varios mundos para satisfacer nuestras necesidades de la manera que estamos acostumbrados a consumir los recursos que nos brinda nuestro ecosistema.

En nuestro intento de controlar los recursos y detrás de esta máxima vital, el humano ha construido todo un código de conductas, hábitos y códigos morales. Hemos sido capaces casi sin pensarlo, por propia inercia, esconder este hecho con la grotesca creación de diversas instituciones: cuerpos teóricos, ideologías, religiones, Estados, etc. Al fin y al cabo, y a modo de ejemplo, el fervor religioso y las guerras creadas por él no han venido sino a representar de la manera más vulgar el control de más espacio y más recursos. Y como no, las mentes como mismo recurso y fuerza legitimadora para justificar los fines de sus élites de poder. Los Estados, más de los mismo, cambia la formalización burocrática, más refinada, que ejerce un mayor control sobre el ciudadano. Así mismo, hoy día es natural ver la existencia y relación de diversas instituciones legitimadas por el paso del tiempo, como son Estado e iglesia. Repito, ¡Tenemos un déficit de conciencia y ética! ¿Qué da legitimación a una institución como la iglesia? La respuesta podríamos encontrarla en el estudio y comprensión del origen de las desigualdades. En algún momento del desarrollo histórico de la humanidad e influenciado directamente por el temor y desconocimiento del medio natural por parte del hombre primitivo, éste, se ve obligado a enajenarse voluntariamente viendo el poder de la naturaleza, ésta, en un chasquido de dedos podía arrebatarte la vida. Se da cuenta que el sol y distintos fenómenos meteorológicos los cuales no alcanza a comprender todavía derivan en el decurso de sus vidas. Por ello no es casual que las primeras culturas, inconexas muchas de ellas, idolatraran al mismo tiempo al sol, a animales, etc. Esto, el paso del tiempo y el hecho del surgimiento de las primeras civilizaciones, donde se pasa de bandas, tribus y pequeños pueblos a vidas más sedentarias, más organizadas y de mayor número. En este tipo de sociedades surgen nuevos retos y compromisos. En silencio, todos los ciudadanos firman los que Hobbes denominó contrato social, fue el comienzo de la renuncia de la libertad por la seguridad; comienza a gran escala la coerción estatal. En este momento las desigualdades sociales también han evolucionado. La acumulación de riqueza y la pertenencia a diferentes clase sociales se ha agudizado. La religión y sus élites también se desarrollan y para legitimarse adoptan todo tipo de manifestaciones y ritos litúrgicos muy solemnes y aparatosos. Escriben y adoctrinan moral e ideológicamente al vulgo, ignorante y despojado de otros discursos, de un débil desarrollo de la expansión del conocimiento. Nadie se aventura a discutir a esos grandes señores, porque sólo ellos, aunque siendo igual que nosotros, tienen la cualidad de comunicarse con los mismos dioses. Y a estas alturas, dioses creados por nosotros mismos, no revelados. De esto último, nada sabemos, estamos a oscuras y es muy posible que nunca lo sepamos. Nos queda muy grande, debemos ser más humildes. Sólo la física actual nos puede dar algunas respuestas pero ni de cerca se acercan a lo que pretendemos al dar explicaciones simplistas por parte de las religiones. Demócrito, hace ya más de 2.500 años, había visto y contemplado esto mismo en el origen y causas de las religiones: la superstición ante los prodigios impresionantes de la naturaleza. Sería más fácil aceptar la fábula popular sobre los dioses que ser esclavo de la fatalidad de los fisiólogos. Porque aquélla suscribe una esperanza de absolución mediante el culto a los dioses, pero ésta nos presenta un destino inflexible.

La avaricia está presente y bien arraigada en todos nosotros. Lleva aquí desde tiempos inmemorables y en su desarrollo con el paso del tiempo a alcanzado cotas que debería escandalizarnos.

Esta apareció en los inicios del ser humano, en los clanes, tribus y culturas chamánicas. El hombre primitivo se daba cuenta de que tener una simple piel con la que cubrirse mejor que la de sus congéneres, un mejor conocimiento del medio o una mejor arma podían conferirle poder sobre los otros. Así comienza el origen de las desigualdades sociales. Aceptadas cognitivamente por todos nosotros.

Esto último resulta interesante resaltarlo para saber y reconocer que el ser humano es un ser social pero también egoísta. Esto es algo que sabemos todos. Pero también es cierto que hemos alcanzado un nivel de conciencia mayor que antes potenciado por la cultura y la necesidad indisoluble de acercamiento entre seres humanos, el acercamiento al otro, al desconocido. Y que una vez conocido no nos infunde tanto temor y recelo como creíamos o más bien nos han inducido a pensar. Fomentando así conflictos de toda índole.

La avaricia está inmersa en cada institución, lo está en la constitución y formación de Los Estados, lo está en el origen y establecimiento de las religiones, está en la conceptuación del sistema financiero y por último está en nosotros mismos de manera individual. Manifestándose en las formas de relacionarnos entre nosotros mismos y con nuestro nicho ecológico.

Humildemente, creo que lo que pedimos hoy muchos es una revolución ética. El ánimo humano no resiste fácilmente la idea de la completa libertad, de la independencia total y del intranscendente destino del hombre. Gusta de sentirse encadenado a algo perdurable que supere el propio yo limitado y se agarre con fe a las estrellas fatídicas como El Estado y su alegato corrupto.

La política actual, todo ese desorden y rivalidad, es algo lamentable. Ahora y siempre ha estado en manos de violentos caudillos retóricos, o ni siquiera retóricos, esto es algo que no debe perturbarnos. En el curso de la vida no hay que embarcarse en esa nave metafórica del Estado, barco de locos timoneles y viajeros necios, sino que más vale echarse a nadar sólo. Hasta que no comprendamos e interioricemos esto, nada habrá que hacer. Es por ello que se trata de una verdadera revolución ética de lo que se está hablando y se plantea. El hombre está sólo, frente a los demás hombres, quedándole sólo las alegrías del placer, de la amistad y del conocimiento.

Esa revolución ética debe alcanzar todas las esferas de la sociedad, comenzando por nuestro sistema educativo. Éste, debe educar a nuestros hijos tanto en las distintas materias que hoy día se imparten como en los sentimientos. Éstos ayudarán a nuestros hijos a superar los retos a los que se verán abocados en su existencia en la edad adulta, a ser más críticos, a dar importancia a lo que se merece, etc.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

jueves, 17 de noviembre de 2011

CPS SIGUE VIVO


Casa San Ignaci Sarriá


JOSÉ MARÍA GARCÍA MAURIÑO

CRONICA DE LAS JORNADAS de CPS 2011


El movimiento de CRISTIANOS POR EL SOCIALISMO ha celebrado sus Jornadas anuales en Barcelona, los días 12 y 13 de Noviembre. El tema era FE Y POLITICA y el ADN de CPS. Se trataba de reformular en la actualidad los principios fundacionales de hace cerca de 40 años. Asistieron más de 60 personas venidas de distintas autonomías (Madrid, Menorca, Catalunya, País Vasco, Castilla la Mancha, Portugal, Andalucía). Tratamos de descubrir entre todos y todas, cuál es ese núcleo de la voluntad conjunta de quienes nos decimos cristianos y cristianas por el socialismo, ¿qué hay detrás de esas siglas? La ponencia inicial la desarrolló magistralmente José Ramón Montes. No hubo talleres, solamente grupos de trabajo que respondieron a unas preguntas formuladas en el documento de trabajo. Nos enriqueció la mente y el corazón el testimonio histórico y vivo de uno de los fundadores de CPS, Josep Seguí. Por la tarde la magnífica ponencia de Jaume Botey sobre los “Desafíos y retos del mundo actual. CPS se sitúa”. Un coloquio muy animado con el ponente y grupos de trabajo. En la Asamblea se trató del cambio de Secretaría, nueva coordinadora, tareas para el nuevo curso y la nueva página web. El domingo un testimonio vivo de Mercedes Chacón sobre sus compromisos personales, sociales, políticos y universitarios en el ámbito de las prisiones y de la universidad catalana. A continuación la aportación viva y documentada de Ada, miembro del movimiento 15-M. con un interesante coloquio. En la Eucaristía se leyeron al final varios documentos. Nota crítica de CPS sobre las recomendaciones de los obispos ante las elecciones del 20 N, el compromiso de CPS: “nadie sin comida ni vivienda”, y la Paz una buena noticia.
Madrid, 15 de Noviembre de 2011

miércoles, 16 de noviembre de 2011

“Desafíos y retos del mundo actual. CPS se sitúa”.


Jaume Botey i Vallés



Qué ha aportado CPS desde su nacimiento?
Qué puede seguir aportando hoy, con qué instrumentos?
Fue el resultado de dos pasiones: la pasión por la justicia y la pasión de la fe.
Se trataba de “inculturar” la justicia de la pasión de la fe e “inculturar” la fe de la pasión por la justicia.
Era un momento oportuno. Había quienes lo estaban esperando tanto en la iglesia como en las izquierdas.
· Objetivo: desbloquear dogmatismos y excomuniones mutuas... exigía reflexión política y teológica,
· Instrumentos: análisis social... atentos a los acontecimientos... con voluntad de ir a las causas.
· Fue necesario organización, difusión... desde la sencillez, con medios pobres.
· Fuentes: por una parte el marxismo y por otra el Concilio, T. de la Liberación, Medellín...
Ante la crisis actual, también de la iglesia, qué puede decir CPS y quién lo espera.
Teniendo presente:
1. Que vivimos un momento excepcional, para mal, pero también para bien.
2. Que es necesario estar atentos a los signos de los tiempos.
3. Que no todo está en crisis: crecen las miradas desde la solidaridad...
Función principal, dar esperanza. “La utopía” del Nepo.
Mirar desde los pobres y siempre críticos.
1. Ideológicamente
Se apostó por el socialismo y el marxismo desde una lectura no dogmática de la historia, analizándola como un ser vivo que cambia, que tiene nuevos problemas a los que hay que buscar nuevas soluciones, sin quedarse con los estereotipos de un marxismo que analizó la realidad en 1848 o 1917, o en 1973 cuando la fundación de CPS. Se trata de una actitud intelectual y moral capaz de incorporar los nuevos problemas de economía, de la defensa de la libertad y los derechos humanos, en la relación entre individuo y estado, el respeto a la naturaleza, la crisis del modelo de desarrollo o crecimiento indefinido, la crítica de la ilustración, la no-violencia, el feminismo..
Esta actitud de honestidad ante la historia es la que nos exige reconocer los graves errores cometidos en el pasado (estalinismo, URSS, guerra civil española...) o incluso por algunas organizaciones actuales. Pero no por ello consideramos que tengamos que renunciar a nuestras convicciones. Tampoco como cristianos renunciamos a ellas a causa de las actitudes y abusos de la jerarquía. De hecho la constatación del pecado en la iglesia nos ayuda a entender la enorme distancia que siempre hay entre las propuestas y su realización histórica.
CPS enriqueció su pensamiento con nuevas aportaciones, algunas de marxistas como Rosa Luxemburgo, Simone Weil, Gramsci, Lukacs, Mariátegui, Adam Schaff, Sacristán..., pero también de otras fuentes como la tradición libertaria, trotskista, de utopistas cristianos, de Gandhi, Freire, etc.
En el ADN de CPS está el pluralismo ideológico. Asumiendo las aportaciones de las tradiciones citadas y de otras más recientes como el ecologismo, pero partiendo del rechazo al capitalismo y de que la contradicción capital-trabajo es el origen de todas las demás. Pluralismo por lo tanto, pero en el ámbito del anticapitalismo, con toda la amplitud que esta expresión contiene.
Por eso hoy nos sentimos tan próximos a los movimientos “Por otro mundo posible”, a los Foros Sociales, al movimiento antiglobalización y en especial cercanos al movimiento 15M, a pesar de la diversidad ideológica existente en su interior. De aquí que es evidente la necesidad de caminar conjuntamente con ellos
2. Fe y espiritualidad como pilares
Vivimos desde la fe y confianza en Dios, pero de un Dios que siempre “descoloca”, y que también hoy nos ha descolocado con los grandes cambios.
Hablamos desde la espiritualidad de seguimiento de Jesús, es decir, desde la sencillez evangélica y la encarnación.
Pero esta Fe puede tener también muchas expresiones, y las ha tenido a lo largo de la historia.
Partimos de la teología que se expresó en el Concilio,
- a Dios le conocemos desde la historia, desde abajo, no desde los conceptos o las definiciones. Para conocer a Dios, el “acto primero” es el análisis de la realidad, y el “acto segundo”, la elaboración teológica.
- se le conoce especialmente desde los pobres, no desde el poder. El pobre es un “lugar” teológico o de encuentro con Dios. Ello pide “evangelizar a los pobres con medios pobres”. El Concilio da prioridad a lo social sobre lo individual.
- desde la laicidad y autonomía del mundo. La mayoría de edad del mundo y la autonomía en ciencia, moral, política, derechos humanos, libertad, consideración sobre la paz son hechos positivos.
- desde la visión de las muchas “caras” del único Dios. Necesario diálogo con las demás confesiones, Ecumenismo.
- desde la comunidad de creyentes. La fe es esencialmente comunitaria, histórica. A Dios le vivimos y encontramos en comunidad de amor en la que vive el espíritu.
Estos criterios además, son tan absolutamente elementales que todas las operaciones involucionistas puestas en marcha después del Concilio están condenadas al fracaso.
CPS se sitúa en la perspectiva que iglesia oficial de hoy no es la comunidad de creyentes de la que habló Jesús. Es una realización histórica que desde el siglo IV ha vivido vinculada al poder..
3. La crisis, una oportunidad
Se ha dicho ya que estamos en una crisis múltiple: económica, política, ecológica... es un cambio de ciclo. Es el fracaso de la modernidad y de sus grandes propuestas.
La modernidad supuso la separación entre política y religión, entre política y economía, el desarrollo de las ciencias y las artes, etc. Fue una ruptura religiosa, política y cultural con el Antiguo Régimen. De allí surge el modelo económico del liberalismo, el modelo de democracia (elecciones, parlamentos, partidos), de ciencia y progreso, el nuevo orden de libertades y Derechos Humanos, el modelo de desarrollo y una relación con la naturaleza de dominio etc., todo bajo la ordenación suprema de la razón y bajo los lemas de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Desde hace doscientos años hemos vivido con los principios políticos y culturales surgidos de la modernidad en la Ilustración.
Pero hoy hemos llegado al colapso de aquél modelo y los valores que representaba se han esfumado. Se proclama una cosa y con una obviedad cínica se realiza otra. La modernidad nos ha llevado al mayor bienestar material para una parte, pero también a la explotación, al horror, a las desigualdades, al armamentismo, a la guerra y al fascismo. A medirlo todo casi exclusivamente con criterios de rentabilidad, a la cosificación de las relaciones personales -que Marx llama el fetichismo de la mercancía-, a la explotación indefinida de los bienes naturales. Excepto en contadas excepciones (escuela de Frankfurt), también la izquierda se ha guiado por este espejismo de la razón, de la ciencia, del crecimiento desordenado y sin límites. Los grandes derrotados de hoy son los lemas de Libertad, Igualdad y Fraternidad, en función precisamente de la manera cómo se ha entendido estos mismos principios, guiados por la lógica del capital y sin contrapeso.
Cuando nace CPS en 1973 el proceso era ya evidente. La II Guerra Mundial –fascismo, genocidio, Hiroshima- pusieron de manifiesto el horror al que puede conducir la autonomía de la ciencia sin criterios éticos ni controles. Pronto observamos también, en la Unión soviética, que la brutalidad contra el ser humano puesto al servicio de un determinado modelo de desarrollo económico acaba convirtiéndose en un boomerang.
Pero ha sido sobre todo a partir de los ochenta con las nuevas tecnologías cuando se ha puesto de manifiesto la volatilidad de las sociedades, a causa de la posibilidad del movimiento de capitales. Nos acostamos en un mundo trabajosamente construido con criterios consensuados y nos despertamos en un mundo en el que lo que creíamos real se ha convertido en virtual y volátil. Esto ha modificado sustancialmente la función y ejercicio de las grandes instituciones políticas, económicas y sociales creadas con la modernidad. Las nuevas tecnologías han dado paso un mundo postindustrial, en el que la informática ha sustituido en parte la mano de obra, mundo de comunicaciones ubicuas, con posibilidad de transacciones económicas de miles de millones instantáneas, en el que las relaciones capital-trabajo se han modificado sustancialmente y en el que el volumen de la economía financiera es treinta veces superior al volumen de la economía real.
Este modelo imprime también una nueva cultura, un nuevo modelo de relaciones personales que serán también también volátiles, una nueva función de las instituciones políticas al servicio de este gran casino. Es el inicio de un proceso de ruptura o diálogo entre modernidad y postmodernidad.
Fieles al ADN de CPS es importante que vivamos esta crisis y los cambios como una oportunidad.
Me limitaré a cuatro aspectos: el social, el político, el cultural y el religioso

a. Crisis social

Cada día hablamos de la descomunal crisis social. Se están reinventando los mecanismos de excusión y volviendo hacia atrás conquistas que creíamos consolidadas. Es el triunfo del neoliberalismo, la fractura social, el dualismo, un nuevo modelo el darwinismo. Se trata, además, de una profunda crisis moral. Cuando más de 1.500 millones de personas viven bajo el umbral de la pobreza, no se puede decir que sea sólo una crisis financiera, es sobre todo una crisis moral. Basta con algunos ejemplos.
Jacques Diouf, presidente de la FAO en el Informe "El estado de la inseguridad alimentaria" de 2006, pedía 50.000 millones de dólares a entregar en 10 años para el 2015 se pudieran haber eliminado las 40.000 muertes diarias por hambre. Finalmente la cantidad no se concedió por parte de los países miembros. Se consideró excesiva. En noviembre de 2008, pero, poco tiempo después del estallido de la crisis, la reunión del G-20 en Washington se acordaron dos cosas: reflotar los bancos y controlar los paraísos fiscales. El primer acuerdo se cumplió: costó la astronómica cantidad de 2 billones 700.000 millones dólares, tanto como el PIB de Italia y España juntos, 45 veces más que la cantidad que pedía Diouf en 10 años para evitar 40.000 muertes. Stiglitz decía que si toda la ayuda que ha dado a la banca se hubiera dedicado a crear Bancos públicos ya habríamos salido de la crisis. Respecto de los paraísos fiscales, el verdadero cáncer del sistema, el G-20 hizo una referencia genérica de carácter moral y se dejó la responsabilidad de su control a cada uno de los estados. Es decir, no se llegó a ningún acuerdo y siguen existiendo.
Desde el inicio de la crisis en España ha habido 300.000 desahucios, pero hay más de 3 millones de viviendas vacías. Hoy (20 de octubre) el INE dice que el 22% de las familias españolas, un 4% más que el año pasado, están por debajo del umbral de la pobreza (en marzo el 70% de los que tienen subsidio quedarán sin ningún ingreso). En cambio, las empresas del Ibex 35 ganaron de promedio un 22% más que el año anterior y los sueldos de sus directivos aumentaron un 20% respecto del año anterior. Telefónica ha hecho público que sus beneficios este año han tenido un incremento de un 30%, han superado los 10.000 millones y despide 8.000 trabajadores, 20% de la plantilla. De manera similar al Santander (el Sr. Botín es juzgado por un fraude de 600.000 euros ...). El 80% de las empresas del Ibex 35 opera en paraísos fiscales. La Pompeu Fabra calcula que el fraude fiscal en Cataluña es de 800.000 euros.
A nivel mundial, por poner otro ejemplo, el gasto militar ha seguido creciendo. En 2009 llegó a 1 billón 535 millones de dólares lo que representa 224 dólares por habitante del planeta y el 2,7% del PIB mundial (SIPRI, 2010). Estas cifras revelan un incremento del 49% en relación al año 2000, pero en términos per cápita aumentaron un 88,2%.
Uno de los objetivos de la crisis es liquidar las conquistas sociales y laborales de dos siglos de luchas obreras y terminar con el estado del bienestar, convertir los servicios en negocio. El primer paso es la degradación, los recortes. Y después, en nombre de la liberalización de las actividades y la desregulación, la privatización. Es la imposición de la cultura que ha substituido el concepto de servicio público como derecho universal por el de beneficencia. Fuera del mercado no hay salvación. Los servicios hay que comprarlos.
Lo más dramático son los recortes hacia los sectores más desfavorecidos: PIRMI, renta mínima, desahucios, recortes a las entidades de disminuidos, en contraste con los sueldos que se han autoimpuesto los directivos de los bancos que tuvieron que ser rescatados. La crisis hay muchas maneras de gestionarla, pero se diría que se ha desatado la guerra contra los pobres.
Riesgos: explosión social y crecimiento de la xenofobia y del fascismo (entreguerras)...
La preocupación por la justicia –el socialismo- es uno de los componentes del núcleo duro del ADN de CPS.
Diálogo: aspectos positivos que pueda tener la crisis social y hacia dónde apuntan.
- Ha puesto más diáfanamente claras las raíces del mal
- Puede acercarnos a sectores y personas de la marginación....
- A nivel individual nuestras conductas de austeridad, consumo responsable, conciencia del ahorro energético
- Han aparecido nuevas formas de economía de base: cooperativas, banca ética, huertos urbanos...

b. Crisis política

Esto ha conducido a la descomunal crisis política de hoy. Nunca los políticos habían mandado tan poco y nunca habían mandado tanto en contra de sus pueblos. El poder no está en los parlamentos. La crisis la provocaron organismos extraparlamentarios, banqueros mafiosos, agencias de valoración o de riesgo, multinacionales. La gestionan la nueva troica del neoliberalismo en Europa: Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI-BM, imponiendo los recortes. Los tres poderes del estado diseñados por Montesquieu, el legislativo, el ejecutivo y el judicial, están a las órdenes de estos poderes difusos, anónimos, no elegidos, y por lo tanto antidemocráticos que dictan órdenes en contra de sus pueblos. Los Zapatero, Papandreu, Cavaco Silva están para cumplir sus órdenes, igual que los Duräo Barroso o Van Rompuy y la Europa entera del los 27. Aquellos a quienes hemos elegido dicen que no pueden hacer nada. Que incluso hay que modificar deprisa y corriendo la inmodificable Constitución porque nos lo mandan desde fuera, a pesar que ya sabemos quién va a ser el perjudicado por la imposibilidad de endeudamiento.
Una mención especial merece la construcción de Europa. La Europa actual es sencillamente la Europa de los mercados, que comenzó en Maastrich, que pretendía sancionarse con la Constitución Europea (que lúcidamente José Mª. García Mauriño denunció en nuestro folleto “NO a esta Constitución”) pero que finalmente fue ratificado con el Pacto del Euro (en contra de la Europa que voto NO).
Partidos, parlamentos, sindicatos, se han convertido en rehenes de los mercados, no pueden cumplir ya las funciones para las que fueron pensadas, se han vaciado de contenido. Fundamentalmente en lo económico todos legislan para otros y representan a otros. Se cumple el objetivo del neoliberalismo: la progresiva eliminación del Estado o, mejor dicho, el cambio de sus funciones. El Estado nacido en la Ilustración significaba protección económica y legal para el ciudadano. Las funciones del nuevo Estado son las militares y policiales, de control y represión.
Por eso es lógico que estos poderes anónimos y lejanos, pero arrogantes, implacables e inhumanos, sean también contestados extraparlamentariamente desde las plazas y calles. No hay que extrañar del "no nos representan".
A todo esto se han añadido frecuentes y bochornosos casos de corrupción. El descrédito de la política es inmenso.
La intervención política forma parte del ADN de CPS
Diálogo: aspectos positivos que pueda tener la crisis social y hacia dónde apuntan.
Mayor conciencia, mayor participación desde la base, nuevas formas de intervención,
¿Cómo llevarla a cabo hoy, hacia dónde, con quien...?
¿Qué hacer, qué opinar ante el próximo 20-N?
¿Sería el 15M un espacio en el que deberíamos participar?

c. Crisis cultural. Sociedad más frágil

El impacto de las nuevas tecnologías sobre las sociedades en general (p.ej.primavera árabe) y sobre el ser humano como individuo ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de lo que creíamos inmutable, los grandes referentes normativos, los valores comunitarios, la relaciones sociales. Estamos hiper-informados, pero super-desinformados, somos incapaces de dar una explicación global de lo que ocurre. A menudo sabemos que con las “grandes” palabras decimos cosas diferentes. Cuando el sistema utiliza conceptos como "democracia", "política", "verdad", "progreso", "justicia", "nación", "libertad", "paz", "Concilio Vaticano II", "Dios" , etc., sabemos que dice cosas diferentes de lo que decimos nosotros. En estas condiciones la posibilidad de acuerdo para construir un proyecto común se hace más difícil.
En nuestro mundo cultural han aparecido nuevos “dioses” que ofrecen nuevas formas de salvación y sentido a nuestro siglo XXI: la pantalla desde la que creemos controlar el mundo, la velocidad y el Internet, la comunicación ubicua con el móvil, sexo virtual, la capacidad de "tener amigos" sin conocer a nadie en persona, la apariencia de contacto inmediato sin mediaciones, el consumo. Son como los “dioses antiguos” desmitificados y convertidos en poderes impersonales que nos pueden hacer vivir en un mundo donde puede haber desaparecido la vida real, las personas concretas con sus necesidades. Se trata de vivir un presente muy rápido, casi sin memoria y casi sin futuro.
La sociedad del usar y tirar es también la sociedad del olvido, que quiere vivir el presente sin relaciones ni raíces y que exige amnesia de los sufrimientos del pasado, sin memoria o con memoria frágil, que quiere ser huérfano, en la que se quiere prescindir de los relatos que expliquen, sociedad de la ruptura de las transmisiones. Esto afecta también a la espiritualidad. Por eso el "relato" cristiano, que se fundamenta en el recuerdo del "Dios de nuestros padres", tendrá dificultades para ser comprendido.
El debate en el que CPS participó, sus fundamentos ideológicos, políticos y desde la teología, y los valores que con ello proclamaba formaron parte esencial de nuestro ADN, eran la garantía de una lucha que debía ser larga
Diálogo: aspectos positivos que pueda tener la crisis social y hacia dónde apuntan.
. en la conquista de la libertad y de la conciencia individual del ser humano
. en el incremento de grupos alternativos y en el modelo de sus compromisos, no dependientes del exterior
. en la mayor importancia de las relaciones personales por encima de las institucionales, etc.
En el 15-M hay mucho del sentido de lo postmoderno: lenguaje, formas organizativas, modelo de democracia..

d. Fe, religiones a la carta y debilidad de los compromisos

Contradictoriamente a lo que pueda parecer, en nuestro mundo laico y altamente tecnificado los sociólogos dicen que crece el sentido de lo religioso y por lo tanto las expresiones de religiosidad en todos los intersticios de la sociedad. Se trata de una "religiosidad" difusa o de la aparición de "religiones a la carta", de una gran diversidad filosófica y teológica, donde cada uno moldea su Dios a su gusto.
Algunas de estas religiosidades son muy institucionalizadas, sectarias, ofrecen certezas para los que buscan seguridades y que siempre vienen acompañadas del rigorismo moral. Espiritualidades individualistas. Son los nuevos movimientos religiosos fundamentalistas, grupos carismáticos que alimenta el Vaticano desde Juan Pablo II: Opus, legionarios, Kikos, comunión y liberación. Este es el camino que ha escogido la jerarquía de la iglesia católica para superar su gravísima crisis.
Como ejemplo, la patética llamada de los obispos españoles a votar el próximo 20-N.
Otras, desinstitucionalizadas, que con expresiones como "presencia de lo sagrado", "misticismo oriental", inspiradas más o menos en el budismo, en el krishna, métodos de autorrealización, etc. ponen de manifiesto que no podemos vivir sin respuestas, pero expresan al mismo tiempo la desarticulación cultural de nuestro mundo y de individualismo. Se trata de un proceso de psicologización de la fe, de la búsqueda de un Dios sin comunidad y una religión sin ética colectiva. Nuestra cultura nos había formado para la asunción de compromisos estables, afectivos, familiares, políticos, sociales. En esta “sociedad líquida” todo puede ser ligero, y nuestros compromisos también, lo de ayer se puede romper si hoy no me hace feliz porque las palabras de ayer hoy no me motivan. El viejo propósito de "cambiar el mundo" se transforma en "encontrar con él bien", buscar la satisfacción emocional. El objetivo es "sentirse bien" y como un medio terapéutico de "autoayuda". Las librerías están llenas de manuales de esta nueva religión.
La Fe, núcleo del ADN de CPS
Diálogo: aspectos positivos que pueda tener la crisis social y hacia dónde apuntan.
- Nueva forma de vivir la fe, de vivirla en comunidad, cómo adaptar los principios...
- Posibilidad de establecer una relación “porosa” con los nuevos espacios que nacen, ONGs., Foros, Coordinadoras, como “espacios del Reino”
¿Podríamos considerar el 15M como uno de estos espacios?


e. ¿Qué hacer?

Valores de CPS.
Ser voz de aquél “que no tuvo dónde reclinar la cabeza”
La compasión, centro de nuestra reflexión, dejarse “tocar” por los marginados
Capacidad de reflexión y de intervención. Hacer que el sufrimiento se eleve a categoría teológica y de concreción social
En lo social, cómo hacer frente a
. la derechización social.
Evolución de la izquierda política, y sindical: deriva hacia “el centro”, la socialdemocracia, corporativismo.
El éxito de esta derechización viene acompañado de una nueva y masiva difusión de mitos e ídolos:“mercado”, “cambio”, “progreso”, “verde”, “eficacia”, “seguridad”...
. la desideologización de la izquierda y desideologización del debate político
Es posible recuperar valores como “compromiso”, “lucha de clases”, “solidaridad”,...?
Es posible recuperar la función del intelectual?
. la mundialización: el planeta se hace único con nuevos gritos: naturaleza, mundo árabe....
Necesidad de estar atentos a estos nuevos gritos...

Desde la fe, cómo hacer frente a
. la involución de la institución y al secuestro que la jerarquía ha hecho del evangelio
ante la necesidad del testimonio de “otra voz del evangelio”
A pesar de la involución, el proceso iniciado por el Concilio no tiene marcha atrás.
. la evolución o “derechización” de la base eclesial.
Timidez? perdida del sentido profético?...
Redes, comunidades populares, Xt.S.XXI., entidades de base....
- al pluralismo religioso de la sociedad: con otras confesiones, ante las diferentes formas de religiosidades...
ante los no creyentes, agnósticos, la laicidad...



Quiénes somos: los mismos de hace 40 años. Quizá menos, quizá más ricos, quizá más acomodados.
Pero fieles, a pesar de nuestra propia pobreza,
Con claridad en aquello que consideramos “irrenunciable” tanto desde la justicia como desde la fe
tanto en la política como en la iglesia
A pesar de eso deberíamos preguntarnos si hemos sido lo suficientemente claros, valientes, esforzados?...
Ser “resto” de Yahvé: necesidad de cuidarnos, de ser “comunidad” de vida y objetivos...
Voz profética:
De anuncio: intervenir desde lo pequeño, capilar, desde los intersticios...
De denuncia: intervenir desde la presencia publica, con voz propia y estar más presentes
posicionamientos intelectuales, presencia publica, análisis, manifiestos, escritos, solidaridades....
ante la crisis, ante el pronunciamiento de la CEE, ante el alto el fuego
el momento es tan duro que habría que ser duros...
dilema entre lo urgente y lo necesario. No al inmediatismo...
diálogo con las otras confesiones, con el mundo de la marginación...
Dar y ser espacio de esperanza
Posible función de “puente” de CPS... entre los dogmatismos económicos, políticos y culturales y la población sedienta de esperanza.
No es tiempo de grandes triunfos. Sabemos que formamos parte del equipo de perdedores... JC, “perdedor”
Pensamos en el tiempo largo.

Esperanza para nosotros mismos ante momentos de desánimo y esperanza para los demás.

jueves, 20 de octubre de 2011

CPS opina:EL ESCUDO ANTIMISILES

 

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El movimiento de CRISTIANOS POR EL SOCIALISMO, después de estar suficientemente informados, denunciamos la decisión de Zapatero de entregar la base de Rota a EEUU y la OTAN. En el próximo Consejo de Ministros se aprobará un acuerdo para convertir a Rota en la principal base naval del escudo antimisiles europeo de la OTAN, que no se ha negociado aún. Zapatero ha afirmado, también, que no juzga necesario revisar el Tratado Bilateral entre España y EE. UU. suscrito por Aznar en 2002.

Este Tratado permite la instalación permanente de tropas norteamericanas en Rota y Morón, la utilización del espacio terrestre, aéreo y marítimo para su traslado (estén destacadas aquí o no, e incluyendo el transporte de armamento nuclear previa “información”) y la libre circulación por todo el territorio del Estado de los servicios secretos militares estadounidenses que contarán con la cooperación de sus homólogos españoles. El nuevo “acuerdo” da un paso decisivo en la integración militar del Estado español, en la OTAN.

Rota ha sido una enorme base aeronaval, lugar de tránsito, almacenaje, abastecimiento y apoyo logístico de combate de las flotas de los EE UU en el Mediterráneo y en el Índico, y de las instalaciones y bases militares en todo el Gran Oriente Medio. Rota ha sido pieza clave en la brutal y planificada agresión a Libia y, antes, en el sostenimiento de los frentes militares en Iraq y Afganistán. Rota es un nudo con muchas derivaciones en la gigantesca red militar y de inteligencia de los Estados Unidos. Rota es una base naval, un aeropuerto de gran capacidad, un centro de control de inteligencia operacional, táctica y estratégica.

Además de la decisión del Gobierno de ampliar las  funciones de la base de Rota para que se convierta en el soporte del “componente naval del escudo antimisiles de la OTAN”, ha tomado otras decisiones anteriores que han pasado casi desapercibidas. La más notable ha sido instalar un Centro de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC) en la base de Torrejón en las proximidades de Madrid. El Gobierno español queda de esta manera absolutamente subordinado al mando de los EEUU.

Los elementos fundamentales de esa planificación han sido éstos:

1) Fortalecer el complejo militar-industrial español y vincular ideológicamente su ampliación a la “consecución de puestos de trabajo” en zonas económicamente deprimidas. El escarnio mayor es que en este caso el cálculo oficial es que se van a conseguir ¡1.000 nuevos puestos de trabajo! para la zona de la Bahía de Cádiz, que tiene uno de los mayores niveles de desempleo,

2) Comprometer el enorme gasto de los modernos equipamientos militares en varios años presupuestarios. Así el Ministerio de Defensa se ha convertido en uno de los grandes generadores de deuda, El 12 de agosto de este año, el diario El Pais (principal vocero del Gobierno en asuntos de este tipo) publicaba que el Ministerio de Defensa “renegocia una deuda de 26.000 millones que no puede pagar”, El plazo para abonar tanques, aviones y fragatas se alargará cinco años hasta 2030. Para atender los compromisos hacen falta 2.500 millones al año”. El encargo de buques, aviones, carros de combate y equipos de comunicaciones, se había realizado con el objetivo colateral de la privatización de la industria de armamento o “su integración en un consorcio multinacional”.

3) Convertir su viejo proyecto de “escudo antimisiles”  en un proyecto de la OTAN.  El “escudo antimisiles” es un elemento fundamental de la estrategia de “guerra preventiva”. Su función es la de anular las posibilidades defensivas de los antagonistas económicos y políticos de los EEUU y de sus “previsibles” enemigos.

4) Vincular la seguridad de la población al fortalecimiento de la alianza militar con EE. UU. y con la OTAN. Se trata “de un sistema disuasorio que no va dirigido contra nadie”, y que “asegura la protección de todo el territorio europeo y de sus ciudadanos”. Ofrecemos paz al mundo y protección a los ciudadanos. “A coste cero”, apunta el ministerio de Defensa. La realidad es precisamente la contraria: incorporan cuatro grandes buques que se despliegan a partir de ahora la base de Rota. El sistema Aegis es un conjunto armamentístico de localización y destrucción de blancos utilizable inmediatamente en operaciones de “destrucción masiva” como el que ha tenido lugar en los últimos meses en Libia. Ese es su objetivo real e inmediato.

5) El Secretario de Defensa de EE.UU- Panetta ha colocado en Rota cuatro grandes buques, capaces de movilizar una gigantesca maquinaria de destrucción masiva que cumplirán otras funciones además de la de “defensa antimisiles”, tales como dar “apoyo de respuesta rápida” a los mandos estadounidenses en Oriente Próximo o África. Todo muy conforme con el Tratado de Lisboa.

Es decir, el Estado español se convierte en siervo del poder del imperio, a cambio del pago en especies a sus multinacionales. La referencia directa de Zapatero a la amenaza que representan Irán y Corea del Norte es una ofensa indigna a dos países soberanos y a dos pueblos que jamás nos han agredido.

Por todo esto, CRISTIANOS POR EL SOCIALISMO manifestamos que:

1.- La decisión del Gobierno Zapatero, es ilegal e ilegítima: implica la aceptación de la intervención armada del estado español en todas las guerras regionales de la “guerra mundial contra el terrorismo”,  decididas por el Pentágono. Este Acuerdo no ha pasado por el Parlamento. Esta estrategia es una guerra “global e infinita” (G-W.Bush) planificada contra los países que ponen obstáculos a la dominación económica, militar y estratégica de los Estados Unidos y de la Unión Europea como principales bloques imperialistas.

2.-. El Gobierno PSOE, el PP y las derechas nacionalistas han entregado a Estados Unidos, a la UE y a la OTAN la soberanía que pertenece a los pueblos del Estado español. Es un delito de lesa soberanía.

3.- Recordamos que el Gobierno del PSOE pidió el SI en el Referéndum de la OTAN de 1986 con tres condiciones: 1) No integración en el estructura militar – y no se forma parte sino que el ejército español comanda tropas multinacionales como en Afganistán - ,2) disminución progresiva de la presencia militar norteamericana y 3) prohibición estricta del transporte de armamento nuclear. Y ahora ocurre todo lo contrario.

4.- Denunciamos el enorme gasto militar que ya se ha realizado y el que se pretende incrementar, precisamente ahora, cuando con el pretexto de la crisis y argumentando que no hay dinero, se están produciendo despidos masivos de trabajadoras y trabajadores públicos, se recortan prestaciones sociales, se degradan y se privatizan sectores públicos; cuando además se ha cometido la infamia de constitucionalizar el tope de déficit público y de dar “prioridad absoluta al pago de la deuda”. Todo esto es una burla que la clase obrera y los pueblos no podemos tolerar.

5.- Exigimos que el gasto militar se dedique a financiar gastos sociales públicos, (sobre todo la educación y la sanidad). Exigimos la retirada inmediata de todas las tropas que actúan en otros países – incluidos aquellos en los que tienen el cinismo de decir que prestan “ayuda humanitaria” – el desmantelamiento inmediato de todas las bases militares, y la salida urgente de la OTAN.

Cristianos por el Socialismo, participará e impulsará plataformas y manifestaciones públicas para conseguir la supresión de este escudo inútil para la paz. Estimamos que la ciudadanía universal, sean creyentes o no, tiene la sensatez suficiente para establecer cauces pacíficos y poder resolver los conflictos de la convivencia humana por medios racionales.

Madrid, 9 de Octubre 2011

lunes, 17 de octubre de 2011

¿QUÉ PODEMOS APORTAR LOS CRISTIANOS A LA RECONSTRUCCIÓN DE LA ZQUIERDA?

 

Antonio Moreno Fuente

ANTONIO MORENO FUENTE

 

A mi mujer Tere Bravo, por su

inestimable ayuda.

Es conocido el diálogo existente en los años sesenta entre cristianos y marxistas ([1]), diálogo sobre presupuestos teóricos que desembocó en una participación e incorporación de muchos cristianos en las luchas revolucionarias liberadoras de ese tiempo. Las Comunidades cristianas de base sudamericanas y Cristianos por el Socialismo, que nace en Chile en tiempos de Allende, son el principal exponente de esta participación. En España, en los años setenta, hubo también una participación activa de la jerarquía eclesiástica y cristianos de base en las luchas por la democracia, entrando posteriormente muchos de estos cristianos en los partidos socialista y comunista, lo que ayudó a conseguir la Transición política de la dictadura franquista ([2]). Pero entonces las cosas eran distintas. La izquierda, integrada por socialistas, comunistas y otras formaciones estaba fuerte y fue protagonista de la Transición postfranquista, aunque la hizo subordinada a la derecha que quería dar la espalda a la dictadura. Hoy, en cambio, la derecha es cada vez más neoliberal y la izquierda se encuentra sumida en una crisis profunda, incapaz, al parecer, de dar soluciones para salir de la crisis causada por el capitalismo financiero ¿Podremos hoy los cristianos ayudar a la izquierda en su reconstrucción, como lo hicimos en años pasados?

La crisis de la izquierda.

Con la caída del muro de Berlín en 1989 y la desintegración de la Unión Soviética en 1991, desapareció el llamado “socialismo real”, quedando profundamente tocada la base teórica marxista-comunista y desprestigiada la praxis de los partidos comunistas europeos. El sistema liberal capitalista se quedó solo e imperante en el mundo. No obstante, desde principios del siglo XXI, once de quince países de la Unión Europea estaban gobernados por líderes de partidos socialdemócratas, entre ellos, Tony Blair en Inglaterra, Schröder en Alemania, Jospin en Francia y en los países nórdicos. En EE.UU., el demócrata Bill Clinton terminaba su segundo mandato presidencial. Ante la desaparición de muchos partidos comunistas en la Europa del Este, la socialdemocracia “anunció el inicio de un tiempo nuevo, donde sus partidos socialdemócratas iban a representar la nueva izquierda que, frente a los errores de los partidos comunistas, iba a construir sociedades más justas, más libres y más solidarias…, iba a conjugar el socialismo con la libertad”([3]). Diez años después, constatamos que también esta “nueva izquierda” ha fracasado. No sólo porque únicamente quedan Papandreu y, por ahora, Zapatero al frente de gobiernos socialdemócratas, sino porque “esta izquierda” sólo ha sido “la muleta del sistema capitalista”. Tras la II Guerra mundial, la socialdemocracia no puso en cuestión al capitalismo sino que se limitó a contener su voracidad, garantizándole la obtención de sus beneficios a cambio de repartir una parte de esas ganancias. Fueron los años dorados de las políticas keynesianas que trajeron el Estado de bienestar a Europa, aunque es evidente el peso que tuvieron también en su construcción las luchas obreras, el miedo a la Unión Soviética y a los partidos comunistas que la obedecían. Desde Reagan y la Thatcher, en los años 80, el capitalismo financiero ha decidido cancelar ese pacto, porque también quiere para sí esas rentas del Estado de bienestar keynesiano. Y la socialdemocracia ha facilitado esas pretensiones aceptando sumisa las medidas dictadas por “los mercados”, como la reducción de impuestos (“bajar los impuestos es de izquierdas”, dijo un día Zapatero), la ampliación de las edad de jubilación, la privatización de empresas públicas, la desregulación de los mercados, los contratos basura y el recorte de los derechos de los trabajadores. Finalmente, el Pacto de Estabilidad presupuestaria (1997) y el nuevo Pacto del Euro, junto con las reformas constitucionales de Alemania y, ahora, de España, ratifican la sumisión de la Unión Europea a las pretensiones del capitalismo neoliberal de hacer suyas las rentas que nos concedían en el llamado Estado de Bienestar. Cada día está más claro que la finalidad del capitalismo neoliberal es acumular para unos pocos todas las riquezas y repartir la miseria para el resto.

Los valores de la izquierda

El derrumbe de la izquierda ha sido tan profundo que, incluso, se ha dudado de su existencia, al sostener que los conceptos y posturas políticas de “izquierda” y “derecha” estaban superados. Por ello, lo primero en preguntarnos debe ser: ¿qué es la izquierda y cuáles son los valores que defiende?

Para Frei Beto ([4]), las diferencias entre “izquierda y derecha” son manifiestas: “la derecha, dice, considera la desigualdad social tan natural como la diferencia entre el día y la noche. La izquierda por el contrario la encara como una aberración a erradicar”. El principio básico de la derecha capitalista es la obtención en el mercado del máximo beneficio, independientemente de las necesidades de las personas que concurren en él. Para ella todo es mercancía, los bienes, objetos e incluso las personas, porque sólo mira su valor de cambio, no el valor de uso normal del bien, del objeto y, por supuesto, el valor intrínseco de la persona, por ello reduce al trabajador a mera fuerza de trabajo, a simple mercancía. “No está destinada la casa a ser habitada. Ni el paño a vestir, ni el pan está destinado sólo a ser comido: Debe aportar ganancias…”, decía Bertolt Brecht ([5]). Para la izquierda, en cambio, lo importante es la persona que interacciona con la naturaleza mediante su trabajo y que vive en sociedad, no el beneficio que se puede obtener de la mercancía. Para la izquierda, lo producido socialmente tiene fundamentalmente un valor de uso, no de cambio: “La casa es para ser habitada, -diremos parafraseando a Bertolt- el paño servirá para vestirse y el pan para alimentarse”, aunque los excedentes de estos bienes posibilitarán también, en segundo lugar, el intercambio y el beneficio. Conseguir esto no será posible individualmente sino en el marco de una sociedad democrática que favorezca la libertad y la participación de todos, mujeres y hombres en igualdad de oportunidades y garantice el bienestar económico, social y cultural de sus ciudadanos. Donde la educación, el cuidado de la infancia, la tercera edad, el suministro de agua potable y gestión de deshechos, la energía, el transporte, el deporte y la cultura etc., no sean tratados como mercancías sino como servicios públicos. Y ello en una relación ecológicamente sostenible con la naturaleza. Esta sociedad comunitaria que propugna la izquierda, sin opresores ni oprimidos, cada uno tendrá cubiertas sus necesidades básicas y permitirá el desarrollo social de todos en libertad y en armonía con la naturaleza, según el dicho: “dará cada uno según su capacidad y recibirá según sus necesidades”. Emancipar a toda persona de todas las alienaciones, económicas primero y también políticas, culturales y religiosas es el hermoso objetivo de la izquierda, objetivo que espera sea realidad algún día. Estos valores originales de la izquierda se oponen a los principios de la derecha, manifestados en sus expresiones totalitarias: ausencia de libertad y cercenamiento de los derechos individuales, persecución de la disidencia, censura de prensa, asfixia de la creatividad, abominación del pluralismo, intolerancia, manipulación de los pobres a quienes se desea mantener en su miseria ([6]).

Los cristianos y la izquierda

De entrada, es justo reconocer que, en tiempos pasados, la izquierda comunista rechazaba a los cristianos y a cualquier otro creyente religioso, porque se declaraba atea, con lo que la militancia política de los cristianos estaba prohibida o sólo podía darse en Partidos de derecha o en las Democracias cristianas. No sólo era conocida la militancia atea de los Partidos comunistas de la Unión Soviética y países satélites, sino que también se afirmaba la vinculación “metafísica” del comunismo con el ateismo, porque, se decía, el marxismo es ateo por naturaleza. Pero en los años sesenta esto cambió, como dijimos, por la participación de los cristianos en las luchas revolucionarias de los países sudamericanos dirigidas por partidos de izquierda y posteriormente en Europa y España. El Partido Comunista italiano reconoció, en el año 1964, que “en la religión puede haber una carga revolucionaria” ([7]). Y en nuestro país, el Partido Comunista de España formuló una declaración, en el año 1975, admitiendo la militancia de los cristianos en el Partido Comunista, en plan de igualdad con cualquier otro militante, porque “(los cristianos) expresan hoy posiciones que se orientan claramente hacia la construcción de una sociedad socialista, siguiendo las raíces evangélicas del cristianismo que, en sus orígenes históricos, se expresó en lucha por la justicia” ([8]). Declaraciones semejantes y más ampliadas emitieron al año siguiente los Comités Ejecutivos de los Partidos Comunistas de Euskadi y Catalunya ([9]). Sin embargo, aún quedan objeciones por parte de los cristianos para militar en los partidos de izquierda, sobre todo marxistas. Entre otras, éstas parecen ser las principales: el marxismo es materialista y, sobre todo, es ateo. Por ello, muchas/os cristianas/os militan más a gusto en los partidos de derechas y menos en los de izquierdas, sobre todo marxistas. Pero ¿es esto correcto?

El materialismo del marxismo

Cierto, el marxismo es materialista, pero creemos que no en el sentido que han expresado tantos documentos eclesiásticos ([10]), de que no existe más que una sola realidad, la materia, y que, por tanto, no existe diferencia entre el espíritu y la materia, ni entre el cuerpo y el alma; ni sobrevive el alma a la muerte, ni por consiguiente queda lugar para la idea de Dios. Aunque se admita que el comunismo soviético dedujera de Marx esas conclusiones y proclamara un materialismo y ateismo, tal como pretenden explicar las Encíclicas, sin embargo, hoy se admite que, el materialismo de Marx se opone principalmente al idealismo hegeliano y no tanto al espiritualismo cristiano. Lo que Marx sostiene es que el conocimiento humano no se limita a captar la realidad como mera contemplación del objeto externo o que la actividad del sujeto se reduzca a tener conciencia del mismo, por lo que, según el idealismo, la conciencia, la idea, el pensamiento sería lo primero y principal ([11]). Pienso, luego existo que decía Descartes; el ser existe en cuanto lo conocemos. El materialismo de Marx no niega la idea, la conciencia o el pensamiento, sino que da un paso más en ese contemplar o tener conciencia de las cosas, afirmando que el conocimiento es, al mismo tiempo, un reconocimiento de la persona como ser social que actúa para transformar la realidad. Lo específico del ser humano no es la idea, ni la autoconciencia espiritual, sino la actividad colectiva, el trabajo, que transforma la realidad. Esta actividad social es la que genera el lenguaje, las ideas, las costumbres, la conciencia y no al revés. “No es la conciencia de los hombres –dice Marx [12]- lo que determina su ser; es inversamente su ser social el que determina su conciencia”. Como se ve, el materialismo de Marx no afirma que sólo exista la materia opuesta al espíritu, ni niega el pensamiento, la ida, la conciencia o el espíritu, sino que invierte sus valores. Para él lo material es lo primero. Del mismo que el pensamiento procede del cerebro, la conciencia, las ideas proceden de la actividad social del ser humano. El materialismo de Marx es un materialismo práctico, en el sentido de que el problema del conocimiento no se queda en la contemplación, en la pura teoría, sino que se resuelve en el ámbito de la praxis, de la actividad social, pues en ella y sólo en ella puede probarse la verdad del pensamiento. La praxis es el criterio de la verdad teórica.

Pero, ante todo, el materialismo de Marx es un materialismo histórico. Esto quiere decir que Marx, partiendo de su materialismo práctico, pone los principios de una nueva ciencia de la Historia, es decir, la actividad social y colectiva del ser humano es la que hace su historia, y esta no es otra cosa que su actividad en el proceso real de la producción de los bienes que necesita para subsistir y la forma de intercambio que corresponde a cada modo de producción. “El conjunto de relaciones de producción –dice Marx ([13])- constituye la estructura económica de la sociedad, la base concreta sobre la cual se levanta una superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de vida social e intelectual en general”. La teoría científica de la historia o materialismo histórico consiste, pues, en afirmar que la ciencia histórica no debe reducirse a tratar los actos de los reyes o caudillos militares, de las guerras etc., sino que debe ocuparse principalmente de la historia de los productores de los bienes materiales, de las relaciones sociales de producción e intercambio de estos bienes. El modo de producción de esta vida material condiciona y determina, en última instancia, aunque no en exclusiva, la vida intelectual y social de todo ser humano. Las ideas, la vida intelectual y social están determinadas, en último término, aunque no totalmente, por la actividad económica o el trabajo colectivo que es quien transforma la realidad.

Ciertamente, el marxismo-leninista soviético no sólo acentuó la primacía de la actividad social y económica frente a las ideas, sino que afirmó también que en ellas existen leyes objetivas e inmutables que deben aplicarse posteriormente en la transformación de la realidad, lo que se conoce como materialismo dialéctico, desarrollado por Lenin y Stalin ([14]), que se contrapone al materialismo histórico de Marx. Las encíclicas de los Papas interpretaron la doctrina marxista en el sentido de este materialismo dialéctico, tal como la presentaban en su tiempo los partidos comunistas soviéticos y afines, por ello nada tienen de extraño sus condenas, como lo hizo Pío XI en su Divini Redemptoris. Hoy, sin embargo, dado el nuevo conocimiento de la ciencia histórica, particularmente de la doctrina marxista, bien podemos afirmar que lo específico del ser humano no son tanto las verdades que vienen de fuera, la ideas o la autoconciencia espiritual que recibimos por tradición, sino la actividad colectiva, el proceso social humano de nuestra época que, apoyado en lo anterior, pretende transformar nuestra realidad presente. Esto puede aplicarse al concepto que tenemos de la revelación en la Biblia. Esta no consistirá tanto en verdades reveladas o dictadas por Dios a un vidente, sino en el proceso de experiencia vital de un pueblo y de todos los pueblos, que tratan de dar un sentido a su vida, a partir de los mitos religiosos y culturales en el que viven y que podrá ponerse por escrito o no. Si pues admitimos hoy que el ser social, el proceso social, la praxis es quien determina nuestra conciencia, debemos admitir también que la praxis de las primeras comunidades cristianas es la que forman nuestra fe, nos dan a conocer los dichos y hechos de Jesús y nos dan a conocer, al mismo tiempo, la revelación del Padre. Apoyados hoy nosotros en esta praxis debemos generar nuestra propia praxis cristiana en el mundo que nos ha tocado vivir. Entonces no hay dificultad para ser materialistas y tendremos que agradecer a Marx y a la ciencia moderna este cambio copernicano de mentalidad.

¿Es ateo el marxismo?

Giulio Girardi, en la obra citada al principio, fue uno de los primeros en señalar que la característica común de las diversas formas del ateismo de los años 50 y 60 no era Dios mismo, ni las pruebas de su existencia, sino el hombre, “El ateismo, dice, participa del carácter antropológico, reflejo de todo el pensamiento moderno. Por lo mismo, en su momento negativo, más que una critica de Dios es una crítica de la religión” ([15]). Y esta es la postura, tanto de Marx como de los marxistas posteriores. No se preocupan tanto de Dios, negando su existencia o atributos, sino de la religión que manifestaba en su tiempo el cristianismo. Para el marxismo, la religión es una tapadera de la ignorancia humana, una alienación e inversión de la realidad y, finalmente, una resignación frente a la explotación ([16]).

a) Una tapadera de nuestra ignorancia. Marx parte de las ideas de los jóvenes hegelianos, de que “Dios es una creación del ser humano” y surge de la impotencia del hombre primitivo frente a las fuerzas de la naturaleza. Como no puede luchar contra ellas, las diviniza. Se inventa un ser todopoderoso, extraño y fuera de sí, quien puede otorgarle, si se lo pide, lo que él es incapaz de conseguir. La religión es una forma de ignorancia, una tapadera de nuestras deficiencias. El ser humano es quien crea a su dios, un dios tapa-agujeros y una religión de oración y sumisión. A esta religión de impotencia y sumisión se oponen la ciencia y la técnica humana que ofrecen los instrumentos adecuados para dominar a la naturaleza. Desde el siglo XIX, con el crecimiento de la sociedad industrial, la religión entró en conflicto con las ciencias. Donde se implantaba la industrialización, la religión retrocedía. Al parecer hoy, en la sociedad informatizada y del conocimiento, las religiones parecen retomar nueva fuerza, pero creemos que sólo retornan en sus formas más fundamentalistas.

b) Una alienación e inversión de la realidad. Para el marxismo el ser humano, individual y social, se hace y se crea por medio de su actividad, de su trabajo, se libera dominando la naturaleza, humanizándola. Su libertad es una incesante conquista, un esfuerzo ético, una liberación de todas las alienaciones posibles: económicas, políticas, ideológicas, culturales y religiosas, que están presentes en su mundo. La alienación religiosa es una de las más sutiles y profundas, porque es una ilusión, una inversión del ser real, del ser humano, al proyectar para “otro mundo” la verdadera vida, produciendo una ruptura entre la vida real y la vida ideal o abstracta. Por ello, la religión es una ilusión, una conciencia invertida del mundo, una realización fantástica de la esencia humana, carente de toda realidad, una alienación. Su abolición será condición para que el ser humano pueda ser feliz en este mundo. Así lo expresa Marx en el famoso texto de la Introducción a la crítica de la filosofía del Derecho de Hegel.: “El sufrimiento religioso es, por una parte, la expresión del sufrimiento real y, por otra, la protesta contra el sufrimiento real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, así como el espíritu de una situación carente de espíritu. Es el opio del pueblo. La abolición de la religión en cuanto dicha ilusoria del pueblo es necesaria para su dicha real. La exigencia de abandonar sus ilusiones sobre su situación es la exigencia de que se abandone una situación que necesita de ilusiones. La crítica de la religión es, por lo tanto, en embrión, la crítica del valle de lágrimas que la religión rodea con un halo de santidad” (la cursiva es del mismo Marx) ([17]).

c) Finalmente, para Marx, la religión es una resignación frente a la explotación. Para él la religión no es sólo una forma de alienación, sino la alienación fundamental, porque está en relación con la alienación económica del proletariado que, como se sabe, es la “injusticia fundamental” de todo el sistema capitalista. Por tanto, en la sociedad clasista burguesa, la religión, como componente de la ideología de la clase burguesa dominante, tendrá una doble función: A los proletarios oprimidos les ofrecerá la compensación de sus frustraciones económicas, será la droga, el opio o narcótico que les inducirá a resignarse ante la injusta situación en que se encuentran y les impulsará a recluirse en su interior en donde encontrarán a su Dios, en espera de la recompensa futura que Él les ha prometido. A la clase dominante, a cambio de sus limosnas o beneficencia, les justificará y tranquilizará su conciencia de explotadores aquí abajo y les venderá fáciles billetes de entrada para el cielo. La religión es, por tanto, la aliada natural de la burguesía, porque legitima esta explotación y sufrimiento presente al proyectar para el futuro de la “vida eterna” su justicia y castigo, lo que equivale a condenar, aquí y ahora, a las víctimas a una actitud de resignación y sumisión.

Las/os cristianas/os constatamos hoy, sin la menor duda, de que la religión que históricamente conocieron Marx, Engels y Lenin en su tiempo, y que aún practica gran parte de las/os cristianos/as de hoy, tiene los rasgos y características denunciadas por ellos. Nuestra conciencia cristiana reconoce la justeza de esta crítica y hoy vemos en ella un instrumento de “purificación de la idea de Dios” y de formas caducas de religiosidad, por lo que debemos estarle agradecidos. Lo que Marx critica, y con razón, no es la existencia de Dios, sino la interpretación y práctica que hacia de ella el cristianismo de su tiempo, mediante la cual todo lo esperaba de Dios, forzándole a intervenir continuamente en nuestro mundo para que supliera nuestra impotencia humana. Este dios es un “tapagujeros”, un fetiche o un ídolo que no resiste la crítica filosófica y que hay que suprimir de la conciencia cristiana. En esta tarea participan también muchos teólogos, cuya teología es conocida como “de la muerte de Dios”. Por otra parte, también es verdad que, en muchas ocasiones, la religión cristiana ha sido la aliada natural de la burguesía, condenando a sus víctimas a la resignación y sumisión, porque ese era el “orden natural” querido por Dios. Hasta el Vaticano II, en la Gaudium et Spes, no se llega a reconocer la plena autonomía de lo mundano y la nueva relación del ser humano con el mundo, en donde aparece como sujeto de su acción humanizadora sobre la naturaleza. Reconociendo la autonomía de la ciencia, de la política, de la cultura, de la moral estamos mejor preparados para descubrir el nuevo rostro de Dios. Y ello, en gran medida, gracias al marxismo.

Aparece claro, pues, que el marxismo al preocuparse exclusivamente de la acción liberadora del ser humano en su relación con la naturaleza y los otros seres humanos, no trata de realidades que puedan trascender su acción. Por ello no trata de Dios, sino de la religión como actividad humana. Y, en tal sentido, el marxismo no sólo no es ateo, sino que aparece como purificador de las falsas formas de la religión. Por todo ello se concluye: primero, que el ateismo no está vinculado “metafísicamente” al marxismo, aunque sí lo estuviera a la expresión histórica del marxismo leninista-estalinista del comunismo soviético y que, por consiguiente, el compromiso político de los Partidos marxistas es autónomo y laico, no confesionalmente ateo ni creyente y, por tanto, admiten la militancia, en plan de igualdad, tanto a creyentes como no creyentes. Es este un nuevo aspecto histórico del proceder de sectores cristianos, que no conocieron ni Marx, ni Engels y, sobre todo, Lenin que, aconsejando dejar la fe a las puertas del Partido, reducía la vivencia de la fe a una cuestión privada ([18]). Si esto es así, no hay objeción materialista ni atea que pueda ser obstáculo para que las/os cristianas/os podamos militar en partidos de izquierda, incluidos los marxistas. Pero ¿hay razones positivas para militar en ellos?

Militancia y aportaciones de los cristianos

Si el cristianismo se entiende como religión de culto a un Dios omnipotente que suple nuestras carencias humanas, religión que proyecta para “otro mundo” la verdadera vida y predica en éste la resignación frente a la explotación capitalista, sólo cabe entonces la militancia en los partidos de derecha que defienden a la burguesía capitalista. Pero si el cristianismo, purificado de tales formas alienantes, de ser “opio del pueblo” y lo entendemos como actitud ética y profética, como opción liberadora de los oprimidos, en la que damos culto al Padre, entonces puede transformase también en una fuerza revolucionaria, que protesta y se revela contra el sufrimiento real de tantas criaturas, como reconocía Marx. Para muchos sectores de la Iglesia, la recuperación de la fuerza revolucionaria del mensaje y la praxis de Cristo (fe liberadora) nos impulsa a unirnos con todos aquellos que luchan por los valores de la izquierda, sobre todo marxista, porque, aunque partamos de presupuestos diversos, los cristianos podemos coincidir con la izquierda revolucionaria en su objetivo de “liberación de la oprimidos”. Nuestra fe liberadora es para nosotros el motor que nos impulsa para militar en partidos de izquierda y luchar por la liberación de los oprimidos, del mismo modo que a otras personas, prescindiendo de la religión, les impulsan sus ideales de erradicar las desigualdades humanas. Así lo reconocía el Partido Comunista de Euskadi: “Hay cristianos, decía, que encuentran en su fe un estímulo para su compromiso socialista; en ellos la religión no ejerce una función alienante, sino liberadora” ([19]). Sin embargo, hay que tener en cuenta que nuestra militancia en un partido o sindicato concreto de izquierdas no procede ni se deduce de esta fe liberadora, sino de nuestra opción de clase o conciencia revolucionaria. Partiendo de la fe liberadora, cada cristiana/o debe sopesar y discernir cuál de las opciones concretas se adapta o le convence más, dentro del pluralismo de los partidos de izquierda. “Independientemente de los motivos que cada cual opta por el socialismo, los cristianos que vienen al Partido lo hacen por una opción de clase y no deducen su militancia (en tal Partido) de su fe”, decía la Declaración del Comité Central del PSUC ([20]). Y así lo hacen hoy muchos sectores cristianos de la Iglesia, tanto católica como luterana, como las Comunidades eclesiales de base (CEB) de Sudamérica, las Comunidades Cristianas Populares de Europa y de España, los Cristianos por el Socialismo y otros muchos movimientos asociados en España a Redes Cristianas ([21]). Ahora bien ¿aportamos algo especial los cristianos al militar en estos partidos de izquierda?

Teóricamente no. Nosotros no aportamos análisis y métodos de lucha política, pues el cristianismo no es una doctrina política, ni existe una política cristiana ([22]), ni, como hemos dicho, nuestra militancia en un Partido no se deduce de nuestra fe. Sin embargo, nuestra praxis de cristianos y militantes revolucionarios si aporta y mucho a los partidos de izquierda. Ante todo, al verificar esta praxis, histórica o relativamente, la verdad teórica del partido de izquierdas, la militancia de los cristianos en él es un acicate y estimulo para que no se olviden los objetivos fundamentales de la izquierda: la liberación de los oprimidos de todas sus alienaciones como, por desgracia, ocurre tantas veces. Nuestra militancia es, pues, un fuerte estímulo para el resto de los militantes, del mismo modo que los nuevos miembros de un grupo o los inmigrantes aportan nueva sabia e ilusiones al grupo o pueblo donde se integran. Por otra parte, contribuye a entender al Partido como un partido de masas y no sólo de élites dirigentes, ya que amplía la pluralidad de enfoques teóricos o culturales dentro del mismo y muestra el poder de penetración y captación de los postulados del Partido en sectores cristianos ajenos antes a ellos. Y, respecto a los partidos marxistas-leninistas, la praxis de los cristianos fortalece el carácter laico del partido, superando la identificación del comunismo con el ateismo. Así lo reconoce la Declaración del Comité Central del PSUC, antes citada: “La presencia de cristianos en el seno del Partido, dice, constituye una nueva dimensión de la actividad del Partido frente a los problemas fundamentales y amplia el horizonte ideológico, hecho que nos permite avanzar mejor en el desarrollo de la teoría y de la práctica marxistas” (La cursiva es mía) ([23]).

Antonio Moreno de la Fuente

CPS Sevilla, 15 de septiembre 2011


[1] Citamos, sin querer ser exhaustivos, a Girardi, Giulo. Marxismo y cristianismo, Madrid: Taurus, 1968.- Aguirre, Jesús; López Aranguren, José Luis [y otros]. Cristianos y marxistas: los problemas de un diálogo. Madrid: Alianza editorial, 1969

[2] Puede consultarse: Comín, Alfonso. Cristianos en el Partido, comunistas en la Iglesia. Barcelona: Laia, 1977.- Castells, J.M.; Hurtado, J.; Margenat J.M. De la dictadura a la democracia. La acción de los cristianos en España (1939-1975). Bilbao: Desclé de Broker, 2005.

[3] Higinio Polo. El fracaso de la socialdemocracia. [En línea: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=134915. Consulta 01/09/2011]

[4] Diez consejos para mantenerse militando a la izquierda. [En línea: http://servicioskoinonia.org/agenda/archivo/obra.php?ncodigo=365. Consulta 06-07-2011]

[5] Véase mi artículo El retorno de Marx. [En línea: http://www.redescristianas.net/2009/01/16/el-retorno-de-carlos-marxantonio-moreno-de-la-fuente/ . Consulta 06-07-2011]

[6] Ver Aguinis, Marcos. Entre la izquierda y la derecha. [Èn línea: http://www.lanacion.com.ar/1133310-entre-la-izquierda-y-la-derecha-los-valores. Consulta 01-09-2011].

[7] Girardi, Giulio. Marxismo y cristianismo, p. 83.

[8] Comín, Alfonso. Ob.cit., p.194.

[9] Ibid. pp.196-211.

[10] Por ejemplo la Encíclica “Quanta Cura” de Pío IX (1864)y la “Divini Redemptoris” de Pios XI (1937) que dice en el nº.9: “La doctrina, que el comunismo oculta bajo apariencias a veces tan seductoras, se funda hoy esencialmente en los principios del materialismo, llamado dialéctico e histórico, ya proclamados por Marx, y cuya única genuina interpretación pretenden poseer los teorizantes del bolchevismo Esta doctrina enseña que no existe más que una sola realidad, la materia, con sus fuerzas ciegas: la planta, el animal, el hombre son el resultado de su evolución. La misma sociedad humana no es sino una apariencia y una forma de la materia, que evoluciona del modo dicho, y que por ineludible necesidad tiende, en un perpetuo conflicto de fuerzas, hacia la síntesis final: una sociedad sin clases. En semejante doctrina es evidente que no queda ya lugar para la idea de Dios: no existe diferencia entre el espíritu y la materia, ni entre el cuerpo y el alma; ni sobrevive el alma a la muerte, ni por consiguiente puede haber esperanza alguna de otra vida”. [En línea: http://www.vatican.va/holy_father/pius_xi/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_19370319_divini-redemptoris_sp.html . Consulta 01-09-2011]

[11] Véase, para mayor amplitud de esto, a Fernández Buey, Francisco. Marx (sin ismos). Barcelona: El viejo Topo, 2009, cap. El nuevo materialismo.

[12] Marx, Karl. Prefacio a la Contribución a la crítica de la economía política (1859), en: Marx, Karl; Engels, Friedrich. Sobre la Religión, tomo I. Ed. Preparada por Hugo Assmann y Reyes Mate. Salamanca: Sígueme, 1979, pag. 241.

[13] Marx, Karl. Ob.cit., p. 241.

[14] Véase mi art. El marxismo de las/os CPS. Documento 38 de Cristianos por el Socialismo. [En línea: http://www.cristianosporelsocialismo.es/documentos.htm . Consulta 02-09-2011]

[15] Ob.cit., p.36. La cursiva es mía.

[16] Seguimos a Giulio Girardi, en su obra citada y a Hugo Assmann y Reyes Mate en la Introducción a la obra: Marx, Karl; Engels, Friedrich. Sobre la Religión, tomo I. Ed. Preparada por Hugo Assmann y Reyes Mate. Salamanca: Sígueme, 1979.

[17] Marx, Karl; Engels, Friedrich. Sobre la Religión, p.93-94.

[18] Asi lo afirman las Declaraciones de los Comités Ejecutivos de los Partidos Comunistas de España, de Euskadi y de Catalunya, en 1975 y 76. Véase Comín, Alfonso. Ob.cit., pp.193-211.

[19] Ibid., p. 197

[20] Ibid., p. 205.

[21] Redes Cristianas [En línea: http://www.redescristianas.net ], en donde pueden verse los movimientos que están asociados en ella.

[22] Véase Coste, René. Evangelio y Política. Traducción de José Mª de Llanos. Madrid: Cuadernos para el diálogo, 1969.

[23] Comín, Alfonso, Ob.cit., p.211.