sábado, 22 de diciembre de 2012

FE E HISTORICIDAD





LA SAGRADA FAMILIAUN SÍMBOLO





del buey y la mula.
El libro de Benedicto XVI acerca de la infancia de Jesús ha suscitado la reflexión acerca de la historicidad de aquello que según la tradición ocurrió realmente en Nazaret, en Belén con los ángeles y pastores o en la huida a Egipto. Dios se revela dentro de la historia y la fe del creyente se sitúa también dentro de la historia, por consiguiente es lógico que nos preguntemos ¿qué ocurrió realmente en Navidad?
Hace ya muchos años que sabemos que los evangelios, especialmente los de la infancia, no son un libro de historia. Son elaboración teológica y mensaje. Detrás del lirismo de aquellas escenas hay una teología pensada hasta en sus más delicados detalles. Literariamente son textos sobrios, de una sobrecogedora belleza y poesía, de una aparente simplicidad pero también de una extraordinaria profundidad. Fueron los últimos textos que Mateo y Lucas escribieron pero los pusieron al comienzo de sus evangelios como un mensaje claro de alegría y esperanza: quisieron anunciar a las primeras comunidades quién es y qué significa Jesús de Nazaret. A la comunidad judía se le dice que Jesús es el mesías esperado y que desde Abraham toda la historia de salvación estuvo encaminada hacia él. Y a la humanidad en general se nos dice que no estamos solos, Él, el Emmanuel, está en medio de nosotros, “nos ha nacido un salvador”.
Lo importante no es la historia sino el mensaje de fe. Son pocos los hechos históricos contenidos en estos relatos que la exégesis da por verdaderos: los esponsales de María y José, la descendencia davídica de Jesús, el nombre de Jesús, el nacimiento de Jesús de María, la pobreza como ambiente, Nazaret como lugar de residencia. Y sobre ellos Mateo y Lucas construyen el relato teológico con el ropaje del género literario del “midrash”, que consiste en tomar un hecho o un dicho de la escritura y elaborarlo, embellecerlo o buscar paralelismos con otros personajes al objeto de subrayar y proclamar de forma inequívoca una verdad de fe.
Aquel mensaje de fe, y de alegría y esperanza, ha trascendido los límites de la primera comunidad. Las escenas familiares de Navidad pretenden ser proclamaciones de fe acerca de Jesús Salvador nacido pobre y débil como todo niño. A través del lenguaje del mito, del símbolo y de la poesía el ser humano se sumerge en la humilde vida que nace para toda la humanidad como esperanza de liberación. Así lo entendió San Francisco de Asís cuando allá en la Porciúncula inventó el primer Belén de la historia.
Por eso sorprende que en su libro Benedicto XVI utilice una exégesis con voluntad de asegurar la historicidad de cada uno de los hechos.
Querer salvaguardar a toda costa la historicidad de cada una de las escenas de los relatos evangélicos, aparte de perderse en la complejidad o imposibilidad de la demostración de las mismas, sobre todo es situarse fuera de la atmósfera creada por Mateo y Lucas: una atmósfera en la que su preocupación no es saber si existió o no la estrella, si se aparecieron o no los ángeles, si hubo o no buey y mula, si los magos vinieron del Oriente o de Tartesos, o si la virginidad de María hay que entenderla en el sentido físico, sino en saber que Dios asume como propia la historia de la humanidad, el significado religioso del Niño.
Jaume Botey






NAVIDAD REFLEXIVA Y HUMANISTA


NAVIDAD REFLEXIVA Y HUMANISTA



Cornellá de Llobregat




A modo de felicitación de Navidad
La tan traída y llevada crisis debería ser el motivo principal para estas Navidades, pero al ser tan larga hemos ido escribiendo tanto y tantas veces sobre ella que no es fácil no repetirse. Por eso en esta ocasión voy a prescindir de ella, no sin antes hacer un par de afirmaciones que dejan claro en qué lado estoy:
El capitalismo es un sistema intrínsecamente perverso, por lo que no hay otra alternativa que su eliminación. Lo que debería venir después debe ser un socialismo que no tiene por qué parecerse a lo que se ha tenido hasta ahora.
No es cierto que sea ético hacerse rico: Solo robando, ya sea la plusvalía o robando al estilo de los bancos y/o de los grandes estafadores, se puede hacer uno verdaderamente rico. El día que se teorizó que los proletarios podíamos hacernos ricos se empezó a profundizar en una senda que solo puede llevar y lleva a la corrupción.

Por todo esto este año quiero poner dos estampas, dos momentos: en el primero quiero hacer un homenaje a mis amigos y amigas de la Coordinadora contra la Marginación, con ellos he aprendido, he llegado a comprender lo que hay detrás de tantos y tantos que han padecido y padecen el problema de la adicción a las drogas, al alcohol..:
“A MODO DE SUEÑO.
ANOCHE, MIENTRAS DORMÍA, SOÑÉ….
Que estábamos en un día luminoso, como si hubiera nacido una nueva sociedad. Estábamos en Europa; los gobiernos europeos habían tomado una importantísima decisión, habían llegado a la conclusión de que los procesos de negación de cualquier cosa producían, la mayor parte de las veces, el efecto contrario. La Ley Seca, había producido probablemente más alcohólicos que el propio alcohol, además, mafia, muertes… Con las drogas había ocurrido un proceso parecido, la droga destruía a una parte importante de la juventud, se convertía en un auténtico círculo vicioso e infernal, al mismo tiempo, era el pretexto para la creación de las mafias más criminales que jamás hayan existido. Había llegado a tal extremo la degradación que calculaban que un 80 % o más de los presos tenían algún tipo de relación con las drogas.
Después de mucho buscar soluciones, alguien, como quien no quiere, apuntó la más simple, la más sencilla, la más fácil, pero la que exigía más coraje, legalicemos la droga y comencemos a tratar como enfermos que son a los drogadictos.
Todo el mundo compartía esta cuestión, pero como una intuición, no como una certeza. Además había un gran sector, con unos intereses económicos muy fuertes, que prefería la prohibición, la criminalización, porque sólo así podrían seguir acumulando enormes capitales, aunque fuera a costa de inmenso sufrimiento y de infinitas vidas humanas.
Una vez tomada la decisión de legalizar las drogas se pusieron a trabajar. Comenzaron a tratar el problema inmediato de los “enfermos de la droga”. Gran parte de ellos estaban en la cárcel: habían sido condenados por “delitos” relacionados con las drogas. En la mayor parte de los casos, eliminados los antecedentes, debían quedar en libertad. Fue un momento muy duro, pero de mucha esperanza. La sociedad civil se sumó al carro…Al principio costó convencer a los más recalcitrantes: No lo eran por maldad; el “pensamiento único” había llegado con el devenir de los últimos tiempos a constituir una especie de epidermis, de cultura, de costumbre, de hábito. El superar esa cultura de la criminalización, de la represión, de la cárcel, había supuesto una auténtica revolución. Ahora, rotos los tabúes, había que remangarse y mancharse, había tanto trabajo por hacer… Y lo más esperanzador es que había muchos y muchas dispuestos a poner el hombro.
Después soñé que dormía y me daba miedo despertar…”
El segundo también quiere ser un homenaje a mis amigos y amigas, trabajadoras y trabajadores de Recibaix Empresa de Inserción, que trabajan todo lo relacionado con la recuperación, el reciclaje, (y en ese trabajo se recuperan personas…). Estas empresas, como mis amigos, son un rayo de esperanza hacia la sostenibilidad de esta nuestra maltrecha sociedad
LA RECUPERACION. FILOSOFIA
“Dos estampas a contemplar:
1ª. Un pueblo de Castilla, o de Aragón, o de Catalunya...
Años 50 – 60. Es un pueblo pequeño de unos 50 a 100 vecinos. Superan los 500 habitantes. Viven de la agricultura, por y para el campo. Es una sociedad que vive en la simple subsistencia: comen del campo, crían los pocos animales que van a consumir. Tienen animales para las labores del campo: caballo y mulas, quizá un par de bueyes. Para arar y hacer las faenas del campo. Hay una familia con vacas y surte de leche a todo el pueblo. Cada uno va con su cazuela por la leche, o la botella de vidrio. El vino, cada familia lo tiene en dos o tres cubas y en unas cuantas garrafas de media cántara. No hay tetrabric, ni botellas, ni plásticos: el porrón o la bota que se llenan una y otra vez, hasta que se rompen. La gente del pueblo no es muy leída, así que rara vez se compra el periódico... Libros..., en la escuela se usa la enciclopedia que abarca todas las asignaturas posibles, empezando por la Historia Sagrada. El plástico realmente no se conoce, porque no se necesita, para qué... Tienen luz (con muy poca potencia) y acaban de poner el agua corriente en las casas. Hasta hace muy poco no había váteres, para qué querían la cuadra?. Los sobrantes de la comida (no se piense que era tanto) no se desperdiciaba: estaban los animales para comerlo: el cerdo, las gallinas... La ropa. La ropa no se acababa nunca: mientras se podía se usaba, cuando empezaba a fallar, se le ponían los remiendos que hicieran falta, y cuando no servía para otra cosa, se la usaba como remiendo... O sea, se reciclaba absolutamente todo.
Con la mentalidad de hoy diríamos que en este pueblo faltaba una cosa muy importante: el contenedor de basura. Pues no, ni lo hay ni lo necesitan. Y además en el campo no se ven las suciedades que hoy en día con demasiada frecuencia lo llenan todo. Todo lo que no pueden gastar las personas o los animales sirve para el abono de los campos: La basura que producen los animales, cualquier labrador, agricultor, pagés, sabe como rentabilizarla: bien amontonada, con dos vueltas para que se pudra bien, está lista para el abono de los campos. Si hubiera más, más se echaría, no sobra absolutamente nada.
No es un retrato idílico. Era una sociedad rural, de subsistencia. No era fácil aquella vida. Había muy poco dinero. No se pasaba hambre, pero había muchas deficiencias. Y había la conciencia de que la naturaleza había que cuidarla porque si no, no nos daría para esa subsistencia. Y por eso no se necesitaban ni vertederos de basura ni nada por el estilo. Y había como una comunión entre hombre y naturaleza.
2ª estampa. El mismo pueblo.

Años noventa. Muchas casas están abandonadas. Apenas hay niños. A según qué horas no se ve ninguno: se los llevan a la ciudad a clase. Tampoco se ven animales, apenas ni siquiera gallinas. Todo el trabajo lo realizan con maquinaria: tractores, cosechadoras, sembradoras... En muchas casas solo hay ancianos. No estamos añorando los viejos tiempos: pocos de nosotros resistiríamos volver a aquel tipo de vida, simplemente damos fe de una realidad: por cuestiones que no vienen a cuento, el campo se ha despoblado, muchos pueblos son como un cementerio en el que ya ni siquiera se entierra... por falta de enterrador, claro. Sin embargo, a pesar de que hay muchos menos habitantes, esta sociedad no sabe ya reciclar las basuras que produce, es más, produce una cantidad de basura inmensamente mayor que la que producían entonces, cuando la sociedad de consumo estaba en sus inicios..., por eso se ven unos cuantos contenedores estratégicamente colocados en el pueblo: una vez a la semana viene un camión especial y recoge lo que tienen estos contenedores. Al principio lo vaciaban a un par de kilómetros del pueblo, en un barranco grande que hay allá desde siempre. Cuando ya no cabía más “porquería” dejaron de arrojarla en ese lugar. Ahora la llevan al vertedero general. Dicen que aquello está ya hasta las nubes, que ya no cabe más, que hay que buscar otro lugar o que hay que volver a lo antiguo: cuando cada uno reciclaba lo suyo...
No son estampas africanas. Son estampas de cualquiera de nuestros pueblos. Y no ocurrió en siglos pasados: son cosas de estos últimos cuarenta/cincuenta años. Evidentemente la evolución en este caso ha jugado claramente en contra de la naturaleza: no hemos sabido adaptarnos a una nueva situación y en la medida que sigamos así (y parece que así seguimos) el problema creado adquirirá tales dimensiones que llegará el momento en que el problema devendrá en un problema de civilización...”

Una feliz Navidad, un 2013 no tan duro para los trabajadores y trabajadoras y mucha fuerza para que de esta crisis aprendamos alguna lección: Que nada podemos ni debemos esperar de este sistema y que por lo mismo debemos buscar y encontrar las claves para superarlo. FELIZ NAVIDAD Y UN AÑO 2013 QUE COMIENCE A SERNOS PROPICIO…

Benigno Martínez

Cornella, Diciembre de 201




























jueves, 13 de diciembre de 2012

La Europa inservible (*)

09DIC2012

 

por Rafael Poch / La Vanguardia.com

Domingo, 09 de Diciembre de 2012 15:05

La Europa inservible (*)

Su necesaria refundación no vendrá del “más Europa” que se pregona desde Bruselas y Berlín, sino de una rebelión popular cuyo marco solo puede ser nacional.

Vamos a hablar del proyecto europeo, de porqué esta Unión Europea, tal como está diseñada, es inviable e inútil para afrontar los retos del siglo. Por “retos del siglo” entiendo el calentamiento global, el auge demográfico, el “pico” petrolero y los problemas globales de dominio de unos países sobre otros, de pobreza y de desigualdad, combinados con una mentalidad caduca que tiende a seguir “resolviendo” todas esas cuestiones con métodos militares en un mundo atiborrado de armas de destrucción masiva capaces de anular toda vida en el planeta. Esos retos claman una “nueva civilización” y una Europa como la que tenemos es un claro impedimento a ella.

Así que vamos a hablar primero de las razones que hacen inviable desde ese punto de vista a la actual Unión Europea, luego, de la respuesta ciudadana que habría que dar a esa realidad y acabaremos con una reflexión sobre la violencia y los riesgos que tal respuesta comporta para quienes la asumen. Pero antes de entrar en esa crítica, quisiera subrayar la importancia de que haya en Europa algún tipo de pacto y estrecho vínculo internacional.

El motivo es que, desde el punto de vista de la historia universal de la guerra y la paz, Europa es la parte más guerrera y violenta del mundo. En los últimos quinientos años la historia europea salta de una guerra a otra, especialmente en los dos siglos que van de 1615 al fin de las guerras napoleónicas en 1815. En ese periodo las naciones europeas estuvieron en guerra una media de sesenta o setenta años por siglo. Luego hubo un poco más de paz hasta 1914, si olvidamos la guerra de Crimea o la franco-prusiana, pero en ese periodo Europa continuó culminando la exportación de guerra y genocidio hacia fuera de sus fronteras con el holocausto colonial- imperial que fue la conquista del mundo no europeo. Además, en ese periodo de relativa paz interna Europa inventó la industrialización y con ella industrializó la guerra lo que la convirtió en algo mucho mas destructivo. Dos guerras mundiales de inusitada mortandad e incubadas en y por Europa, fueron el resultado.

La Unión Europea se creó, precisamente, para remediar la crónica pelea continental, que después de la Segunda Guerra Mundial ha dado lugar a 67 años de paz, una paz, sin embargo, tutelada por dos superpotencias en tensión nuclear, es decir una paz bajo vigilancia y presidida por un factor, el de la destrucción masiva, que representa el escalón superior de la estupidez humana.

Así que tengamos bien presente este dato sobre la Europa guerrera violenta y dominante a la hora de criticar el actual proyecto europeo.

I)   Todavía en 2003 Jürgen Habermas, el principal filósofo alemán vivo, pudo escribir un libro titulado “El occidente dividido” y ser tomado en serio. Su contexto era la desavenencia entre una parte de la Unión Europea, su matriz franco-alemana, y la administración Bush durante la segunda guerra de Irak. Y su fundamento era la exaltación de los “valores diferentes” –y por supuesto mejores- que Europa decía representar comparada con Estados Unidos.

En esa comparación, Europa era un continente de paz y de cultura, con apego a la nivelación social y al estado asistencial, regido por el derecho internacional y no por la ley del mas fuerte, es decir centrado en la diplomacia y no en la guerra, y tolerante y no fundamentalista en materia religiosa.

En países como China, esa desavenencia de 2003 estuvo en el centro de la discusión internacional de los dirigentes de Zhongnanhai, el Kremlin de Pekín. La posibilidad de que Occidente, aquel bloque que crucificó a China en el XIX, pudiera partirse en dos y se convirtiera en dos polos con intereses globales y recetas diferentes, es decir en algo más débilque lo anterior, era sumamente interesante por las mayores posibilidades y márgenes de acción que podía reportar en la multipolaridad a los países emergentes.

Ahora sabemos que aquella desavenencia, con su discurso narcisista y embellecedor de la Unión Europea sobre sí misma, es un fraude y que las esperanzas de una divergencia trasatlántica que tanto interesaron en China fueron un espejismo. La actual crisis nos ofrece una perspectiva mucho más real y un espejo mucho más fiel de la realidad europea.

Constatamos que esa Europa “autónoma y mejor” y preconizadora de “otros valores”, ha apoyado, colaborado y participado en casi todo lo que reprochaba a su pariente histórico de ultramar. Es decir Europa sigue siendo imperialista y sus debilitadas naciones se unen, precisamente, para poder seguir siéndolo. Veamos la lista:

-Durante veinte años se ha excluido a Rusia de cualquier esquema de seguridad continental. Es decir se ha impedido cerrar la relación de guerra fría con el extremo oriente de Europa, tal como quería el malogrado proyecto de Gorbachov. La ampliación al Este de la UE se hizo sobre un guión supervisado en Washington, según el cual el ingreso en la  OTAN era la antesala de la Unión Europea.

- En cuanto la URSS dejó de ser percibida como amenaza, Europa se lanzó a la guerra. Doce días después del ingreso de Polonia, Hungría y Chequia en la OTAN, comenzó la campaña de Kosovo para acabar con Serbia como estado regional anómalo para la nueva disciplina continental. El belicismo y la manipulación mediática adquirieron en Europa niveles que se creían exclusivos de Estados Unidos. Por primera vez desde Hitler, tropas alemanas participaron, en los Balcanes, en un conflicto, y nada menos que en nombre de la prevención de nuevos Auschwitz y “genocidios”.

-En Irak la divergencia franco-alemana con Bush no impidió una colaboración en toda regla a nivel de logística, servicios secretos, torturas y centros secretos de detención de la  “guerra contra el terror” que impide considerar como exclusivamente americanos asuntos como el de Guantánamo: los vuelos de la CIA atravesaron Europa desde Polonia hasta Rota, las cárceles secretas, las torturas y los secuestros implicaron complicidades de todo el mundo. Francia cedió su espacio aéreo para la campaña iraquí, los servicios secretos alemanes identificaron sobre el terreno en Bagdad los objetivos de los misiles del Pentágono y las bases alemanas fueron el principal nudo logístico de la guerra.

-En Palestina, la UE ha sido incapaz de trabajar para la creación de un Estado Palestino, sin duda la medida más eficaz contra el radicalismo islámico en todo el mundo y un imperativo moral incontestable. Por el contrario, ha ido incrementando unas relaciones privilegiadas con Israel y ha incrementado su complicidad con esa comedia que llaman “proceso de paz” en Oriente Medio, basada  en el apoyo al país ocupante y agresor.

- En Afganistán, la misma Europa que durante la guerra fría protestó y se negó a participar en Vietnam, se ha volcado con decenas de miles de soldados europeos metidos allá once años en esta guerra infame de treinta que no registra protestas. Aún más: los despliegues en el cuerno de África, la intervención militar en Libia y ahora en Mali, demuestran que el intervencionismo militar europeo no es una excepción puntual sino una tendencia consolidada.

-En Oriente Medio vivimos ahora las sanciones y amenazas contra Irán. Un intervencionismo creciente en la guerra civil de Siria que contribuye claramente a hacerla más sangrienta, que usa a fondo la habitual manipulación mediática y que da por completo la espalda a toda acción diplomática. El horizonte estratégico de este intervencionismo va más allá de Siria: complicar la vida a su aliado, Irán –objeto de sanciones por la sospecha de una ambición nuclear que, convertida en hecho conocido en el caso israelí se tolera sin problemas- y de paso complicar también el aprovisionamiento energético de China.

-Y todo esto está perfectamente interiorizado en el discurso europeo de la política exterior y de seguridad. En Alemania imponer el “acceso” (Zugriff) a los recursos energéticos globales es lo que da sentido a las misiones internacionales del Bundeswehr, afirma el discurso oficial. Hoy día no hay experto y analista de cualquier “centro de estudios estratégicos” del estáblishment, de Bruselas, Berlín o Londres, que no mencione el tema como algo rutinario, dando por supuesto que el militarismo es la respuesta a los retos del siglo. Lo llaman “nuevos desafíos” y la doctrina de la OTAN los quiere contrarrestar con acciones militares “preventivas” y “proactivas”, es decir agresiones, en todo el mundo.

Es decir, y concluyendo esta lista: en su relación con EE.UU, la Unión Europea desempeña en el mundo el papel que un primer ministro australiano definió para su país en Asia: el del “ayudante del Sheriff”.

Siendo imperialista y practicando un manifiesto vasallaje hacia Estados Unidos, la actual Europa no puede ser un polo de poder independiente y autónomo en el mundo multipolar y muchos menos un polo benévolo por otras razones.

En primer lugar, como ha apuntado Samir Amin, porque Europa no puede ser unos Estados Unidos de Europa. Por un lado carece de recursos naturales comparables a los de grandes países como Estados Unidos o Rusia. Por el otro,  a causa de su manifiesta falta de unidad interna, porque en Europa están presentes las tensiones y conflictos de intereses centro-periferia propios del desarrollo desigual. Europa contiene  zonas y países que son Norte -Alemania y compañía- otros que son Sur -España, Italia, Portugal- y otros que son patio trasero y tercera categoría: la Europa oriental y balcánica con Grecia incluida. (1)

En segundo lugar Europa no puede ser ni siquiera una federación unitaria porque no existe un “pueblo europeo”. La identidad europea no existe ni se la espera. Haciendo un gran esfuerzo, españoles, italianos, griegos y franceses, pueden alcanzar cierta afinidad identitaria apelando a aspectos de su común tradición (ibérica, católica, la herencia latina-románica, o al mediterráneo). A partir de ahí, y como dicen los chinos, “con la perspectiva de varias generaciones”, quizá pudieran embarcarse en algo juntos hasta el punto de borrar sus diferencias. Es una cuestión de imaginación. Pero imaginar eso mismo conjuntamente con los finlandeses, los alemanes, los húngaros o los británicos, es decir metiendo juntos a mediterráneos, vikingos y hunos, es superar los límites de la fantasía más atrevida.

Y en tercer lugar, la Unión Europea no puede funcionar como proyecto que valga la pena por el motivo que todos percibimos: porque su burocracia ha tenido la osadía de pretender que un billete de banco, asistido por un sistema sanguíneo-circulatorio compuesto por intereses empresariales multinacionales generalmente dominados por países del Norte europeo, podía ser el corazón de esa identidad de fantasía.

El resultado de esa osadía ha sido una especie de monstruo del Profesor Frankestein que ha acelerado la gran desposesión de soberanía que toda Europa siente hoy. Si la democracia en las naciones europeas, en el sentido genuino de “poder del pueblo”, ya era caricatura -en unas naciones más que en otras-, ahora resulta que nuestros imperfectos parlamentos ni siquiera tienen soberanía para decidir sobre presupuestos, o que las sacrosantas constituciones deben reformarse en veinticuatro horas por dictámenes que vienen precocinados desde Bruselas o Berlín y que son decididos por instituciones, como el BCE o la Comisión, que ni siquiera son electas.

Casi todas las propuestas que no parten de la propia burocracia de Bruselas para dar un aspecto humano a este monstruo son alemanas: la canciller Merkel desde la Alemania institucional y otros con pretensiones democratizantes e incluso rebeldes proponen lo mismo:más Europa, más integración europea para superar estos defectos. Habermas y otros quieren una Europa federal que resuelva internacionalmente esa devaluación de soberanía y democracia. Quieren convocar una “Asamblea constituyente europea” de hunos, vikingos y mediterráneos. El diputado verde Daniel Cohn-Bendit propone una Europa totalmente integrada compuesta por estados nacionales reducidos a la insignificancia. Es la única manera, dice, de afrontar el pulso mundial con las potencias emergentes. De lo contrario, advierte, “la influencia de nuestra civilización de dos milenios corre el riesgo de esfumarse”. El ex ministro de exteriores, Joshka Fischer, propone dar poderes dictatoriales a la Unión Europea… Los únicos que insisten en “más Europa” como fórmula para salir del hoyo son los alemanes. Hay que recordar que históricamente el discurso europeo de Alemania ha sido siempre entendido como el de una Europa germánica con los alemanes en el papel de dominante “Herrenvolk”. Una quimera hoy manifiestamente imposible.

Así que por todas estas razones (imperialismo, falta de autonomía y recursos, desigualdad interna, ausencia de un pueblo europeo y de identidad común, y por ser un androide empresarial) esta Europa es, a la vez, imposible e inservible para los retos del siglo.

Una vez constatado esto, y recordando aquello que hace importante y necesario un proyecto europeo común (impedir la pelea secular de sus miembros), no hay más remedio que plantearse la pregunta del qué hacer.

II) De lo que se trata es de realizar una refundación ciudadana del proyecto europeo.

De puertas afuera, esa refundación debe impedir la pelea europea. El proyecto europeo no debe tener más ambición mundial que una negación: la de no contribuir al imperio. Si el proyecto europeo ha de ser imperialista, no lo queremos.

De puertas adentro el marco de esta refundación no debe ser “más Europa”,  sino más soberanía popular-nacional.

Hay que dejar bien claro que el de la refundación ciudadana no es el único escenario de la actual crisis. De lo que aquí se habla es de lo que “habría que…”, no de algo que vaya a ocurrir inexorablemente. Presentimos que en Europa se está incubando una revuelta social mucho más importante de lo que hemos visto hasta ahora, pero nos encontramos en plena divisoria y tenemos datos que pesan tanto en la balanza de lo positivo y emancipatorio como de lo negativo y regresivo.

Por un lado tenemos el avance, en toda Europa, del chovinismo, la xenofobia y el desprecio por el débil y el emigrante, la ridiculización de la solidaridad y el afán de justicia (resumido en ese miserable concepto neocon que es el buenismo). Una perspectiva de la Europa parda de 1930, podríamos decir.

Por el otro lado tenemos el progreso de la protesta social y solidaria: Cuarenta  sindicatos en 23 países participaron el 14 de noviembre en una “Jornada de acción y solidaridad” sin precedentes en Europa. Cotejado con el tamaño y la virulencia de la enorme involución socio-laboral que sufre el continente aquello fue poco y desigual, muy poco. Pero eso ya no es Europa 1930, sino una perspectiva 1848.

La “primavera de los pueblos” de 1848 tambaleó el orden de la restauración absolutista del Congreso de Viena. Un orden absolutista en quiebra es aquel en el que una pequeña casta que acapara el grueso del poder la riqueza y los privilegios adopta decisiones que son vistas como injustas y erradas por la gran mayoría. No se trata del popular 1% contra el 99%, pero sí de algo muy polarizado como sugiere la creciente concentración desigual de la riqueza en Europa. Eso es lo que tenemos ahora.

¿Qué quiere decir una refundación ciudadana? Quiere decir una reconquista de la esfera económica y financiera que la política ha ido cediendo al capital en las últimas décadas. La UE ha sido diseñada como una autopista de la mundialización neoliberal. Pues bien, ahora se trata de combatirla con una desmundialización ciudadana que devuelva todo eso arrebatado a la política en los últimos treinta años, como dice Bernard Cassen.

Evidentemente todo esto plantea la pregunta del cómo.

Para eso es necesario crear un Frente Popular. Una gran unión, una gran alianza y un gran encuentro entre el mundo sindical, los subproletarios emigrantes y parados, la generación sin futuro y deshauciada, la gente mayor estafada tras una vida de trabajo, los sectores religiosos e intelectuales para los que la actual involución es intolerable desde el punto de vista de los principios éticos y morales.

Es fundamental la creación de nuevas fuerzas políticas y de programas. Hacen falta líderes, personas de todos estos ámbitos que representen y sean portavoces de esta refundación – de momento por ejemplo en Catalunya no tenemos líderes obreros ni sindicales dignos de tal nombre, pero curiosamente ha aparecido una de esas personas en el ámbito más inesperado: una hermana benedictina….

Esta refundación solo puede ser (en Europa y en el mundo) internacional e internacionalista, pero, a menos que queramos disolvernos en un sueño idealista de hermandad universal, su marco solo puede ser nacional.

Esa reconquista no puede hacerse en Bruselas, con su burocracia mucho más dominada por el lobbysmo empresarial que la de los estados nacionales, ni en el irrelevante Parlamento Europeo. El ágora, el punto de encuentro y la articulación de ese Frente Popular debe lograrse desde los respectivos marcos nacionales: entre comunidades de gente cercana unida por su marco geográfico y socio-laboral, su lengua su cultura y su común identidad integradora. La experiencia de los foros mundiales, tan interesante pero al mismo tiempo tan etérea e indeterminada, da mucho que pensar. Como ha dicho hace poco Oskar Lafontaine, “La Europa democrática empieza en casa”. Este marco nacional no es sustituto ni alternativa a lo internacional, sino mas bien su condición primera. (2)

Para acabar, una reflexión sobre la violencia.

III)   La Europa de hoy no es la del XIX, cuando cualquier avance social pagaba el precio de enormes cantidades de sangre y de violencia. En este continente mucho más rico, mucho más culto y demográficamente mucho más envejecido que el del siglo XIX, quien más quien menos tiene algo que perder. Eso sugiere que la no violencia popular tiene un nuevo sentido y grandes espacios a su favor.

Al mismo tiempo, la rebelión civíl y pacifica, el movimiento social transformador, no es ninguna broma postmoderna y on-line. Exige lo de siempre: compromiso, voluntad, organización y sacrificio. Y recoge represión y reacción. Es decir: hay que ser consciente de lo que significa decir no a una oligarquía absolutista.

La experiencia histórica más reciente nos avisa del enorme potencial de violencia y provocación que tiene el estáblishment. Los dos principales líderes antibelicistas del 1968 en Estados Unidos, Martin Luther King y Robert Kennedy, fueron asesinados. También lo fue el líder estudiantil más notable del 68 alemán, Rudi Dutschke, muerto de las secuelas de un atentado.

Hay que recordar también que la dictadura no es imposible ni una lejana reliquia histórica. Hace menos de cuarenta años la Europa del Sur, desde Portugal a Grecia pasando por España, estaba gobernada por dictaduras. Hace poco más de veinte toda la Europa del Este estaba gobernada por dictaduras comunistoides. Es decir: la mayor parte de Europa eran dictaduras hasta hace muy poco.

Y hay que volver a leer todo lo que expone el Profesor suizo Daniele Ganser en su libro de 2005 sobre Gladio, la cada vez más documentada evidencia de la manipulación directa del terrorismo de los años setenta y ochenta por grupos vinculados a la OTAN -los peores atentados en Italia, Bélgica y Alemania lo fueron. Volver a escuchar la opinión de algunos antiguos miembros de grupos alemanes violentos que hoy confiesan que seguramente su labor estuvo policialmente manipulada desde el principio. Analizar lo que sabemos de las protestas antiglobalización de julio de 2001 en Génova.  Lo que está ocurriendo ante nuestros ojos con los apoyos policiales y empresariales a la extrema derecha griega, o lo que se ha visto en España con los indignados… (3)

Hay que tener claro que cualquier presión hacia esa necesaria desmundialización ciudadana chocará, está chocando ya, con las habituales reacciones, tramas negras, represiones, manipulaciones mediáticas y juegos sucios. Repito: hay que ser consciente de lo que significa decir no a una oligarquía.

(*) Este texto sigue las notas de una conferencia pronunciada el 30 de noviembre en el Centre d´estudis Cristianisme i Justicia de Barcelona.

Notas

(1) Para la exposición de Samir Amin en castellano consultar Europa vista desde el exterior (en www.mientrastanto.org)

(2) El concepto desmundialización lo emplea Bernard Cassen. En L´heure de la démondialisation est venue,  Mémoire des Luttes  agosto 2011.

(3) El libro de Daniele Ganser,  La Operación Gladio y el terrorismo  en Europa Occidental,2005. Sobre el brutal aplastamiento de la pr

lunes, 3 de diciembre de 2012

Las otras deudas

 

 

Ministerio de Economía

Carlos Taibo

Rebelión

Nada descubro cuando afirmo que estamos delante de una genuina estafa. En su versión más reciente, esa estafa se vincula estrechamente con la palabra deuda. Aunque nuestros gobernantes parecen empeñados en subrayar que arrastramos un grave problema de deuda contraída por las diferentes administraciones públicas, la realidad es muy diferente: hasta hace bien poco más de las cuatro quintas partes de la deuda española correspondía a agentes privados, entre los cuales despuntaban con claridad inmorales entidades financieras. Sólo una pequeña fracción de la deuda privada había sido contraída, entre tanto, por las unidades familiares.

En el meollo de la estafa mencionada despunta, claro, una circunstancia más: asistimos a un inmoral proceso de estatalización de la deuda privada que está en el origen de recortes y agresiones contra derechos. En virtud de la decisión asumida por los dos grandes partidos españoles, los desafueros cometidos por los responsables de bancos y cajas de ahorro los tenemos que pagar todas. No está de más que, en este terreno, recuerde lo que debiera ser evidente: mientras nuestros gobernantes acuden presurosos a salvar la cara a las instituciones financieras, no actúan de la misma manera con las familias. Ahí está, para demostrarlo, ese dato espeluznante que nos habla de nada menos que 350.000 desahucios.

Conviene agregar, con todo, un par de observaciones más. Si la primera subraya que nuestros gobernantes rechazan orgullosamente cualquier fórmula que implique una auditoría seria de la deuda, la segunda anota que en paralelo se niegan a aceptar lo que muchas entendemos que es la clave de la cuestión: la inexorable necesidad de distinguir entre deuda legítima --aquella que es razonable pagar-- y deuda ilegítima --la que, al haber sido contraída en virtud de la especulación y del negocio más rastrero, hay motivos poderosos para rechazar--. Para cerrar el círculo, en fin, estamos obligados a certificar un dato sangrante que ilustra de manera fehaciente la condición de quienes nos gobiernan: no hay nadie en la cárcel, sea por efecto de la desregulación general acometida en el último decenio --si desaparecen las normas desaparecen también los delitos--, sea como consecuencia de la nula independencia del poder judicial.

De todo lo anterior hay que extraer lo que a mi entender es una conclusión obvia: sobran los motivos para rechazar el pago del grueso de la deuda y para hacer otro tanto con las faraónicas ayudas que las instancias que están en el origen de ésta --bancos y cajas de ahorro-- siguen recibiendo. Como sobran las razones para dar réplica rotunda a las agresiones que el capital ha decidido sacar adelante al amparo de una nueva ola de la lucha de clases que nos retrotrae a etapas que muchos pensaban definitivamente arrinconadas por la historia.

Me importa subrayar, eso sí, y ahora cambio de tercio, que la negativa a sacarle las castañas a bancos y cajas de ahorro debe acompañarse de una actitud bien distinta en lo que respecta a otras deudas que, olvidadas, éstas sí, conviene pagar. La primera de esas deudas impagadas lo es con las mujeres. Víctimas de una atávica marginación, tanto en el orden material como en el simbólico, padecen a menudo una doble explotación: la que se verifica en el ámbito laboral convencional y la que se hace valer en el hogar de la mano de una economía de cuidados que recae de manera casi exclusiva sobre sus hombros. Nunca está de más recordar que el 70% de los pobres y el 80% de los analfabetos existentes en el planeta son mujeres.

La segunda de esas deudas que debemos asumir lo es con la mayoría de los habitantes de los países del Sur. En este caso lo que se impone es el recordatorio de las secuelas, dramáticas, de siglos de expolio de la riqueza humana y material que atesoran esos países. No vaya a ser que en el Norte opulento acabemos por reconstruir nuestros maravillosos Estados del bienestar a costa de ratificar atávicas relaciones de explotación y exclusión.

La tercera, y última, de las deudas que estamos obligados a considerar es la que tenemos con los integrantes de las generaciones venideras y, también, con las restantes especies que nos acompañan en el planeta Tierra. A unos y otras llevamos camino de entregar un planeta literalmente inhabitable, cautivados como estamos por los mitos del crecimiento, el consumo, la productividad y la competitividad.

Mientras rechazamos la deuda que nuestros gobernantes nos han endosado, hagamos por pagar estas tres onerosas deudas que cabo de mencionar.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

viernes, 30 de noviembre de 2012

25 N: por qué han sido tan importantes las elecciones catalanas

 

Antoni Domènech · G. Buster · Daniel Raventós · · ·

29/11/12

LA PEDRERA, BARCELONA

"El fulgurante crecimiento en unos pocos meses del soberanismo y el independentismo en el otrora 'oasis catalán' no puede entenderse sin entender estas dos cosas interrelacionadas: la crisis de la Monarquía de 1978 y la crisis del nacionalismo españolista tradicional, crisis asombrosamente aceleradas por la desintegración a cámara lenta de una Eurozona neciamente diseñada y la pésima gestión del problema por los incompetentes burócratas de la Troika. El independentismo catalán –y muy señaladamente, el independentismo parvenude CiU— parasita de ambas crisis."

Sí: eran sólo unas elecciones "regionales" en un país mediano metido en todo tipo de problemas, un Reino de España ubicado en un espacio continental política y económicamente decadente, Europa. Unas elecciones, encima, a las que, tradicionalmente, los propios electores catalanes habían poco menos que vuelto la espalda, castigándolas cada vez más con elevados índices de abstención. Estas del 25 N, sin embargo, cautivaron inopinadamente la atención de la gran prensa española e internacional, desde El País y El Mundo, hasta el Spiegel, el Guardian,el New York Times y el Financial Times. Un analista tan experimentado como el constitucionalista Javier Pérez Royo llegó a hablar de "las elecciones más importantes" desde el comienzo de la Segunda Restauración borbónica. En lo tocante a los propios interesados, los catalanes, nadie esperaba esta vez una abstención elevada, sino todo lo contrario. Y así ha sido: con una participación en torno al 70%, han batido los registros de participación de 1984.

Un triunfo "excepcional" claro, y no digamos una victoria con mayoría absoluta de Artur Mas habría sido una noticia de dimensión internacional, aunque sólo fuera por esto: habría sido la primera vez que el presidente de un gobierno terca e incompetentemente empeñado en unas catastróficas políticas pro-cíclicas de austeridad fiscal, lejos de recibir un gran castigo popular en las urnas, lo que habría obtenido es un premio, y aun un gran premio. Muchos lo esperaban, y la cosa no tenía ejemplo histórico. No ha sido así: Artur Mas y las fanáticas políticas procíclicas de austeridad, recortes de los derechos sociales y consolidación fiscal del mediocre "govern dels millors" han recibido un durísimo castigo electoral con el que ni sus peores detractores podían soñar; lejos de mantenerse o aun de mejorar, CiU ha perdido cerca de cien mil votos (¡con una abstención mucho menor!) y 12 diputados, es decir, cerca del 10% de los votos en términos absolutos y del 20% de los escaños. En términos relativos, ha pasado del 38,43% de 2010 al 30,68 actual, su peor resultado en décadas. Otro tanto le ha ocurrido al otro partido bastión del sistema político catalán, un PSC en tumba abierta hacia la pasokización: la suma de ambos rondaba tradicionalmente los ¾ del electorado; ahora apenas representan el 50%.

Mas hizo un adelanto electoral, a sólo dos años de haber ganado las elecciones autonómicas, alegando haber escuchado el "clamor popular" expresado en la gran manifestación soberanista –"Cataluña, nuevo Estado de Europa"— del pasado 11 de septiembre, acaso la más masiva registrada nunca en la ciudad de Barcelona. Había sido sordo hasta entonces al clamor popular de protesta contra sus crueles políticas de recortes, contra su descarnada ofensiva destructora de derechos sociales conquistados, contra la corrupción de su partido –habrá sido el primer caso en la historia en que un partido de gobierno convoca elecciones con la propia sede embargada por un caso de corrupción que le salpica de lleno—, contra las descaradas políticas de privatización, abierta o encubierta, en sanidad, educación e infraestructuras públicas. Ese clamor popular contra sus catastróficas políticas económicas y sociales tuvo una formidable expresión en la jornada de Huelga General del pasado 14 N, con un Mas sordo tratando de mirar para otro lado.

Esto es lo que se puede decir ahora: el 14 N frustró la manipulación conservadora del 11 S. Si se quiere decir de otro modo: corrigió, precisándolo, su significado. No hay tal cosa como un "derecho a decidir" nacional de Cataluña que pueda hacerse políticamente viable al margen o independientemente de un proyecto económico y social claramente enfrentado a las políticas de consolidación fiscal de Madrid, de Berlín y de Bruselas. El 14 N hizo evidente que el sobrevenido soberanismo de Mas era, en el mejor de los casos, humo obnubilante para seguir con sus políticas socialmente catastróficas, y en el peor, una tapadera para un proyecto de Cataluña a la medida de las elites rentistas políticamente promiscuas de su entorno.

Es evidente. No lo era tanto hace sólo unos días, a juzgar por las falsas trivialidades que llegaron a gozar de amplia difusión. La primera, la de un electorado catalán poco menos que borreguil. Pues a menos que se aceptara esta antipática hipótesis, no puede entenderse que se cotizara como prácticamente segura –en Madrid, no menos que en Barcelona, en Nueva York y en Berlín— una victoria electoral clara del nacionalismo catalán conservador propiciada –como factor decisivo— por la manipulación identitaria del Govern liberal-conservador a través de sus considerables tentáculos publicísticos, públicos y privados. Tampoco era de creer que pudiera influir decisivamente, en uno u otro sentido, la grotesca campaña difamatoria con que la caverna mediática madrileña –tan evidente como torpemente sostenida por el Gobierno del Reino— consiguió enlodar el fin de campaña (como mucho, habrá conseguido reclutar para la causa independentista al irreductible señor Durán Lleida…). Tanto menos resultaban creíbles esas varias hipótesis manipulatorias, cuanto que el peso electoral de las fuerzas partidarias del "derecho a decidir"" (que incluyen a la izquierda y al centroizquierda inequívocamente partidarios del derecho de autodeterminación, aunque no necesariamente independentistas) resultaba abrumador. Y tras unas elecciones que han batido todos los registros de participación, lo sigue siendo: cerca de dos tercios del electorado. Si a esto último se objetara –en la línea de la desmemoriada pseudoizquierda "cosmopolita" postmoderna que ha brotado en las últimas décadas de la mano de la ideología de la "globalización"— que la izquierda política catalana realmente existente actual ha sido ignominiosamente abducida por el nacionalismo catalanista, bastaría recordar que la tradición histórica del movimiento obrero catalán está estrechamente ligada al catalanismo y aun al separatismo, en variantes tan distintas como las representadas por el Noi del Sucre, [1] Maurín o Comorera.

Tampoco era recibible la muy manida "hipótesis padana", según la cual el cruel azote de la crisis económica habría inducido subitáneamente al grueso de la población catalana, con su malvada alta burguesía en cabeza, a una deriva de egoísmo nacionalista insolidario, convencida –erróneamente, o no— de que una región rica y exportadora puede afrontar la peor crisis económica capitalista desde los años 30 mejor en solitario que cargando con el lastre de una España atrasada y harto menos competitiva internacionalmente. No se entiende muy bien entonces por qué el supuesto modelo original –Padania— habría fracasado, por qué habría sido amplia y fulminantemente superado por su pretendido sucedáneo catalán. Eso, aparte de que no está nada claro que la "alta burguesía" catalana apoye la secesión: basta recordar la tarjeta amarilla que sacó Mas en la célebre entrevista concedida hace unas semanas a La Vanguardia; el mensaje no podía ser más claro: no es el país el que debe adaptarse a los grandes empresarios, sino éstos al país.

Tampoco era muy feliz la otra comparación, más del gusto de los nacionalistas, con Quebec: Quebec está netamente diferenciado del resto del Canadá, por lo pronto en materia lingüística y religiosa. La lengua absolutamente imperante en Quebec es el francés, frente a un Canadá homogéneamente anglófono; la religión absolutamente dominante entre los quebequois es la católica, frente al cristianismo homogéneamente reformado del Canadá. Baste recordar, como índice de heterogeneidad (e interpenetración política, familiar y cultural), que la mayoría de los catalanes tiene el castellano como lengua materna o preferida (un 60%).

Más interesante, aunque no mucho más feliz, ha sido la habitual comparación con otro tipo de "nacionalismo egoísta", el flamenco. Bélgica es en varios sentidos un país artificial, que existe aún sólo porque el imperialismo británico frustró al terminar la II Guerra Mundial el deseo de los valones francófonos de unir su destino al de la IVª República francesa. Para conservar a la fuerza unido a ese país fue preciso mantener la forma monárquica de Estado, imponiendo, encima, a (los entonces pobres y ahora ricos) flamencos y a (los entonces ricos y ahora pobres) valones una dinastía de más que dudoso comportamiento durante la ocupación nazi, por no hablar de su pasado colonial genocida en el África central.

La forma monárquica de Estado fue impuesta también en España al final de la dictadura de Franco con la ayuda y aun la presión de potencias extranjeras, singularmente de los EEUU, como documentó ampliamente hace años nuestro amigo Joan Garcés en su clásico Soberanos e intervenidos (Madrid, Siglo XXI, 1996). No era ni mucho menos mayoritario, ni en Cataluña ni en el País Vasco, el sentimiento independentista, por supuesto –¡Cataluña y País Vasco no son el Quebec!—, ni menos, a diferencia de los valones francófonos belgas, pedía nadie unirse a la V República francesa. El grueso de las fuerzas políticas de oposición al franquismo (y particularmente los varios partidos socialistas entonces existentes y el PCE) estaban a favor de resolver el problema de la plurinacionalidad de las Españas –como solía decirse entonces— mediante el ejercicio del derecho de autodeterminación. Ese derecho cayó víctima de la aceptación de la Segunda Restauración borbónica por el grueso de la izquierda política socialista y comunista de entonces: los comunistas y sus sucesores de IU lo mantuvieron de forma puramente retórica en sus programas, y los socialistas del PSOE y del PSC, simplemente, lo borraron y se olvidaron del asunto. Eso trajo como resultado el enquistamiento del problema, y abrió, como es suficientemente sabido, un amplio abanico de posibilidades políticas al ambiguo nacionalismo conservador catalán –que, a diferencia del vasco, había avalado la Constitución monárquica de 1978—: un país, Cataluña, que en 1978 estaba abrumadoramente hegemonizado por la izquierda política obrera, cayó en muy pocos años en manos del nacionalismo burgués conservador, que se perpetuó en el poder autonómico durante más de dos décadas seguidas. Lo cierto es que el arco constituyente formado por socialistas, (post)comunistas y nacionalistas catalanes conservadores ha venido aceptando en la práctica durante años la negación del derecho de autodeterminación de Cataluña. Pero es muy importante comprender que lo que estas tres familias políticas del arco constituyente habían venido aceptando en Cataluña, el País Vasco y Galicia, lo habían tenido que aceptar como parte de una renuncia previa y de mayor envergadura, y es a saber: la renuncia al del derecho de autodeterminación de todos los pueblos de las Españas, del conjunto de lo que el torpe nacionalismo español reaccionario llama ahora "el pueblo soberano de España".

Véase así: ¿por qué ha sido tan difícil de aceptar hasta ahora por las fuerzas del arco constituyente de la Segunda Restauración –entre ellas, CiU— la posibilidad del ejercicio del derecho de autodeterminación? Hagamos retrospectiva, y figurémonos: si, por ejemplo, entre 1978 y 1980 se hubiera realizado un referéndum de autodeterminación en el País Vasco, con todas las garantías democráticas –observadores y mediadores internacionales incluidos—, el resultado más probable habría sido el fin del problema terrorista que ha martirizado vesánicamente a vascos y españoles durante décadas, y con toda seguridad, una decisión popular netamente anti-secesionista. ¿Por qué no fue posible? Porque el derecho al ejercicio de la autodeterminación de la población de cualquier territorio del Reino es estrictamente anticonstitucional. ¿Y por qué lo es? ¿Por qué el comunista Solé Tura, el socialista Peces Barba y el nacionalista conservador catalán Miquel Roca –y no sólo el franquista Fraga—, ponentes constitucionales, pusieron tanto empeño en que lo fuera ? Porque el ejercicio del derecho de autodeterminación de cualquier territorio de las Españas es incompatible con una Monarquía impuesta –era una oferta que no se podía rechazar— sin referéndum previo al conjunto de ese "pueblo español soberano único" con que ahora se llenan la boca los reaccionarios del PP (y los del ala de extrema derecha babosamente monárquica "socialista"); porque la celebración legal de un referéndum de autodeterminación en Cataluña, o en el País Vasco (o en cualquier otro territorio), su sola celebración, fuere cual fuere el resultado, pondría de nuevo inmediatamente en la agenda política española el problema de la forma monárquica de Estado, y de manera particularmente tormentosa ahora, en el peor momento de esta institución, con una familia real totalmente desacreditada, salpicada como está por todas las cochinadas habituales del capitalismo oligopólico español de la burbuja y los amiguetes y rentistas políticamente corruptos.

El fulgurante crecimiento en unos pocos meses del soberanismo y el independentismo en el otrora 'oasis catalán' no puede entenderse sin entender estas dos cosas interrelacionadas: la crisis de la Monarquía de 1978 y la crisis del nacionalismo españolista tradicional, crisis asombrosamente aceleradas por la desintegración a cámara lenta de una Eurozona neciamente diseñada y la pésima gestión del problema por los incompetentes burócratas de la Troika. El independentismo catalán –y muy señaladamente, el independentismo parvenu de CiU— parasita de ambas crisis.

¿Con qué rostro y con qué crédito pueden PP y PSOE oponerse al "derecho a decidir" de Mas y hablar de que es el "pueblo español" en su conjunto el que tiene "derecho a decidir", dos partidos que en sus respectivos gobiernos han incumplido flagrantemente sus programas electorales y han rendido abiertamente y sin recato a imposiciones extranjeras los intereses más elementales del "pueblo español soberano" y de la pretendidamente sacrosanta "nación española"? ¿Con qué rostro y con qué crédito pueden negarse ahora a un referéndum de autodeterminación apelando a una Constitución monárquica inviolable que, sin embargo, no tardaron ni una semana en deshonrar ellos mismos en agosto de 2011 con la reforma express"sugerida" por el BCE y la señora Merkel, reforma que trae consigo un auténtico blindaje de las políticas fiscales pro-cíclicas económicamente suicidas, y a mayor abundamiento, excluyendo del pacto que la alumbró, ¡ay!, a fuerzas políticas básicas del original arco constituyente monárquico de 1978, como IU-ICV y CiU.

Es posible que Artur Mas acertara en el diagnóstico que parece andar por detrás de su audacia: estamos en el comienzo del fin de la Segunda Restauración borbónica; "ahora o nunca" era el mantra repetido una y otra vez en privado por los altos cargos de Convergència a quien les quisiera escuchar. Pero lo que llevó a Mas ayer, 25 de noviembre de 2012, a la muerte política súbita fue la parcialidad del diagnóstico, así como el pésimo pronóstico que le ofrecieron en bandeja sus turiferarios mediáticos y sus incompetentes economistas de cámara: Cataluña no puede plantearse ser un "Estado europeo" propio –ni siquiera el ejercicio libre del derecho de autodeterminación como pueblo europeo— ignorando la realidad de una Unión Europea actualmente dominada por fuerzas políticas, tecnocráticas y burocráticas que, obscenamente hostiles a la democracia y a la soberanía de todos los pueblos de Europa, empujan al viejo continente al abismo de las políticas pro-cíclicas de austeridad y desmantelamiento del estado Social y Democrático de Derecho –la más duradera conquista del antifascismo europeo—, y con ellas, al suicidio económico y a la irrelevancia política internacional.

Dígase así: la crisis del régimen constitucional monárquico español y la crisis de la Eurozona son dos caras de la misma moneda. Esa es la cruda realidad. Y hay que decir, con más tristeza que acrimonia, que no se ven muchas fuerzas políticas nominalmente de izquierda en Cataluña que hayan comenzado a comprenderla. El PSC, que ha sufrido un nuevo descalabro (ha perdido más porcentaje de votos y de escaños que CiU, ¡y partiendo ya de lo que era hasta ahora su peor resultado electoral!) ni siquiera ha comprendido que estamos en un fin de trayecto de la Segunda Restauración borbónica, por no hablar de su incomprensión de los problemas de la Eurozona. ERC, que ha más que doblado sus resultados en relación con 2010, es una fuerza política ahora mismo dominada por dirigentes más nacionalistas à la Hortalà que de izquierda à la Carod en algún sentido socialmente interesante. La refrescante y en muchos sentidos ilusionante irrupción de la CUP en el Parlament, no puede hacer olvidar su incipiencia programática en puntos decisivos ("No a la UE", "Països Catalans", etc.), y su escasa incidencia en las zonas obreras tradicionales del primer cinturón industrial de Barcelona.

La única fuerza que parece por ahora haber comenzado a comprender cabalmente esas amargas y perentorias verdades del momento es ICV-EUiA. El mitin final de campaña de Herrera y Nuet con Tsipras, el principal dirigente de la izquierda radical griega Syriza, contribuyó seguramente lo suyo al notable crecimiento de la coalición, dando una necesaria dimensión europea a su proyecto político, presentándola ante el electorado como la única fuerza política catalana no parroquiana. Se ha convertido ya por méritos propios en la principal referencia político-parlamentaria de los sindicatos obreros. Y si se observan con atención sus resultados electorales en el cinturón industrial de Barcelona, se ve que ha empezado a recuperar en serio el voto obrero que se fue hace décadas hacia el PSC. Esa recuperación por parte de ICV-EUiA del voto obrero perdido por el PSC ha impedido verosímilmente también su fuga masiva hacia el españolismo de derecha y de centro-derecha del PP y de un espectacularmente emergente Ciutadans, que ha triplicado sus resultados.

No siempre es verdad el viejo proverbio latino, según el cual fortuna adiuvat fortes, la fortuna ayuda al audaz. Para que ayude la fortuna, la audacia tiene que disponer al menos de un buen diagnóstico: por eso ayudó a Siriza y hundió a Mas. Esperemos que la Syriza catalana tenga audacia; de momento, lo que se puede decir es que su más verosímil embrión dispone de un diagnóstico decente. [2]

NOTAS [1] El Noi del Sucre, era el secretario regional de la CNT. En un célebre discurso en Madrid, en 1919, dejó dichas estas palabras: "Una Cataluña liberada del Estado español os aseguro, amigos madrileños, que sería una Cataluña amiga de todos los pueblos de la Península Hispánica y sospecho que los que ahora pretenden presentarse como los líderes del catalanismo, temen un entendimiento fraternal y duradero con las otras nacionalidades peninsulares." [2] En la valoración que al día siguiente de las elecciones ha hecho ICV-EUiA, se destaca la necesaria unidad con las CUP porque se trataría de una organización que defiende una política de izquierdas, no igual, pero muy similar a la de ICV-EUiA. Por otro lado, se puede observar que, a causa la actual ley electoral, la relación votos-diputados es muy desproporcionada. Los partidos que menos votos han tenido que conseguir por diputado son CiU (22.000) y ERC (23.000), y el que más, casi el doble, precisamente las CUP (42.000). ICV-EUiA ronda los 32.000.

Antoni Domènech es el editor de SinPermiso. Gustavo Buster y Daniel Raventós son miembros del Comité de Redacción de SinPermiso.

martes, 27 de noviembre de 2012

ELECCIONES EN CATALUNYA


ELECCIONES EN CATALUNYA



Palao de la Generalitat Barcelona





elecciones en Catalunya
El resultado de la elecciones de ayer en Catalunya ha puesto de manifiesto fundamentalmente dos cosas: el rechazo a la política neoliberal de recortes impuesta por CiU de manera tan drástica en los dos últimos años y la ampliación de la expresión electoral y política del sentimiento de identidad. Éste sentimiento ha crecido y, con matices diferentes, está presente en otras opciones políticas, fundamentalmente de izquierda y distintas a la que pretendía encabezarlo en exclusiva, como pedía, a partir de una amplia mayoría.
Esto pone de manifiesto, por una parte, que en un colectivo la exigencia de una mayor justicia social es compatible con la exigencia de mayor respeto a su identidad cultural y a sus aspiraciones de mayor autogobierno.
Y por otra que lo que está ocurriendo en Catalunya es el resultado de un sentimiento transversal, no atribuible a ninguna formación política o social en solitario. Quienes durante tanto tiempo han alimentado el fuego de la confrontación deben tener presente esto porque sus agresiones no se dirigen sólo a una persona o a una formación sino que será la mayoría de la sociedad la que se sentirá ofendida.
Finalmente, excepto las dos formaciones con presencia en el estado, PP y PSC, y Ciutadans, el resto –aquí sí que en una muy amplia mayoría- están por el derecho a la consulta como un elemental derecho democrático.
Jaume Botey,
26 de noviembre del 2012





lunes, 19 de noviembre de 2012

MANIFIESTO CPS 2012

 
PB170261

MANIFIESTO CPS 2012
Denuncia profética ante la crisis actual: «Hay muchas maneras de matar»
El colectivo de CRISTIANOS/AS POR EL SOCIALISMO, siempre atento al sufrimiento de los pobres, los necesitados y los más débiles, alza la voz denunciando el panorama de muerte que actualmente estamos sufriendo. Queremos dejar constancia de las consecuencias tremendas que se deducen de esta crisis. Es la crisis del sistema capitalista en su fase neoliberal.
1.- Una crisis global que roba el futuro a la humanidad
El capitalismo ha pervertido la economía, tiene su propia lógica: aparta la economía del bien común de la sociedad. La crisis actual es una crisis multidimensional y sistémica. La crisis económica se está produciendo en el seno de otras dos crisis más graves:  por un lado, aquella que hunde a una porción significativa de la humanidad de todas las partes del mundo en la miseria, la destrucción y el hambre, especialmente en países cada vez más excluidos del poder económico, científico y tecnológico. Por otra parte, el sistema de producción y consumo ilimitado no es sostenible en una Tierra pequeña y de recursos limitados: la degradación creciente del equilibrio ecológico nos está conduciendo hacia un futuro cada vez más incierto de la biosfera y del destino del ser humano. Por eso, la actual crisis no es sólo una crisis económico-financiera. Es una crisis de la civilización industrial capitalista que ponen en riesgo a toda la humanidad. El sistema conduce a una minoría de poderosos, solo un 1% a un bienestar insensato y deshumanizador al tiempo destruye la vida de inmensas mayorías, el 99 %, de seres humanos indefensos. El sistema hace imposible el consenso de los pueblos y las culturas para poner en el centro la razón del bien común de la comunidad humana en una Tierra que sea la casa de todos.
2.- Una injusticia clamorosa: rescatan bancos a costa de abandonar a amplios sectores de la sociedad
En España hay 5.778.000 de parados. 400.000 desahucios desde 2007 (517 diarios durante el año 2012); el drama de 1.800.000 familias sin ingresos de ningún tipo; asimismo, los trabajadores y trabajadoras asisten a la disminución del poder adquisitivo de sus salarios en un 20 %. Una deuda privada de empresas y banca que quieren que se haga pública para que la paguemos todos los ciudadanos. Los ingentes recortes actuales son recortes criminales porque resultan mortíferos para las personas más vulnerables de nuestra sociedad. Hay muchas maneras de matar: se puede matar con misiles, con pistolas, con radiactividad, pero también se mata con reales decretos de ajustes financieros. Se pide austeridad, pero esta sólo se traduce en abandono a las clases populares, a los trabajadores y trabajadoras, a la población inmigrante y en una sobrecarga de tareas domésticas y de cuidados que recaen en exclusiva a las mujeres. Al tiempo que ocurre lo anterior, se aprueban programas que rescatan al sector financiero y a los bancos. O sea, castigan a las víctimas de la crisis y distribuyen premios a los causantes de ella.
Las clases dominantes están utilizando la crisis como una monumental coartada para imponer su “nuevo orden” en una guerra sin cuartel para lo que pretenden aniquilarnos como clase y como pueblo. Se aumentará el paro con la reforma laboral, se sacrificará el trabajo y la producción de los campesinos y campesinas, mientras que el capital se moverá a sus anchas. Existe una conciencia creciente de que nos llevan a la destrucción, que todos los sacrificios son pocos en el altar del capital.  
3.- Silencio de la jerarquía católica en el Estado español
La jerarquía apenas ha dicho nada ante esta situación desastrosa para la mayoría de la clase trabajadora y de los pobres. Seguramente porque sigue formando parte de las estructuras de este capitalismo financiarizado y especulativo, del entramado político, económico, jurídico y social del mundo de los ricos. Así es imposible que pueda pronunciar una palabra de aliento y esperanza para los empobrecidos. Ha olvidado completamente la sentencia de Jesús que dice que “no se puede servir a dos señores, no podéis servir a Dios y al capital”.
4.- La respuesta tiene que darse con otra lógica y otros valores distintos a los del sistema capitalista
Jesús denunció los abusos y tropelías con radicalidad porque no formaba parte de las estructuras políticas ni religiosas del sistema opresor de su época. El centro de la experiencia profética de Jesús no lo ocupa propiamente Dios, sino «el reino de Dios y su justicia». Jesús no separa nunca a Dios de su proyecto de transformar el mundo para humanizar la historia. A nosotros se nos pide atrevernos a pensar y actuar fuera del sistema para entrar en la lógica y la dinámica del reino de Dios combatiendo la lógica sacrificial del capital.



Madrid, 17 y 18 de noviembre de 2012












domingo, 18 de noviembre de 2012

CRÓNICA DE LAS JORNADAS 2012

  PB170259 (2)     CPS, UNA VOZ PROFÉTICA EN UN MUNDO QUE PERDIÓ LA UTOPÍA Durante los días 17 y 18 de noviembre de 2012 se han desarrollado las Jornadas Anuales que este año han tenido su sede en Madrid En este momento de crisis y confusión, se ha buscado el sentido de la profecía como fuerza orientadora y apoyo de una militancia cristiana y en busca del socialismo entendido como igualdad frente a la brecha social y al continuo abuso económico. La línea principal de pensamiento se basó en la disidencia, en la herejía, en la desobediencia civil como elementos capaces de hacer avanzar la Historia. En las ponencias que se expusieron y que pueden consultarse en la Página web de CPS, se repasó la Historia de la disidencia , principalmente en el cristianismo y en la Iglesia entendida esta en el más amplio sentido de su acepción, la condición del hereje, su contexto social y cultural, los juicios y condenas, los caracteres humanos que encarnaron la disidencia a lo largo del tiempo, desde la aparición de las Comunidades Cristianas primitivas, pasando por la siempre conflictiva Edad Media hasta el tiempo que nos ha tocado vivir. La dificultad de la lucha, el disidente, el hereje, el profeta, rara vez ve cumplido su sueño, su ideal. En general la Profecía muchas veces estuvo vinculada con la disidencia y el profeta fue condenado y rodeado de fracaso, Jesús de Nazaret puede ser el ejemplo más patente y revelador. En este tiempo en el que la Utopía parece exhausta, y el injusto triunfa, es preciso encontrar caminos de resistencia y de esperanza aunque sea esa búsqueda una tarea difícil y en muchos casos incomprendida. Se aportaron testimonios de lucha, de crítica y de actitudes ciudadanas de desobediencia a lo establecido, centrándose las informaciones aportadas a los casos del 15M en España y las tareas de apoyo y lucha para ayudar a los más desfavorecidos, desarrolladas en Centroamérica. Para enmarcar los conceptos analizados y obtener conclusiones, se expuso una Ponencia sobre la Desobediencia Civil entendida como camino casi único para poner freno a la cadena de atropello e inhumanidad que el llamado sistema impone a las grandes mayorías sociales, observándose la compatibilidad de un cristianismo profundamente vivido con estos comportamientos solidarios y valientes. Los coloquios mantenidos entre los participantes en las Jornadas y los ponentes invitados revelaron la inquietud de los cristianos y cristianas por encontrar salidas dignas y humanistas sin olvidar nunca la DIMENSIÓN ESPIRUTUAL, TRASCENDENTE que el ser del cristianismo lleva siempre consigo. En la ASAMBLEA ANUAL DE CPS así como en la EUCARISTÍA DE CLAUSURA, se perfilaron aún más las líneas de la Jornada y sentaron las bases de trabajo y reflexión para el año que cada celebración abre. Este encuentro, una vez más y junto a sus contenidos, fue ocasión de renovar y reforzar los vínculos de amistad y buen entendimiento existentes entre todos los asistentes venidos de distintas partes de este país José Ramón Montes González Madrid noviembre de 2012



















jueves, 8 de noviembre de 2012

SOBRE EL CATALANISMO POPULAR

 

El catalanismo popular y el derecho a decidir en la lucha por la emancipación nacional

 

Joan Josep Nuet Pujals , diputado

 

04/11/12

 

La Nación es fruto de la voluntad colectiva de los ciudadanos y ciudadanas que la conforman. El elemento central que sujeta a la Nación para una visión progresista son los ciudadanos, es una comunidad de ciudadanos vertebrados como formación socioeconómica específica, un colectivo estable de ciudadanos que tiene una identidad, y que aparece al mismo tiempo que aparecen las clases en lucha en el periodo moderno.  A lo largo de la historia de Catalunya, debido a la existencia de clases, se han desarrollado diversos catalanismos, conservadores y progresistas, de derechas y de izquierdas, una importante tradición del movimiento obrero catalán pertenece al catalanismo de izquierdas y popular.  Nos sentimos parte del catalanismo popular, que expresa una dinámica y una voluntad de construcción nacional basada en una caracterización que pasa por desarrollar la democracia política, económica, social y cultural articulando a la sociedad civil alternativa.
En nuestra opinión, los derechos nacionales no sólo son los derechos que tienen que ver con las relaciones entre las naciones sino aquellos que se desprenden de los derechos sociales y cívicos, sean individuales o colectivos.

Los comunistas debemos entroncar el proyecto estratégico del Frente de Izquierdas con el catalanismo popular y no dejar de ningún modo a la burguesía que hegemonice este hecho con su perspectiva conservadora de nacionalismo identitario, etnicista o territorialista.

Precisamente si en Catalunya el fet nacional fue capaz de resistir el período de la Dictadura Franquista fue debido a que la clase trabajadora supo asumir, al lado y en estrecha comunión, la lucha social y democrática contra el fascismo, la lucha por los derechos nacionales de nuestro pueblo.  En este momento de intento de división de los trabajadores, sigue teniendo una importancia capital la frase del PSUC "es catalán quien vive y trabaja en Catalunya" como elemento de unidad de la clase trabajadora y donde la creación de CCOO como "sindicato de clase y nacional" fue un hito determinante.  Si planteamos y defendemos la hegemonía de la clase trabajadora, ésta no se podrá conseguir sin la incorporación plena del catalanismo popular para desarrollar un proyecto atractivo para el conjunto del pueblo de Catalunya, proyecto que de forma medular para nosotros es ocupado por las preocupaciones sociales y económicas.

La clase trabajadora se unifica y fortalece como clase al mismo tiempo que desarrolla la construcción nacional bajo un paraguas popular, democrático y participativo. Esta construcción puede dar a la nación una caracterización antiimperialista, no centralista, solidaria e internacionalista y con plena capacidad de relación entre iguales con otros pueblos de España, de Europa y del mundo.

Nuestra visión de participación, o no, en un Estado propio o compartido está en función de la voluntad y los intereses de esta mayoría ciudadana que podemos expresar como pueblo en que en el centro participa la clase trabajadora, que debe expresar a medio y largo plazo un proyecto emancipatorio que va mucho más allá de los estados (ya sean el francés, el español o el catalán).

Si nosotros queremos desarrollar el autogobierno de la nación catalana es por dos motivos: el primero, porque tenemos el derecho democrático de hacerlo, aunque podríamos decidir no hacerlo y, el segundo, porque objetivamente la clase trabajadora y con ella el pueblo de Catalunya han caracterizado la opresión histórica que ha desarrollado la oligarquía terrateniente y centralista española, que ha ido convirtiéndose hoy en una oligarquía financiera aliada con expresiones del tardo y neo-franquismo, que tienen un proyecto conservador y centralista que ha hecho y hace aún muchos pactos históricos con parte de la burguesía catalana.
Por tanto, el desarrollo de marcos de autogobierno es una forma de afrontar la lucha de clases en España, ya que nosotros defendemos este autogobierno bajo unos parámetros de profundización de la democracia política y social y objetivamente la lucha de los pueblos de España que aspiran a más autogobierno es aliada de las luchas sociales y económicas de la clase trabajadora española y del conjunto de los pueblos de España.

España debe comportarse como un Estado de naciones y regiones, como un Estado Federal, laico y republicano, plurinacional, pluricultural, y plurilingüe.

Una segunda transición es necesaria, y si las fuerzas de la oligarquía financiera tardo y post franquista lo impiden con una lectura restringida de la Constitución de 1978, significa que queda roto el pacto constitucional y se abre a medio y largo plazo una nueva reflexión constituyente.

Para esta reflexión y otras que afectan al funcionamiento democrático, hay que agrupar el máximo de formas democráticas para aislar a los grupos antidemocráticos que operan desde diferentes ámbitos del poder, grupos que en esferas económicas, sociales, democráticas y culturales apuestan por una verdadera involución que nos lleve a escenarios en estos ámbitos anteriores a 1978. Las soluciones neoliberales para salir de la crisis no son en absoluto una excepción y entran en los mismos conceptos de recortes.  

La sentencia del Tribunal Constitucional y la manifestación de julio del 2010, un punto de inflexión

La sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre el Estatuto de Catalunya fue eminentemente política, ya que la Constitución del 78 tiene margen para admitir el texto sin recortarlo en lo más mínimo. Esta posición ideológica que presenta la ha buscado el PP para saltarse la mayoría en el Congreso, el Senado, el Parlament de Catalunya y también el referéndum del pueblo de Catalunya. Es una posición centralista, conservadora y profundamente antidemocrática.

El TC no tiene legitimidad democrática ya que se han saltado todos los requisitos para su renovación, pero sobre todo porque su composición obedece a una tendencia viciada por el bipartidismo, que se reparte entre PP y PSOE el nombramiento de los magistrados, y por una realidad en la que sólo los poderes centrales del Estado están representados, no los poderes locales ni los autonómicos. Esta sentencia se inscribe en una ola conservadora y antidemocrática en medio de la lucha por la salida de la crisis del capitalismo financiero, en que se quiere ajustar el estado del bienestar, el modelo de Estado y la representatividad de la izquierda alternativa y el sindicalismo de clase.

El Congreso y el Senado cerraron también en 2010 la modificación de la Ley Electoral, el reforzamiento de los mecanismos represivos de la libertad política de la Ley de Partidos (proceso de paz en Euskadi) y mantuvieron el Pacto por la Justicia de PP y PSOE, que es lo que ha conformado la composición de reparto del Tribunal Constitucional, del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo (autor de los casos Garzón, Gürtel y Memoria Histórica).

En España hay un pacto entre la facción de estado de la oligarquía financiera (causante y gestora de la salida a la crisis por la derecha) y los grupos del tardo o post franquismo, que se articulan y coordinan (en algunos momentos son lo mismo) para desarrollar su ofensiva antidemocrática, imponiendo las políticas antisociales neoliberales y las visiones centralistas y autoritarias.

Hay que fortalecer y hacer crecer el espacio federalista en el conjunto del Estado, ya que es un punto de encuentro de los sectores progresistas que necesitamos sumar para detener a la derecha y reforzar una salida social, federal y democrática por la izquierda. En Catalunya se hace necesaria la articulación de un Nuevo Espacio Catalán de la Izquierda Transformadora y Ecologista donde participen sectores federalistas e independentistas bajo la propuesta de coordinarse para enfrentar las políticas neoliberales, profundizar la democracia y conseguir de facto ejercer el derecho a decidir sobre la vinculación con el estado español y Europa. Ese espacio debe obedecer al calendario político marcado por la movilización social. La movilización por las libertades nacionales y sociales, las manifestaciones y la nueva huelga general son una oportunidad para oponerse y luchar, contra los recortes sociales y contra los recortes nacionales.

El 11 de septiembre de 2012, una manifestación que abre un nuevo ciclo

La Manifestación de Barcelona del 11 de Septiembre evidencia dos estados de ánimo de la población catalana, por una parte la voluntad de encontrar soluciones a la crisis y la preocupación por la pérdida de calidad de vida y, en segundo lugar, un arraigado sentimiento democrático donde se quiere decidir libremente el futuro del país respecto a su encaje o no dentro de España. Las políticas centralistas del PP y PSOE dificultan enormemente la visualización de que la vía federalista tiene verdadera capacidad de transformar la forma de articular el estado y romper los topes constitucionales.
En este contexto y como en otras ocasiones, CiU está utilizando el hecho nacional y las aspiraciones a un mayor autogobierno presentes en la sociedad catalana como una maniobra de distracción: así oculta el fracaso de sus políticas sociales y económicas, que no están sacando a Catalunya de la crisis y, por otro lado, deja en segundo plano las coincidencias políticas de fondo con el PP, con quien comparte una visión antisocial de la salida de la crisis, en base a recortes de derechos y reformas que favorecen sólo a las clases dominantes.

CiU ideológicamente está de acuerdo con las políticas de austeridad, las ha votado en Europa y en el Estado fue pionera en su aplicación, de forma paralela al Gobierno Zapatero y de forma ahora coordinada al Gobierno Rajoy y aprobadas con apoyos políticos entre PP y CiU en Madrid y Catalunya. Este punto demuestra los pies de barro de las propuestas de Pacto Fiscal de Mas.

El Déficit Fiscal, si no se modifican las políticas de austeridad, es sólo una parte del problema y de ninguna manera el Pacto Fiscal la totalidad de la solución

Las soluciones pasan por negar las políticas de austeridad impuestas por la Troika, apostar por un cambio de Modelo Productivo y el desarrollo de una Reforma Fiscal Progresiva y un plan contra el Fraude Fiscal. Poner el impulso a los ingresos y desarrollar planes de crecimiento sostenible y social y de empleo. Al mismo tiempo hay que desarrollar una verdadera propuesta de Federalismo Fiscal que articule una forma más justa y racional de organización fiscal en un estado plurinacional.

Si el 10 de Julio de 2010 marcó un hito, el 11 de Septiembre de 2012 abre un nuevo período de decisiones democráticas, que tienen que ver con un modelo de cohesión social de país que está siendo desmantelado desde la Moncloa y desde el Palau de la Generalitat. Y tiene que ver también con decisiones vinculadas a la relación entre Catalunya y el Estado: ya no queda tiempo para seguir apostando por un modelo autonómico superado en el que Catalunya no encaja. Hay que desplegar un federalismo plurinacional, donde el derecho a decidir esté reconocido, como única oportunidad de un encaje común, donde el Estado español tiene el reto de entender y atender el sentimiento nacional de los pueblos que lo conforman.

Una propuesta de federalismo de libre adhesión tiene todavía oportunidades de convertirse en un punto de encuentro que ayude a articular una convivencia entre pueblos ya no sólo al Estado si no incluso también en Europa.


Joan Josep Nuet i Pujals es coodinador general de EuiA y diputado de la Izquierda Plural. Ponencia presentada en el seminario organizado por la Fundación Socialismo sin Fronteras el 29 y 30 de septiembre en Baztán sobre “Cambio Social y Libertad Nacional”.