jueves, 6 de febrero de 2014

CELAC EN LA HABANA UN VIENTO DE ESPERANZA





 
LA HABANA UN PASO ADELANTE

II CUMBRE DE LA CELAC
Pedro Serrano García
Los sucesivos gobiernos imperialistas norteamericanos, han impuesto su voluntad en las naciones latinoamericanas y caribeñas durante más de dos siglos. Son innumerables las intervenciones armadas, golpes de Estado y hasta asesinato de presidentes por parte de los yanquis.
Pero Cuba y Venezuela, junto a otros gobiernos progresistas, han sabido impulsar un proceso hacia la Patria Grande. Como antecedentes de la CELAC, están: La Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo, en Salvador de Bahía, Brasil, los días 16 y 17 de diciembre de 2008. También la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe, en Rivera Maya, Cancún, México. La I Cumbre de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe, se celebró en Santiago de Chile el 27 y 28 de enero de 2013.
Esta II Cumbre de Estados Latinoamericanos y del Caribe, se ha celebrado durante los días 28-29 de enero de 2014 en La Habana, Cuba, por supuesto sin Estados Unidos ni Canadá. El éxito ha sido enorme. Asistieron la mayoría de presidentes y Jefes de Estado de los 33 países miembros; a los que se unió el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
La Cumbre evidenció que las naciones latinoamericanas pueden andar juntas sin la tutela de metrópolis o imperios, y menos el de Estados Unidos, cuyos regímenes históricamente sembraron la división y la confrontación para ejercer su dominio sobre ellas y saquearlas.
USA ha sido como la manzana podrida en un saco que contamina a las restantes. Eso es lo que está ocurriendo en la Organización de Estados Americanos (OEA), con sede en Washington, hoy en fase de putrefacción, y sin remedio alguno.
Un analista dijo: Después de la Cumbre de la CELAC de La Habana, Estados Unidos se convirtió en el traspatio de América Latina y el Caribe. Cuanto le hubiera gustado a Simón Bolívar, José Martí y muchos otros próceres de la independencia de nuestra América, al igual que a los incansables luchadores y entrañables amigos Hugo Chávez y Néstor Kirchner escuchar esa expresión.
América Latina seguirá su rumbo en paz, con tranquilidad, en la diversidad y de manera unitaria”. De este modo respondió el Presidente Nicolás Maduro a las declaraciones emitidas por la vocera del Departamento de Estado de EEUU, que este jueves consideró como una “traición” que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), donde no está representada ni ese país ni Canadá, realizara su II Cumbre Presidencial precisamente en Cuba. Añadió Maduro: “Que se acostumbren a respetar y traten de buscar una nueva visión sobre nuestro continente, porque con esta visión de dinosaurios no podrán entender lo que está sucediendo y, sobre todo, lo que va a suceder en nuestra vida económica, social y política en los años que están por venir”.
Aunque la región ha logrado disminuir la pobreza, ésta continúa afectando a 164 millones, 28% de su población, a la vez que 66 millones padecen indigencia, el 11.3%. Pero lo más estrujante son los 70.5 millones de niños y adolescentes en pobreza. De ellos 23.3 en pobreza extrema. Como colofón, el 10% más rico recibe el 32 por ciento del ingreso. Entretanto, el 40% más pobre recibe el 15 por ciento. Cifras que subrayan la condición de región más desigual en un planeta signado por la desigualdad. Pero se avanza, pues por primera vez existe un esfuerzo común para ponerle fin a la injusticia.
La decisión más trascendental firmada en La Habana por todos los mandatarios asistentes ha sido la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, complementaria de la zona libre de armas nucleares promovida por México en su día a través del Tratado de Tlatelolco. Consagra el principio de que los conflictos en Nuestra América se ventilarán únicamente mediante el diálogo y la negociación, quedando descartado el uso de la fuerza o la amenaza de su uso. Reivindica como principios fundamentales el de no intervención en los asuntos internos de otros Estados, el derecho a la soberanía y autodeterminación y el de darse cada pueblo el régimen económico, político, social y cultural que decidieron todos como fundamentos de la preservación de la paz y la cooperación entre los países miembros y con los demás países. Ello está complementado por el llamado a lograr el desarme nuclear a escala internacional.
Es evidente, por otra parte, que aunque no sea mencionado expresamente en la declaración, el cumplimiento cabal de esta requiere que Estados Unidos y Gran Bretaña procedan a retirar sus bases militares, a la eliminación de las armas nucleares que almacenan o circulan en sus submarinos en América Latina y el Caribe y al retiro de la IV Flota estadunidense de la región.
La exigencia por el reconocimiento de los derechos argentinos sobre las islas Malvinas y la condena al bloqueo a Cuba fueron también acuerdos importantes. Llegará el día en que Puerto Rico se siente en la CELAC junto a sus hermanas latinoamericanas.



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