POR UNA ÉTICA DE LA SUBVERSIÓN
Qué queda de la opción por los pobres?
José María García
Mauriño
La
opción por los pobres fue uno de los pilares de las primeras comunidades de
base. Luego, con el paso del tiempo, ha ido decayendo. Y ahora, parece ya un
disco rayado que no se le hace caso, incluso que molesta que nos lo recuerden. Pero
creemos que es necesario insistir en
ello porque es la quintaesencia del evangelio de Jesús y de la
ética. Se trata sobre todo de una opción
por la justicia indeclinable de cada ciudadano o ciudadana. No podemos mirar
para otro lado, es preciso abordar el tema no solo de la pobreza, sino de los
pobres. Esta puede ser una ocasión para reavivar la olvidada opción.
1…- Qué entendemos por
Subversión:
Subvertir
significa mover el ánimo de la gente para inducirle a adoptar una actitud
rebelde u hostil para cambiar el orden público y moral, dice el Diccionario de
Lengua.
Se trata de tener una versión distinta,
una interpretación del mundo desde la cultura de la pobreza, ver la Vida desde
los de abajo, desde el mundo de las personas empobrecidas, no desde el “orden
establecido” por esta sociedad capitalista, no desde las instituciones, no
desde cómo presenta la sociedad esta TV y la prensa. Subvertir es ver, analizar,
el mundo desde los “sub”, desde el suburbio, desde los subalternos, desde los
que están por debajo. Es decir, desde los pobres, de los que no tienen, no
saben o no pueden. La subversión que
propugnamos no es nada violenta.
Subvertir
el orden establecido significa no ser inmovilistas, no dejar que las cosas sigan
como están, no ser cómplices con este sistema, es decir, tratar de ver el mundo
con otra escala de valores. Valorar positivamente a los de abajo, los que nada
tienen, los desahuciados, los inmigrantes, los refugiados, todas las personas
empobrecidas que el mundo y el sistema desprecian y explotan. Ver a todos estos
colectivos desde la ética, desde los derechos humanos. Y en primer lugar,
valoramos la Vida de las personas y los pueblos, en contra de todo lo que es
muerte lenta, destrozo y guerras. Valoramos los derechos y las
libertades que les niega el sistema. Valoramos el amor, la fraternidad,
la solidaridad, por encima de todo. Esa es la subversión: mirar el mundo desde una
óptica completamente distinta Es caminar
a contra-corriente. Lo normal, lo corriente, no es pensar así. Lo corriente es
la mirada del conformismo. Nuestra mirada es la mirada de la rebeldía, de la subversión, la que mira al pobre desde la
vida y desde la dignidad. Desde su barrera, no desde arriba. Es sentir la compasión
por los excluidos de esta sociedad, es decir,
por todas las personas
empobrecidas del mundo. Los pobres son los que no tienen, no saben y no pueden.
A.- Los que no tienen techo, comida, dinero, agua, tierras, trabajo,
escuelas, hospitales, “Papeles”…No tienen casi nada.
B.- Los que no saben: Cuáles son sus derechos.
Los que no están informados de lo que pasa en el mundo, en su país, en su
familia. Los que a veces no tienen ni idea de qué se les acusa cuando les
detienen. Muchos no saben leer ni escribir, ni hacer cuentas porque no han ido
a la escuela.
C,- Los que no pueden: no tienen recursos para salir de su pobreza y
miseria. No tienen oportunidad de salir fuera de su país y conocer otros mundos.
No tienen medios para curarse de sus
enfermedades.
D.- Los que viven: Con enfermedades curables y sin medicinas porque
son muy caras. Viven con mucho miedo. Sin abrigo. Huyendo del hambre de su
tierra en pateras y cayucos. O de las guerras
que promueven los poderosos. Esperando encontrar otro lugar en el que
puedan vivir, arriesgando su vida y muriendo por sus familias en una salida
obligada de su país. A veces viven meses y meses en campos de desplazados y de
refugiados. Viven en campos enormes de concentración, años y años, siempre
en tiendas de campaña, sin conocer lo
que es una casa, ni el calor de un hogar.
Sin defensa posible, sin protección social ni jurídica. Olvidados y abandonados
de las autoridades, de sus jefes de gobierno.
Porque no es posible ver, mirar, analizar, este
mundo de los de abajo sin sentir vergüenza, indignación, rabia e impotencia, y clamar por la justicia,
y al mismo tiempo dejar de tomar partido y comprometerse.
En esta reflexión sobre las personas empobrecidas, víctimas del
capitalismo imperialista, afirmamos una radical subversión, es decir, que lo
hacemos tomando partido. Lo hacemos
desde una postura de radical indignación
ética y desde una insobornable
solidaridad con todas las víctimas de la injusticia, la agresión y el
despojo.
Nos situamos obstinadamente del
lado de las víctimas para hacer frente a una dinámica histórica de indignas
estrategias belicistas y de políticas -económicas, sociales y culturales-, que
sacrifican en el altar del lucro a millones de seres humanos.
Entendemos que las víctimas deben ser el criterio de
verdad de cualquier visión del mundo y de cualquier análisis de las
relaciones internacionales. Porque el sufrimiento humano, sean cuales fueren
sus causas, es siempre una gran interpelación para todo ser humano,
especialmente para los cristianos. Y ante él no caben justificaciones o
indolencias y, mucho menos, discursos que propugnan la cómplice resignación. La
resignación no es ética.
2.- Por qué es
Ética la subversión:
Porque no somos conformistas con este régimen de muerte y de
mentira, no queremos ser cómplices de esta sociedad que margina a los más
necesitados. Frente a esta decadencia ética y política que padecemos, ofrecemos
una alternativa ética. Se trata de tener una mirada nueva, una versión ética, claramente
comprometida, con los valores
básicos de la ética, es decir, con la vida, la justicia, la libertad, la verdad, la paz. Se trata de
sacudir las conciencias para instalarnos en la óptica de la Vida, de los
derechos humanos, de la dignidad, para desmontar el poder de los de arriba y
reconstruir los auténticos valores de los de abajo, del pueblo sufriente. Se
trata de hacerles justicia y que gocen de verdad de las auténticas libertades.
Repetimos, no sólo una mirada, una versión, sino sobre todo un compromiso ético.
Para Aristóteles
(siglo IV a.c.), por ejemplo, política y pobreza van tan unidas que la segunda
llega a ser la razón de ser de la primera. Dice en su Política que en
toda sociedad hay dos partes, la de los pobres y la de los ricos. El noble arte
de la política consiste en hacerlos convivir, asunto nada fácil, señala, porque
los ricos quieren imponer sus reglas y los pobres, los únicos interesados en
reglas comunes, no tienen fuerza para hacerlas valer. El Filósofo, que no
era un revolucionario precisamente, entendió, sin embargo, que solo desde el
margen, es decir, desde la pobreza podrían pensarse reglas justas de
convivencia porque el secreto de los que viven al margen es saberse marginados
y eso, la marginación, no podía ser el precio de la convivencia. Aristóteles
pensaba que quien haya experimentado una vez la dureza de la marginación, no
podía aceptar que el precio de la vida en común fuera la exclusión de algunos.
El paso de la indignación y la rabia, a la organización, sólida y persistente, es
la clave de cualquier proceso de cambios profundos y radicales. Rabia nos sobra en estos momentos, falta organizarla.
3.- Una pequeña mirada a
la subversión
Hay varios aspectos de la subversión, o sea, ver,
analizar el mundo desde abajo. y que conviene tenerlos en cuenta a la hora
de analizar la realidad y comprometerse.
1) La
subversión política: Se trata de ver
el mundo de la política desde abajo .Es decir, ver cómo sus justas
reivindicaciones se debaten en el
parlamento, ver las distintas disputas
entre los partidos. Y sentir rabia e
indignación al comprobar que no atacan los verdaderos problemas de la mayoría
sufriente. Y saber que las decisiones importantes las toman siempre los de
arriba, la Troika, sin contar con la gente. Una democracia que al no ser de verdad representativa, tampoco es
participativa.
2)
La subversión
económica: ver cómo sigue estancado
el número de parados de larga duración. De que en muchos hogares no entra
ningún ingreso, que los que tienen algo apenas pueden llegar a fin de mes, que muchos malviven con
la pensión de los abuelos, que tienen
que ir a comedores sociales para poder comer, o buscar cada día la comida en los contenedores. La angustia de no poder
pagar la hipoteca o el alquiler de la
casa, de no poder pagar la factura del gas, de la electricidad, del
teléfono, del colegio de los niños, etc. Y pasar mucha vergüenza con todo esto.
(Algunos datos: 12,5 % de los trabajadores
de la Unión Europea son pobres, en España es el 15% y en EEUU es el 25% y no ha
parado de subir en los últimos años (Europa Press). Hay 8 personas que son más
ricas que 3.600 millones de pobres, más de la mitad de la humanidad.[Intermon Oxfam]).
3) La subversión
cultural: para muchos el no saber
leer o escribir les supone una dificultad muy seria en la vida social, no
conocer el significado de muchas leyes y ordenanzas, no haber podido ir a la
escuela o a la universidad, pasan miedo, vergüenza, impotencia, ir casi siempre
con la misma ropa, no conocer otros mundos…Y con frecuencia, casi sin esperanza
de que esto cambie o haya alguna mejora.
Para
todas estas personas reclamamos la vida
y la dignidad que les niegan los
poderes de este mundo. Esta es la subversión, una alternativa a la opresión política, económica y cultural
que sufren estos colectivos empobrecidos:
-
donde hay procesos de muerte lenta,
tratamos de poner vida.
-
donde hay mentira u ocultación de la
verdad, ofrecemos análisis objetivo de la realidad
-
donde hay acumulación de bienes, invitamos
a compartir bienes y servicios.
-
donde hay incultura, proponemos una
educación pública y laica de todos y para todos.
-
donde no se respetan los DH, insistimos en denunciarlos, ya que se violan constantemente
en un amplio sector del mundo, mientras
que en otro sector al menos se mantienen globalmente. La lucha de clases sigue vigente.
Al ver este panorama,
nuestra indignación va dirigida
contra esa violencia estructural del
sistema, es decir, contra esa acumulación incesante de beneficios que no
reparte ni comparte, contra esa democracia cuyas decisiones las toma la
economía de mercado, la troika, y no el parlamento. Estamos en contra de la
des-información constante que nos ofrecen la mayoría de los medios de
in-comunicación que nos trasmiten una
forma especial de entender la vida, lejos de una mirada humanizadora desde
abajo.
Desde la experiencia acumulada de muchos años, los
cristianos y cristianas de base de Madrid, podemos hacer un examen de nuestra
experiencia y comprobar que no hemos sido suficientemente coherentes con
nuestras opciones y nuestros compromisos, con nuestra práctica social y con la
solidaridad económica y política en favor de las personas empobrecidas. Nos
queda todavía un largo camino a recorrer. La opción por los pobres sigue
golpeándonos, no se ha terminado.
Pero a pesar de todo mantenemos la esperanza utópica, porque la esperanza es una virtud de los pequeños. Los grandes, los
satisfechos, no conocen la esperanza; no saben qué es. Son ellos, los pequeños,
los que luchan, las personas empobrecidas, las que transforman el desierto en exilio,
son los que de verdad tienen esperanza. Se trata de tener y mantener un
horizonte de esperanza, de que se vaya realizando ese ideal de vida digna para
todos los seres humanos (SH). La esperanza hace cambiar la soledad desesperada,
el sufrimiento humano, en un camino llano sobre el cual avanzar para ir al
encuentro de la vida digna. Y llegamos a la conclusión: dejemos que nos enseñen
qué es la esperanza. ¡Dejémonos enseñar la esperanza! Esperemos, comprometidos
y confiados, la llegada de la Utopía, y cualquiera que sea el desierto de
nuestras vidas y cada uno sabe en qué desierto camina, con qué silencio vive, cualquiera
sea el desierto y el silencio de nuestras vidas, se convertirá en un jardín
florido y en una sinfonía armoniosa. ¡La esperanza no defrauda a nadie! Lo
decimos otra vez: “¡La esperanza no defrauda!” Está en lo más hondo de la
persona, forma parte de la metafísica de la naturaleza humana. El SH, siempre
espera algo, nunca deja de esperar!!. La
esperanza nos garantiza que siempre es posible “hacer” algo.
Nos gustaría establecer
con todos vosotros y vosotras un diálogo sobre estos temas, siempre que sea
posible. Estamos abiertos a mantener un
debate horizontal y reflexionar juntos en grupo o personalmente, cuando sea oportuno. Os esperamos!!!
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José María García Mauriño