lunes, 28 de septiembre de 2015

JORNADAS ANUALES DE CRISTIANOS/AS POR EL SOCIALISMO

clip_image002

Barcelona, 17 y 18 de octubre de 2015

“El FUTURO IMPOSIBLE DE UN CAPITALISMO INVIABLE”

El capitalismo no sólo no es deseable, sino que parece cada vez más evidente que tampoco es viable y conduce a la humanidad a la barbarie. El proyecto europeo, tal y como está concebido y practicado en la actualidad, puede ser un ejemplo de ello, particularmente en los países de la periferia sur: desahucios, explosión de desigualdades, extensión de la pobreza por todo el continente y, en general, una profunda involución de derechos y un deterioro grave de la democracia.

Sábado 17 de octubre

10.00h Bienvenida.

10.30h Ponencia y diálogo: “El capitalismo no es viable y el TTIP”

Ramón Franquesa, Catedrático de economía de la Universitat de Barcelona.

12.00h Descanso.

12.30h Ponencia y diálogo: “Esta Europa no es viable y la crisis del Euro”

Pedro Montes, Economista del Banco de España durante más de 30 años,

Impulsor de la campaña por la salida del Euro.

14.00h Comida

16.30h Mesa redonda: “Hay vida fuera del capitalismo: alternativas”

Esther Vivas, activista e investigadora sobre movimientos sociales y consumo responsable; Arnau Alarcón, activista y miembro de la Cooperativa SOM ENERGIA, Josep Busquets, cooperativista y activista de la economía solidaria; Encarna Sánchez, experta en alimentación consciente y un representante de Asociaciones de defensa de los Refugiados (por confirmar)

18.00h Descanso

18,30h Trabajo en grupos

20.00h Cena

21.00h Paseo por Barcelona

Domingo 27 de octubre

10.00h Asamblea CPS

12.00h Eucaristía. Agradecimiento colectivo de CPS por los 90 años de Josep Seguí.

14.00h Comida y despedida

 

Casa San Ignaci Sarriá

Casa de ejercicios de los Jesuitas de Sarrià

C/ Carrasco i Formiguera

¿CÓMO LLEGAR?: Desde la estación de Sans, autobús V7 (deja en Vía Augusta, paralela a Carrasco i Formiguera). Si se va en coche tomar la Ronda de Dalt, salida Vía Augusta. Se puede aparcar dentro del recinto. Si se llega desde la plaza Catalunya son los trenes de Sarrià, estación Sarrià y subir por Vía Augusta.

TELÉFONO DE LA CASA: 93 205 81 34

El pago de las jornadas se hará en el momento de la llegada (el viernes 16, a partir de las 20:00h, y el sábado 17 a partir de las 9:00h)

Por favor, notificad vuestra participación en las jornadas antes del 5 de octubre

Contacto: Miguel Ángel e-mail: miguelcarmena@movistar.es tl. 91 754 16 82

DATOS PERSONALES

Nombre y Apellidos......................................................................................................................

Domicilio............................................................... Localidad........................................................

Teléfono................................................................ e-mail.......................................................

INSCRIPCIÓN (expresar el número de inscripciones)

* Inscripción a las Jornadas (obligatorio para todos/as) clip_image004 20€

SERVICIOS COMPLETOS (expresar el número servicios que se solicitan)

* Pensión diaria completa con habitación doble clip_image006  48€

* Pensión diaria completa con habitación individual clip_image006[1]  48 €

(Disponemos de 57 habitaciones, 37 individuales y 14 cuartos dobles. El precio por la habitación es el mismo en la doble que en la individual)

SERVICIOS SUELTOS (expresar el número de servicios que se solicitan)

* Desayuno clip_image004[1] 5 € 

* Comida clip_image004[2] 20 €

* Cena    clip_image004[3] 16 €

El papa Francisco habla “claro” ante el Congreso de Estados Unidos

 

Raquel Godos

EFE

Haciendo suya la "regla de oro" de "no hagas a los demás lo que no quisieras para ti mismo", el papa Francisco se dirigió ayer al Congreso de Estados Unidos de un modo "claro y conciso" para abordar asuntos claves en el país como la situación de los inmigrantes, la pena de muerte o la pobreza.

La histórica intervención del pontífice, la primera de un santo padre ante el Legislativo estadounidense, no tomó partido explícito por las políticas de unos u otros, demócratas o republicanos, pero sí fue firme en la posición de la Iglesia acerca de asuntos que en Estados Unidos resultan muy divisorios.

En este sentido, Brian Porter-Szücs, experto en catolicismo romano de la Universidad de Michigan, explicó a Efe que ejemplo de ello fue la alusión implícita del pontífice al aborto cuando habló de la protección a la vida, momento que aprovechó para virar su argumento de manera “sorprendente” y pedir la abolición de la pena de muerte, una práctica aún activa en EEUU.

“Mientras escuchaba el discurso del papa ante la sesión conjunta del Congreso me llamó la atención el contraste con otros discursos pronunciados por los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI en ocasiones similares”, dijo el experto.

Según Porter-Szücs, los papas anteriores adoptaron un “estilo retórico” que les permitió estar por encima de los debates políticos mundanos para que la Iglesia “pudiera conservar una postura distante, no partidista”, sin embargo es innegable que “Francisco tiene un enfoque diferente”.

“Habla directamente y, a menudo, específicamente sobre los asuntos que le conciernen. En realidad no difiere de sus predecesores sobre las cuestiones fundamentales, pero las trae a tierra de una manera que no hemos visto antes”, insistió.

Para Daniel Ramírez, profesor asistente de cultura estadounidense en la misma universidad, uno de los asuntos en los que el pontífice fue más claro fue la inmigración, presentándose a sí mismo como “hijo de inmigrantes” y recordando a los congresistas que todos ellos, sin excepción, también lo son.

“Cambió la discusión: ¿Qué hacer con los inmigrantes? Nos recordó que la mayoría de los pueblos de las Américas vinieron del extranjero y que en nuestro tratamiento hacia el extranjero desobedecemos la regla de oro (…) y que esa regla se aplica también a los humanos en todas las etapas del desarrollo”, afirmó.

“En otras palabras, los provida también deben ser proinmigrante”, señaló.

Pese a una fuerte demanda social y presiones tanto de la Casa Blanca como de grupos activistas, el Congreso estadounidense no ha sido capaz de ponerse de acuerdo para legislar sobre una reforma migratoria que ponga solución a las carencias, reconocidas por todos, que sufre el sistema.

El presidente de la Cámara Baja, el republicano John Boehner, fue el artífice de la visita papal al Congreso, pero como puntualizó en conversación con Efe la profesora Silvia Pedraza, también fue quien bloqueó “el esfuerzo de Reforma Integral de Inmigración” de carácter bipartidista que en 2013 logró el consentimiento del Senado.

“Tengo la esperanza de que el discurso del Papa abrirá esta puerta que se había cerrado con un cerrojo”, agregó Pedraza, un deseo que muchos de los congresistas defensores de la reforma migratoria también han compartido, ya que el debate al respecto está en horas bajas.

Francisco, que durante más de media hora planteó sus inquietudes a los legisladores en inglés, hizo alarde de sus dotes comunicativas pese a su falta de control del idioma y se refirió también a la necesidad de que los líderes políticos busquen el bien común.

“Un buen líder político es aquel que, con los intereses de todos en mente, aprovecha el momento en un espíritu de apertura y pragmatismo”, dijo el pontífice ante uno de los congresos más polarizados de la historia de Estados Unidos, a quien instó con vehemencia a cuidar del planeta, “la casa de todos”.

Un buen líder político -insistió- siempre opta por iniciar procesos en lugar de poseer espacios”.
Fuente: http://www.efedocanalisis.com/noticia/el-papa-francisco-habla-claro-ante-el-congreso-de-estados-unidos/

FUENTE: REBELIÓN.ORG

jueves, 17 de septiembre de 2015

Felipe VI se levantó y se fue

 

Visita oficial a Washintong
Aníbal Malvar
Lo que más me ha llamado la atención de la reunión de ayer entre Felipe VI y Barack Obama es que ninguno de los dos ha contestado preguntas a la prensa. Las preguntas no estaban prohibidas, o sea, que no disparaban a los periodistas. Pero:
–¿Hablaron, don Felipe, de la situación en Catalunya? –preguntó el corresponsal de El País en rueda de prensa posterior al vis-à-vis hiperpublicitado.
–Gracias –respondió nuestro rey, y se levantó y se fue.
No es una gracieta. El corresponsal de El País le preguntó eso a Felipe VI y nuestro rey contestó “gracias”. Y se levantó.
Hay cosas que el pueblo no debe de saber. Por ejemplo, de los temas que trata nuestro jefe de Estado con otro jefe de Estado.
–Gracias –respondió nuestro rey, y se levantó y se fue.
Así se gana el sueldo este señor tan alto.
–Gracias –respondió nuestro rey, y se levantó y se fue.
A mí, personalmente, que un gilipollas me tome por imbécil me suele sentar bastante mal, pero al ser mi jefe de Estado el que me toma por imbécil, o sea, me corto. Y le doy las gracias.
–Gracias.
Enviamos con nuestro dinero a este tipo heredero de Franco a hablar con otro jefe de Estado, en misión oficial, como representante de nuestro pueblo, y cuando un periodista del pueblo le pregunta inocentemente si han tratado de tal o cualquier cosa contesta:
–Gracias –y se levanta y se va.
–¿Para eso te hemos pagado el máster en Georgetown, Felipe, coño?
–Gracias –responde nuestro rey, y se levanta y se va.
–¿Y no le dijo usted a Obama nada de su promesa de cerrar la prisión ilegal e inhumanitaria de Guantánamo?
–Gracias –responde nuestro rey, y se levanta y se va.
28 de enero de 1959.
El filósofo alemán Theodor W. Adorno transcribe sus sueños:
Yo estaba en una pequeña habitación circular y muy alta. Había algunas personas sentadas en corro: los más poderosos del mundo. Se trataba de la negociación decisiva en torno al estallido de una guerra nuclear. De vez en cuando, alguno se levantaba sin pronunciar palabra y se volvía a sentar. Yo pensé: una partida de póker. Todos tenían caras muy sonrosadas. De repente, algo que no pude identificar delató que se había tomado la decisión de iniciar la guerra.
Un jefe de Estado, cual el rey Felipe VI, tiene la obligación de darnos las gracias. Incluso todo el tiempo. Ningún mérito aparente lo legitima a ser tu superior. Así que, por los menos, yo le exijo además de las gracias un par de explicaciones, ya que le pago su visita al Despacho Oval.
–Gracias.
–¿Cómo justifica que un representante del pueblo no responda a una pregunta del pueblo?
–Gracias.
Tenemos un jefe del Estado que no responde a una pregunta sobre el futuro de ese Estado. Será ignorancia o cobardía. O estulticia, quizás. O estrategia, que es peor. Pero que a nadie inteligente se le ocurra responder:
–De nada.
Fuente: Público.es


Más ricos los ricos, más pobres los demás

 

Torre Picasso, Madrid
 
 
Vicente Clavero
 
Son datos que han recogido recientemente los medios de comunicación:
– Entre 2007 y 2013 se duplicó el número de contribuyentes españoles que declararon un patrimonio superior a los 30 millones de euros (unos 5.000 millones de las antiguas pesetas). De 233 se pasó a 471 durante ese periodo, que abarca los años más duros de la crisis económica. Lo dicen las estadísticas del Ministerio de Hacienda. Lógicamente, en ellas no están incluidos quienes eluden sus obligaciones fiscales, con lo que la cifra real seguramente sea mayor.
– Si bajamos el listón al millón de euros de patrimonio (sin contar el valor de la primera vivienda y de los bienes consumibles), el aumento también ha sido espectacular. Un estudio de Capgemeni y Royal Bank of Canadá contabilizó en 2014 un total de 178.000 contribuyentes con ese volumen de patrimonio, frente a los 128.000 registrados en 2008, lo que representa una subida nada desdeñable del 40%.
– Según datos de la Autoridad Bancaria Europea, en 2013 había 133 directivos del sector financiero residentes en España con ingresos anuales superiores al millón de euros. Es decir, 33 más que en 2012. Su sueldo medio era de 2,18 millones y estaba por encima de los correspondientes a Reino Unido, Alemania, Francia e Italia. De esos 133 banqueros, el grupo más numeroso (64) lo formaban quienes tenían una retribución de entre dos y tres millones, incluyendo fijo y variable.
Mientras tanto:
– La renta per cápita nacional se situó en 18.198 euros en 2013, la cifra más baja desde el inicio de la crisis. El punto álgido se alcanzó en 2008, con 19.599 euros, y a partir de entonces ese indicador no ha hecho más que bajar. En consecuencia, los españoles somos  ahora 1.508 euros (250.000 pesetas) más pobres que hace siete años. Y son datos oficiales; en concreto, del Instituto Nacional de Estadística (INE).
– La Encuesta de Población Activa (EPA) señala que 3,7 millones de desempleados no percibían ninguna prestación del Gobierno al término del segundo trimestre de 2015, casi el triple que en 2007. De ellos, sólo 561.000 no habían trabajado nunca y, por tanto, no tenían derecho a cobrar ayudas. El resto, sin embargo, sí; pero las habían agotado porque se trataba de parados de larga duración.
– Uno de cada cinco españoles (concretamente, el 22,2%) viven por debajo del umbral de la pobreza, que se sitúa en 7.961 euros al año. Con la particularidad de que la proporción sube al 30,1% en el caso de los menores de edad.
– España, a día de hoy, es el séptimo país más desigual de la Unión Europea, y en el que más diferencia hay entre ricos y pobres de las grandes economía del continente, como señala un reciente informe de Oxfam Intermon. La situación sólo es peor en Bulgaria, Letonia, Lituania, Grecia, Portugal y Rumanía. Incluso hay tres países del antiguo bloque soviético más igualitarios que el nuestro: Eslovaquia, Eslovenia y la República Checa.
Un motivo de satisfacción –supongo– para cualquier Gobierno.

FUENTE: PÚBLICO.ES














lunes, 7 de septiembre de 2015

UNA POLÍTICA DIGNA PARA LOS REFUGIADOS

Resultado de imagen de refugiados
 
DENUNCIA UNA VEZ MÁS LA SITUACIONDE LOS REFUGIADOS

Hay en el mundo un país que aún no conocemos.  El país de los refugiados lo habitan hoy más de 51 millones de personas. Tiene más habitantes que nuestro país. Y su población crece cada día. Cada cuatro segundos, una persona se convierte en refugiada.La guerra que no cesa, las  violaciones de derechos humanos y catástrofes naturales les obligan a huir de sus hogares.El desplazamiento del Sur al Norte en las actuales circunstancias es inevitable,No valen las alambradas, ni los muros, ni las deportaciones. Vendrán millones. La UE será conquistada por los hambrientos.

La Europa democrática es la que sostiene policías, militares, paramilitares y parapoliciales que golpean, torturan, encarcelan, para expulsar a los inmigrantes de estos países. Quieren conservar sus privilegios, desterrando, a miles de migrantes que huyen de las hambrunas y de las guerras que provocan precisamente los gobiernos europeos.

Los factores de desplazamiento están aumentando o sumando nuevas razones. La clásica migración económica persiste, porque a pesar de la crisis europea existe un abismo comparativo entre los países todavía aventajados –aunque estén estancados- y los empobrecidos. Pero a esta causa anterior se le suman las consecuencias de la migración ocasionada por los brutales conflictos militares y de violencia étnica y política que se están produciendo en derredor al mundo occidental. Mayormente, provocados por nuestros gobiernos. 

El estallido de grandes intervenciones militares occidentales en Oriente medio y próximo, y la respuesta de las propias oligarquías para el control político y religioso de la población, que han engendrado nuevos monstruos  reaccionarios  como  el  Estado  Islámico, o conflictos políticos que en su día auparon primaveras de cambio –y que han sido mayormente reprimidas- como pudimos ver en el Norte de África, están desplazando, en una huida desesperada, a cientos y cientos de miles de personas que tratan de esquivar la muerte. 

No obstante, en el futuro van a producirse nuevas causas que debemos prever, la migración ecológica. El desastre del modelo productivo global, basado en un crecimiento que desbordó desde los años 80 el límite de carga del planeta, y también en las energías fósiles y sus consecuencias en el calentamiento global, va a ocasionar en los próximos años y décadas nuevas carestías y conflictos de gran profundidad y crisis civilizatoria. Se trata de un inquietante cataclismo humano.

La pobreza causada por la explotación del Sur por el Norte se verá agudizada porque cada vez más los territorios tendrán menos agua dulce, menos fertilidad y más caos climático y contaminación. Quizá el mapa global se modifique, porque los espacios habitables se reducirán y podrán cambiar de referencia geográfica, y la pugna por ellos abrirán nuevos desplazamientos humanos y grandes tensiones, en los que la violencia, la enfermedad y la muerte engendrarán éxodos, choques y encontronazos cada vez más frecuentes.

Para que no siga adelante la crueldad de la Europa democrática en el recibimiento de las personas refugiadas, ha de apostar por unas políticas migratorias que garanticen que ninguna persona se desplace de su comunidad de origen por razones forzadas, sean económicas, políticas, culturales, religiosas, militares o ecológicas. Para ello debemos tomar consciencia que lo primero que habría que realizar es una política que permita desarrollarse en libertad a los pueblos del Sur –en todos los sures del planeta-, quitarles primero el pie del cuello, dejarles de explotar y arrebatarles sus recursos. 
En segundo lugar, modificar el sistema de relaciones de producción, que acabe con un modelo productivo ecológica y socialmente insostenible. Todo esto no se puede hacer de golpe y porrazo, se hará a pasos, pasos más cortos o más largos, pero que tendrán que tener claro el horizonte hacia el que se mueve. Porque la humanidad también se mueve, y ha de hacerlo hacia el futuro, y no hacia atrás ni necesariamente al lado

Publicado por José Ramón Montes González 

jueves, 3 de septiembre de 2015

En busca del impulso perdido

 

Josep Maria Antentas

A pocos meses de las elecciones generales, y en vísperas de las catalanas del próximo 27 de Setiembre, las tribulaciones estratégicas recorren Podemos y las fuerzas del cambio político y social. Tras un año de sobre-exitación demoscopico-electoral, al final de la escapada parece que el bipartidismo resiste mejor de lo esperado, sacando energías de donde apenas no quedaban.
Desde hace semanas todas las encuestas reflejan una tendencia electoral a la baja para Podemos. El circulo vicioso de la lógica electoral gira implacablemente. Si se instala cada vez más la idea de que el PP volverá a ganar ello tendrá un efecto desmovilizador en cadena, y si se reconfirma la percepción que el PSOE es el voto útil contra el PP, ello acarreará consecuencias letales para Podemos. El partido de Pablo Iglesias está en un momento delicado, moviéndose en el umbral de lo que puede ser un resultado que condicione de forma decisiva la política española o de un resultado que condene a Podemos a ser una fuerza de oposición importante pero sin potencial desestabilizador. Debido al sistema electoral, una ligera variación del porcentaje supone una diferencia abismal en escaños. La que puede certificar el estallido del bipartidismo o su renqueante supervivencia a pesar de todo. De nuevo, tan lejos y tan cerca.
Estamos en un momento decisivo en el que caben dos opciones: resignarse a que las elecciones generales acaben siendo un anti-climax a modo de decepcionante desenlace provisional de la dinámica abierta tras las elecciones europeas del 25 de Mayo de 2014. O bien, mover ficha, y buscar un revulsivo. Dos debates entrecruzados sobrevuelan la zozobra del momento. ¿Como construir la “unidad popular”? ¿Y como enfrentar al poder financiero doméstico e internacional a la luz de lo acontecido en Grecia?
Unidades populares y tribulaciones estratégicas
¿Qué es la tan manida “unidad popular”? Concepto casi atrápalotodo, corre riesgo de ser fetitchizado. Ambos términos de la expresión se prestan a todas las mistificaciones imaginables. Y a todos los doctrinarismos prescriptivos concebibles. En los debates actuales, la “unidad popular” se conjuga de tres formas: la primera, como una expresión retórica de construcción autoreferencial entorno a sí mismo, pero abriendo las listas electorales a independientes, como hacen las CUP en Catalunya. La segunda, como una alianza de aparatos políticos por arriba, como pregona IU, y como se ha construido Catalunya Sí que es Pot. Ambas opciones son abrazadas por Podemos, que bascula hacia una u otra en función del contexto y el lugar. La tercera, implica la voluntad de crear un movimiento popular participativo y plural, en el que en la tensión entre lógicas de aparato y confluencia por abajo se deslice hacia la segunda, y en la que los aparatos políticos se pongan al servicio de la creación de un movimiento abierto.
En algunos casos la elaboración de listas mediante primarias democráticas ha sido la vía para movilizar la participación por abajo, aunque con una lógica competitiva, como fue en Ahora Madrid. En otros, el procedimiento de elaboración de la lista no era el pivote del proyecto, que giraba entorno a la firme orientación y vocación movimentista del equipo impulsor de la iniciativa, decidido a construir un verdadero movimiento popular-ciudadano, como fue el caso de Barcelona en Comú. No hay un modelo acabado de como proceder, ni un ejemplo generalizable a replicar. Pero sí hay experiencias que apuntan, desde su diversidad, en esta dirección. Éste es el espíritu de Barcelona en Comú, de las Mareas Atlánticas, de las propuestas del Procés Constituent.
Pero el debate de la “unidad popular” no sólo abarca los procesos para conformarla, sino sus objetivos estratégicos y su concepción de lo que es “ganar” y de como se cambia la sociedad. Ni electoralismos superficiales, ni resistencialismos sin perspectiva, la articulación dialéctica entre movilización-autoorganización-trabajo electoral e institucional es la clave. Entonces, “unidad popular” ¿para qué? Para romper con el actual orden de cosas mediante la apertura de procesos constituyentes nacionales retroalimentados pero no subordinados y la aplicación de un plan anti-austeridad. “Procesos constituyentes” y “plan contra la austeridad” son conceptos elásticos que pueden interpretarse de formas diversas, pero en su conjunto designan un horizonte de ruptura formulado con voluntad de agregación de mayorías políticas y que parte de la necesidades reales y no de proclamas abstractas. Para conjurar las decepciones del mañana, sin embargo, cada vez se va haciendo más necesario, profundizar en las clarificaciones estratégicas y en la precisión de las tareas y de los objetivos programáticos (que en ningún modo pueden ser leídos como meras sugerencias de cumplimiento optativo como desafortunadamente señaló la alcaldesa de Madrid Carmena) de los gobiernos “populares”.
El rasgado espejo helénico
Las posibilidades de una ruptura con las políticas de austeridad en el Estado español se reflejan estos días en el espejo griego. Un espejo en las que brillan una imágenes del cambio menos nítidas e impolutas de lo deseado. La situación griega desincha las ilusiones de cambio fácil y placentero y desmonta el esquema simplista y linial construido tras la eclosión de Podemos de: voto=victoria electoral rápida=cambio de políticas. El camino es bastante más pedregoso. Y lo que está por venir.
Hay, sin embargo, dos lecturas posibles sobre la rendición de Tsipras. La primera: no se pueden cambiar las cosas. La segunda: no valen las medias tintas. Una conduce a la parálisis y al desánimo, la otra fuerza a sacar conclusiones estratégicas imponderables. La crisis de Syriza ha marcado la primera gran diferenciación interna del movimiento contra la austeridad desde el estallido de la crisis. El fiasco Tsipras pone encima de la mesa las inconsistencias de los enfoques neoreformistas que buscan cuadrar un círculo imposible. No se puede vencer a loshooligans de la austeridad sin despeinarse. Hay momentos en que es necesario escoger. Sino, la realidad, o sea la Troika y el poder financiero, escoge por ti. ¡Imposible acabar con el bulldozer de la austeridad sin ir a por todas y buscando ingenuamente el acuerdo con los mismos que la imponen!
Detrás de la lógica de Tsipras y de quienes la apoyan desde las filas de la izquierda europea está la apelación al mal menor y a la responsabilidad. No es posible la ruptura. Ella conduce al abismo. No hay cambio estructural posible. Finales de partida, pues. En realidad, ésta es la más irresponsable de todas las estrategias. No hay nada más imprudente que levantar expectativas y no satisfacerlas por cobardía y timidez, nada más insensato que esperar concesiones de la Troika si ésta no hace frente a una amenaza de ruptura real. Para conseguir reformas hay que jugar a la ruptura. Lo ha sido siempre a lo largo de la historia, y más en los tiempos que corren. No tener un Plan B equivale en realidad a no tener un Plan A.
La situación no admite medias tintas ni soluciones epidérmicas. La radicalidad, en el sentido de ir a la raíz de los problemas, se antoja hoy ineludible. El desafío de “intentar ser tan radical como la realidad misma”, retomando la conocida expresión de Lenin, aparece ahora con una fuerza inusitada. Sin embargo, estamos en un contexto complejo y contradictorio. La repolitización contemporánea llega tras décadas de despolitización. El reinicio de la auto-organización aún no puede compensar la descomposición histórica de los instrumentos políticos y sindicales tradicionales. El gran malestar social va de la par a un bajo nivel de conciencia política, y la radicalización social está aún confinada a un horizonte capitalista-consumista. Las expectativas de cambios reales se ven mermadas por décadas de retrocesos y por la ausencia de referencias alternativas concretas, y la efervescencia social va paralela a bajos niveles de organización estable y a una debilidad general de la izquierda. Todo ello favorece la cristalización de alternativas políticas portadoras de proyectos de cambio superficial y de estrategias inconsistentes cuando llega el momento de la verdad. De ahí se derivan los impasses actuales.
Por ello el apoyo a Tsipras por parte de la dirección de Podemos es un error estratégico revelador de un tacticismo cortoplacista sin salida. Si el primer ministro griego gana las elecciones, ello puede trasmitir la impresión ficticia que Podemos está con los ganadores. Pero no nos engañemos. La posible victoria de Tsipras este 20 de setiembre poco tendrá que ver con la del pasado 25 de enero. Es ya la de un Tsipras sin otro proyecto que implementar la política de la Troika (secundada por el poder financiero y económico griego). En realidad, respaldar a Syriza ahora es una huida hacia adelante que asocia a Podemos a un proyecto fallido y capitulador, que sólo ahondará los atolladeros estratégicos ibéricos. Es difícil vender ilusión y esperanza en el Estado español avalando a quien la ha enterrado en Grecia. Y no lo es menos criticar los recortes de Rajoy o Mas y justificar los de Tsipras.
Ante este escenario, no se trata ni de adaptarse a las claudicaciones que instalan un ‘no se puede’ sin fin como horizonte estratégico y vital, ni de contentarse con resistencialismos autoproclamatorios estériles. Es la ahora de pelear por la mayoría, de ofrecer un camino alternativo al no future de la austeridad grunge. Ello implica articular radicalidad y espíritu de confluencia, voluntad de ruptura y disposición a ensuciarse y a gestionar contradicciones. Sólo los sectarios confunden radicalidad con aislamiento, caínismo, y diferenciación programática permanente. Sólo los que tienen miedo a afrontar seriamente la aventura de un cambio de modelo confunden voluntad de mayoría, de unidad y de confluencia con la adaptación política a los angostos márgenes de lo posible.
Cambiar el ritmo
La realidad se ha reflejado más compleja, tortuosa y material, y menos esquemática, lineal, comunicativa y discursiva de lo teorizado por la dirección de Podemos. La lucha política es más enrevesada de lo que concibe la hipótesis populista, tanto en su variante laclauiana estricta como en sus acepciones más genéricas. La agregación de mayorías populares es menos evolutiva de lo pensado y el combate político es más amplio que su dimensión comunicativa. La estrategia electoral por sí sola se queda coja si no se inserta en la construcción de un movimiento popular real y arraigado, y la política de partido sin política de movimiento se queda rápido sin combustible.
La dirección de podemos vio la los límites de la fórmula Podemos el pasado 24M, cuando sus resultados quedaron debajo del PSOE y por debajo de las candidaturas municipales de confluencia. La propuesta de presentarse a las generales ampliando la lista de Podemos a otros colectivos con el esquema “Podemos-XXX” y buscando alianzas con ICV en Catalunya, Compromís en el País Valencià, el MES en Baleares y las Mareas en Galicia es, sin embargo, una solución demasiado parcial a un problema más de fondo. Es una fórmula muy tímida para solucionar un problema muy profundo: la imposibilidad de Podemos de ganar las elecciones generales.
Es necesario una sacudida de más hondo calado. Un cambio de ritmo que altere la tendencia la baja. No es hora de avanzar con piloto automático, ni de actuar como un lento motor diesel, sino como un explosivo coche de rallies. Ahora toca demostrar reflejos rápidos. Todas las organizaciones envejecen y más en la época de lo instantáneo y lo espurio, de la sociedad fast-food. Su proceso de nacimiento, consolidación, y estructuración no es rectilinio ni constante, e implica saber navegar en aguas turbulentas y a contracorriente y más en un momento de crisis en las que “el tiempo está fuera de sus casillas” recordando a Hamlet. Pensarse que uno va viento en popa “a la Kautsky” (pero en versión acelerada y a cámara rápida) es el mayor de los errores estratégicos. El mayor de los aventurismos. Es, pues, la hora de los revulsivos, de actuar como verdadera “caja de velocidades” en expresión de Daniel Bensaïd. De sacar nuevos jugadores en el terreno de juego, y de cambiar el esquema y el ritmo del partido. Y ello pasa por asumir la vía de la “unidad popular” y de la confluencia por abajo en la estela de los éxitos municipales del pasado 24M, y no de los acuerdos aparateros ni de las auto-proclamaciones afirmativas.
Pensar estratégicamente hoy requiere una mentalidad abierta para comprender situaciones tan diferentes y en apariencia contradictorias como la esperanza que representa Jeremy Corbyn en Gran Bretaña, renacida inopinadamente del corazón del vetusto partido laborista; como la necesaria ruptura de Syriza y el apoyo de la Unidad Popular griega; o como la lucha por confluencias y unidades populares participativas y por abajo en el Estado español. Tras todos estos procesos diversos, que se concretan en formas dispares (¡y disparatadas!), hay sin embargo que trabar una bien firme voluntad de ruptura con un orden económico y político insoportable que exige tanta innovación estratégica como firmeza de principios e incorruptibilidad de voluntades.
Profesor de sociología de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB)
@jmantentas

Fuente: Público.es