lunes, 30 de julio de 2012

GALLARDÓN EL AUTÉNTICO (Llegó Gallardón y Mandó Parar)

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peor Rafael Reig
30 de julio de 2012 24

A mí la actuación de Gallardón me parece formidable. Ya era hora. Hacía falta alguien como él.
Hasta ahora votar al PP salía gratis total. En cambio, los que votaban al PSOE  pagaban el precio (justo) de haber votado a un partido de derechas: reforma del mercado laboral, corrupción por todos lados, grandilocuencia patriótica, crímenes de Estado, malos tratos a los inmigrantes, procesiones del Corpus, desfiles militares, genuflexiones fiscales ante la Iglesia, cultura dirigida, carantoñas a Botin, en fin, la mayor desvergüenza y la más obtusa y testaruda defensa de los privilegios de los de arriba.
Los votantes del PSOE iban por ahí con la cabeza gacha y defendiendo lo indefendible, desde el GAL a los brotes verdes, desde Boyer a Bono,desde Felipe en el Azor a Bermejo de montería y las “miembras” (o como se diga) del Gobierno posando en Vogue.
Cada día traía su afán y su sapo en el plato del votante del PSOE , esa alma en pena que se agarraba a un clavo ardiendo para negar lo evidente: que había votado a la derecha.
Qué agradecimiento, qué alivio sentían esas desventuradas criaturas cuando aparecía un clavo ardiendo al que agarrarse, una guerra en Iraq o un Camps en Valencia, algo que les permitiera decir, como a los fariseos: mirad, ésa sí que es la derecha, nosotros en cambio somos buenos de verdad y además con talante.
El votante del PSOE era víctima de escarnio público (no sin razón) y sufría toda suerte de burlas malévolas y cuchufletas. A los que obtenían el ansiado cargo o subvención,se les amargaba el dulce porque el precio era demasiado alto, un sin vivir.
Sin embargo, ¡que fácil era hasta ahora votar al PP! ¡Qué elástico!¡Si salía casi gratis!  ¡Sin complejos! Sin avergonzarse. Sin comulgar con las ruedas de molino que el PSOE les imponía a sus votantes día sí y día no.
Desde que metieron en el altillo del armario a Fraga, los del PP entraron en la internáutica cultura del todo gratis. Podías votar al PP y casarte con alguien de tu mismo sexo… ¡y el propio Gallardón de otros tiempos te felicitaba! Podías votar al PP y te dejaban tener amigos negros y hasta gitanos. Podías votar al PP y considerarte un libertino, un devoto de Azaña, un ateo o hasta un intelectual independiente. Valía todo, sin complejos y gratis total.
Así estábamos hasta que llegó Gallardón y mandó parar.
Un aplauso para él, que ha puesto las cosas en su sitio.
Lo que nos viene a decir Gallardón es: vota al PP, pero atente a las consecuencias. ¿Aborto? En Londres, como siempre, si te lo puedes pagar. ¿Justicia? No fastidies, volvamos a conceptos más básicos, casi rupestres: los malos se pudren en una mazmorra y punto. ¿Derecho de defensa? Sólo si puedes costearte tu mismo los recursos ante una sentencia.
Los votantes del PSOE han pagado siempre el precio de votar a la derecha y se han comido todos los sapos, a menudo sin tiempo para masticarlos. Los votantes del PP se quedaban tan panchos y hasta citaban a Popper o a Miguel Hernández..¡La ley del mínimo esfuerzo!
En realidad, los votantes del PP han vivido muy por encima de sus posibilidades, como si votaran a un partido liberal, simpático, culto, laico y moderno. Ya era hora de que les pasaran la factura. ¿Votas al PP? Pues entonces ¿por qué no estás en misa los domingos? ¿Qué te habías creído, que esto era gratis?
Quizá Gallardón consiga que por fin estalle la burbuja.
Quizá tenga ante sí un gran futuro y una enorme responsabilidad sobre sus hombros: él podría ser el héroe que lograra la reunificación de la derecha española, ese gran PP-PSOE que reconquiste la patria. El Mesías que está esperando la derecha para hablar alto y claro con una sola voz. La Casa Común de la Derecha, esa mayoría natural que buscaba Fraga, donde ni Felipe González ni José María Aznar se sentirán incómodos, codo con codo, leyendo a Azaña y defendiendo juntos el derecho a ser millonario, como decía aquel ministro del PSOE, el que presumía de que España era el país de Europa donde más fácil era hacerse millonario.
¿Y la izquierda? Pues la izquierda volverá a ocupar su sitio. El partido del rencor, la anti-España, esos insensatos que defienden una sociedad sin clases

viernes, 27 de julio de 2012

¿HAY ALGÚN LUGAR PARA LA ILUSIÓN?




Todo es posible, pero no se hagan ilusiones
por Isaac Rosa 25 de julio de 2012 42
Les adelanto lo que va a pasar en las próximas horas, para que se les vaya haciendo el cuerpo: este jueves viviremos otro día negro, la prima se acercará a los 700 puntos, el bono a diez años superará el 8% y la Bolsa sufrirá el mayor desplome de su historia. Rajoy y su Gobierno estarán desaparecidos todo el día, el BCE repetirá que no está para arreglar los problemas de los países, desde todos los frentes se sucederán los mensajes animando a España a que pida un rescate cuanto antes, y el Eurogrupo convocará una reunión de urgencia para el día siguiente.
El viernes no amanecerá mejor: aunque a primera hora se relajará algo la prima y subirá tímidamente la Bolsa, a lo largo de la jornada todos los indicadores empeorarán, mientras el Consejo de Ministros improvisa una agresiva reforma del sistema de pensiones, un endurecimiento de la reforma laboral, y el despido de miles de trabajadores públicos. El Eurogrupo pasará la noche del viernes reunido (ya saben lo que les gusta trasnochar), rodeado de todo tipo de rumores catastrofistas.
El sábado por la mañana todos darán por hecho que el Gobierno español pedirá ese mismo día el rescate total del país, aunque los portavoces del PP y algún ministro lo negarán con rotundidad hasta que a primera hora de la tarde, desde el Ministerio de Economía, Luis de Guindos anuncie la solicitud de rescate, que por supuesto no se llamará rescate. Con un poco de suerte, el domingo por la mañana Rajoy hará una declaración a la prensa antes de marcharse a los Juegos de Londres para presenciar el España-Honduras de fútbol, mientras la prensa amiga repite que es un rescate dulce, y que ya les gustaría a los griegos.
Vale, me lo he inventado todo, pero ¿a que suena verosímil? ¿A que no encuentran imposible un escenario así, con un rescate total del país en esta misma semana? Aunque a fecha de hoy no parece probable que España vaya a pedir el rescate de aquí al sábado, nadie se apostaría una cena a que no vaya a ocurrir. Seguramente ninguno de ustedes se jugaría no ya una cena, ni un café, a que no vaya a haber rescate de aquí a septiembre, a que vaya a sobrevivir el euro, a que Rajoy aguante este año, y no digamos ya apostar a que no vaya a haber nuevas subidas del IVA, nuevas bajadas de sueldo a los funcionarios, nuevas reformas regresivas o nuevos hachazos a los pilares del Estado de Bienestar, que son ya escenarios que se dan por descontados, y de los que sólo cabe especular si serán dentro de un mes o de un año. En cuanto a la cifra de paro, la apuesta habría que situarla no ya en los seis millones, sino en los siete millones, y aun así nadie se jugaría mucho en un envite así.
Todo es posible, repetimos estos días. Todo-es-posible. Con lo que hemos visto en los últimos meses, con lo que llevamos vivido desde mayo de 2010, cualquier escenario, por insólito que parezca, se ha vuelto de repente verosímil. Si al final se cumple, nos cabreará, nos impresionará o nos asustará, pero no nos sorprenderá demasiado. Si alguien profetiza que dentro de unos meses desaparecerá el Estado autonómico, no le llamaremos loco. Tampoco nos parecería un disparate pensar en la sustitución de Rajoy por un tecnócrata (incluso circulan nombres ya), ni un retorno a la peseta que hace poco parecía impensable, o la desaparición de derechos que siempre hemos creído intocables, lo mismo la sanidad que la educación universales y gratuitas. Voy más allá: en esta Europa donde todo es
posible, no hay escenario descartable a años vista, por descabellado que parezca: lo mismo la disolución de la Unión que la llegada a algún Gobierno de un partido fascista; lo mismo un restablecimiento de fronteras que una suspensión de la democracia en un país con problemas. Hasta hay quien dice ver guerras en el horizonte, aplicando la enseñanza de anteriores crisis del capitalismo que ya sabemos dónde acabaron. A estas alturas nos podemos creer cualquier cosa, nuestra capacidad para el asombro es cada vez menor, las certezas de ayer se diluyen y lo que antes era totalmente imposible hoy como mucho es improbable, que no es lo mismo.
Todo es posible, repetimos. Todo-es-posible, todo-es-posible, todo-es-posible. ¿Todo? ¿Pero todo, todo? Hagamos la prueba con otro tipo de escenario: si les vaticino que el Gobierno endurecerá la fiscalidad a las rentas más altas y las grandes empresas, creará una poderosa banca pública, dará un uso social a la bolsa de vivienda vacía, combatirá con dureza el fraude fiscal, consultará a los ciudadanos qué medidas tomar para salir de la crisis, y conseguirá un mejor trato europeo bajo amenaza de abandonar el euro, ¿se lo creen? No, no se lo creen, no lo ven posible. Ni todas juntas, ni por separado. Les parece más verosímil pedir el rescate este sábado que adoptar cualquiera de esas medidas. Se ve que en el terreno de las políticas alternativas no funciona el “todo es posible”.
Otro intento: tras un agosto terrible, en septiembre el Gobierno cae y convoca elecciones. Ante el hundimiento de los dos grandes partidos sistémicos, los ciudadanos conseguimos presentar una gran coalición de partidos minoritarios, movimientos sociales y 15-M, ganamos las elecciones y aplicamos un programa radical contra la crisis, primer paso para convocar un nuevo proceso constituyente. ¿Lo ven verosímil? No, yo tampoco. Otro terreno donde no aplicamos el “todo es posible”.
Probemos de nuevo: les apuesto una cena a que en los próximos meses los gobiernos europeos se pondrán de acuerdo y tomarán las riendas de la crisis; refundarán la Unión con una orientación más social, serán solidarios con sus miembros en apuros, mutualizarán la deuda soberana, aprobarán un marco regulador estricto contra los excesos del sector financiero y los especuladores, y blindarán los derechos sociales y el Estado del Bienestar. Ya veo, todos me aceptan la apuesta, ya se ven cenando a mi costa. Una vez más, no todo es posible en Europa. Vemos verosímil su derrumbe, pero no su transformación a mejor.
Último intento: ¿se imaginan que los ciudadanos conseguimos unirnos en toda Europa, y extendemos una revolución por la que el capitalismo financiero, sin ayuda de los estados y falto de la impunidad de que ha disfrutado hasta ahora, acaba por hundirse dando paso a un nuevo modelo económico, más justo, más humano, menos criminal que este? Ya veo, se ríen de mí, me llaman iluso.
Conclusión obvia: el “todo es posible” sólo funciona dentro de unos estrictos límites marcados por los mismos que nos han hundido. Dentro del capitalismo, todo es posible hoy, incluso la mayor debacle. Fuera del sistema, nada es posible, ni pensarlo. Podemos imaginar el derrumbe económico, el paro masivo, la miseria, el fin de la democracia, y escenarios aún peores: la crisis energética y ecológica, la guerra; pero no nos cabe en la cabeza que “otro mundo es posible” (aquella consigna precrisis que hoy apenas se oye).
La destrucción es concebible, en todas sus variantes; la construcción de una alternativa, en cambio, es pura fantasía. De modo que todo es posible, pero sin pasarse. O más bien: ese “todo es posible” es otra muestra más del fatalismo con que nos intoxican a base de miedo y conmoción, por el que nos preparan para todo tipo de daños pero nos incapacitan para desear algo diferente. Nos aterroriza lo que hay, sí, pero han conseguido que nos asuste más intentar sustituirlo.
Y así seguirá siendo, continuaremos aceptando que determinados escenarios son no ya verosímiles sino incluso probables, mientras otros son totalmente impensables; y así seguirá mientras no nos convenzamos de que la convulsión de este fin de época no sólo debería servir para destruirlo todo, sino también para construir sobre nuevas bases; mientras no trabajemos para que el “todo es posible” que abre la crisis se convierta en una posibilidad de transformación que tal vez hoy está más a nuestro alcance de lo que lo ha estado en décadas. Aunque no nos lo creamos, aunque nos asuste, todo es posible. Todo.

jueves, 19 de julio de 2012

HAY QUE DEROGAR EL DECRETO DE RECORTES


 

MONTORO EL ECONOMISTA RECORTADOR

El Comité Central del PCA exige la
derogación del decreto del Plan de Ajuste
y llama a movilizarse el 19-J
El Comité Central del Partido Comunista de Andalucía reunido esta mañana en Sevilla
ha saludado la paralización del Plan de Ajuste solicitada por IU al Gobierno andaluz y
trasladara a esta que exija la derogación del decreto aprobado en Consejo de Gobierno,
por el que se aplicaba el Plan de Ajuste al Presupuesto de 2012. En la misma línea “de
lucha contra los recortes” llama a la participar masivamente en la movilización
convocada por CCOO y UGT para el próximo 19 de julio.
El informe presentado por el secretario general del PCA, José Manuel Mariscal, plantea
“dar la batalla” de cara a los Presupuestos de la Junta de 2013 para que estos “rompan
con la lógica de los recortes impuesta por el Gobierno del PP y la Unión Europea”. El
documento aprobado por 58 votos, 2 abstenciones y un voto en contra, que será
difundido en la página web del Partido en los próximos días, señala que la reforma
constitucional que prioriza el pago de la deuda y la ratificación del Tratado de
Estabilidad por el PSOE y el PP son “muestras del recrudecimiento de la ofensiva del
capital contra el pueblo”.
El Comité Central ha acordado difundir las siete propuestas que recoge la resolución
política aprobada hace unas semanas por la Conferencia del PCE. Este programa recoge
la exigencia de una auditoría de la deuda y su calificación como deuda ilegítima, la
reforma constitucional para que el gasto público sea prioritario al pago de la deuda, la
creación de un sistema bancario público, la reforma fiscal progresiva y la lucha contra el
fraude, la dación en pago reatroactiva y el alquiler social, una moratoria para los
desahucios y la creación de un programa de empleo para personas desempleadas sin
subsidio.
Sevilla, 15 de julio de 2012

jueves, 12 de julio de 2012

Tratado Europeo: ¿dónde está la renegociación?

 

 

 

Jean-Luc Mélenchon

Las cumbres europeas se suceden y se parecen. La de estos 28 y 29 de junio no supone una excepción, todo lo contrario. François Hollande ya había adoptado, sin embargo, compromisos muy claros en su proyecto presidencial: "Renegociaré el Tratado Europeo privilegiando el crecimiento y el empleo, y reorientando el papel del Banco Central Europeo" (compromiso n°11). Los resultados de la cumbre del 28-29 de junio están muy lejos de este objetivo.

François Hollande no ha renegociado nada del todo. La cuestión se llevaba oyendo desde el 21 de junio, en la famosa «mini-cumbre de Roma». Merkel llegó allí fuerte por la capitulación del SPD, principal aliado de Hollande en Europa, a la que llevaba dedicada desde hace varias semanas: éstos votarían por el pacto presupuestario sin que ella tuviera que ceder en alguna forma de mutualización de la deuda, la que fuera. Al igual que Mario Monti, también disponía ella de un medio de presión considerable: Alemania e Italia, a semejanza de Francia y España, tienen derecho de veto sobre la entrada en vigor del Mecanismo Europeo de Estabilidad. Ahora bien, en el primer caso, el Bundestag debía pronunciarse sobre ese mecanismo justo después de la cumbre, en el otro caso, la fecha de voto de los diputados italianos no se ha fijado todavía. La señora Merkel no cederá en nada sobre la mutualización, so pena de ver a la CDU rechazar el MEE. En lo que respecta a Mario Monti, no abandonará nada de su idea de no esperar a que se desarrolle el MEE para rescatar los títulos de la deuda italiana (como puede hacerlo el MEE) y utilizar desde ya mismo el FESF para este fin. Compensaría así el hecho de que el BCE haya dejado de lado su programa de rescate desde mediados de marzo. Por lo que respecta a Mariano Rajoy, debía evitar cuanto antes el rechazo del BCE a recapitalizar más los bancos españoles y conseguir que el FESF lo haga directamente sin llegar a hacer más pesada su deuda. Todos han logrado sus fines. Y para eso se han servido del hecho de que Hollande esté dispuesto a cederlo todo para salir de la cumbre con un «pacto por el crecimiento».

Por tanto, la UE se ha dotado en realidad de un «pacto por el crecimiento y el empleo». No hay nada de nuevo en ello. Volvemos a encontrar las orientaciones fijadas por doce jefes de Estado y de gobierno de derechas que la cumbre europea de marzo, o sea, el señor Sarkozy, había adoptado. Profundización del mercado único, completa puesta en marcha de la directiva de servicios, profundización del mercado único de la energía, aplicación  de las «nuevas herramientas de gobernanza económica» (el famoso «6 pack» -es decir, poner bajo tutela los presupuestos del Estado y las sanciones financieras-, el Semestre europeo, el Pacto por el euro plus), adopción rápida del «2 pack » (que hace entrar en el derecho europeo lo esencial de las disposiciones del pacto presupuestario e incrementa el poder de la troika sobre los estados en dificultades), aceleración del establecimiento de zonas de librecambio, sobre todo transatlántico, ¡ahí está todo!   

Evidentemente no es en eso en lo que François Hollande ha puesto el acento. Plantado por sus camaradas del SPD alemán en los eurobonos, ya no podía valerse de gran cosa. Poco importa, ha sacado pecho. «Hay nuevos instrumentos» ha explicado antes de enumerarlos. Los «project bonds» para empezar. 4.500 millones. En lo referente, Hollande tiene razón en un punto: estos project bonds se establecerán por vez primera este verano. Pero esto nada tiene que ver con su intervención: ya se han discutido en los arcanos europeos y los ha validado el Parlamento Europeo. Enseguida ha tenido que reconocer que «no se trata de nada nuevo» en el momento de anunciar la recapitalización del BEI. 70.000 millones. En cuanto al resto ni siquiera ha tenido la desfachatez de pretender que había algo nuevo: todo vendrá de la reasignación de fondos estructurales no gastados, es decir, de sumas ya previstas en el presupuesto europeo. Nótese que respecto a estos fondos que pueden gastarse hasta 2013 por parte de las localidades, habrá que esperar probablemente para reasignarlos y decidir, llegado el caso, en detrimento de qué proyecto podrá hacerse esa reasignación. Queda la tasa sobre las transacciones financieras de la que se jacta François Hollande que «busca los países voluntarios para aplicare esta tasa». Se trata de una vergonzosa mentira: en febrero de este año, nueve estados (Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Austria, España, Finlandia, Grecia y Portugal) han presentado un informe para aplicar juntos esta tasa a título de cooperación reforzada.

Lo que no ha dicho François Hollande es que esa cumbre europea clausuraría el Semestre europeo 2012. Conforme a las reglas de este «Semestre », se habían decidido ahí las reformas que deberán realizar los diferentes gobiernos so pena de sanción. François Hollande ha aceptado sin rechistar dar por válidas las «recomendaciones» que la Comisión Europea había hecho a Francia a finales de mayo, a saber, entre otras: mayor rigor presupuestario, continuación de la reforma de las jubilaciones, mantenimiento del IVA social, liberalización sobre todo del sector servicios y de transportes, desregulación del mercado de trabajo…Un concentrado de sarkozysmo.

Sin embargo, después de esta Cumbre, François Hollande se ha atrevido a afirmar que «se ha reorientado Europa tal como convenía». Ha explicado que para él el pacto presupuestario, el pacto por el crecimiento y el impuesto a las transacciones financieras constituyen un «marco global y coherente». La única coherencia que se desprende de ello es, no obstante, una visión austeritaria. La de una federalización autoritaria que no crea la menor institución democrática. La creación de un Parlamento Europeo que disponga, como todo parlamento digno de este nombre, de poder de iniciativa legislativo no está siempre a la orden del día, no más que la participación acrecentada de los parlamentos nacionales en la formación del derecho europeo. Y ni pensar en consultar a los pueblos sobre este nuevo giro de envergadura de la construcción europea. El presidente ha anunciado que presentaría conjuntamente los pactos por la austeridad y por el crecimiento así como el pacto que instituye una tasa sobre las transacciones financieras en el Parlamento, y que no pensaba que pasaran por un referéndum. Ni siquiera el pacto presupuestario que pretendía renegociar. Como señal de la poca confianza en la "renegociación" prometida por Hollande, a continuación de los diputados socialdemócratas portugueses y daneses, los diputados del SPD alemán, principal aliado de François Hollande, han votado por este pacto, con 23 excepciones.

Más que nunca, es urgente hacer campaña por otra Europa y luchar por conseguir un referéndum sobre el pacto Merkozy.

Traducción para www.sinpermiso.info:  Lucas Antón

miércoles, 11 de julio de 2012

ÉTICA DE LA RESISTENCIA

ETICA DE LA RESISTENCIA

José María García-Mauriño
Julio 2012




TRISTE LABOR POLICIAL



No es fácil mantenerse firme, de pie, cuando se derrumban tantas cosas a nuestro alrededor. El panorama es desolador. Podemos comprobar que formamos parte de esa mayoría, el 99% de los 7.000 millones de personas del planeta tierra. Una mayoría que está gobernada y sometida al dictamen de ese ridículo 1%, formado por 120 mercados y sólo 125 personas, no elegidas democráticamente y que son los amos del mundo. Son datos recientes de la ONU.
Concretamente, en nuestro país, políticos y empresarios engordan sus arcas mediante una corrupción rampante, nos hunden en la miseria dejando a cientos de miles sin casa e incrementando sin límite la explotación, aumentando jornadas de trabajo, reduciendo salarios e instaurando la ley de la selva en las relaciones laborales. Nos condenan al paro masivo y nos arrancan servicios públicos - duramente conquistados – mientras financian con dinero público una enseñanza y sanidad cada vez más privatizadas.
El rescate de 100.000 millones de euros no es más que un secuestro dirigido a apropiarse de toda la riqueza que producimos cada día y que pagaremos con más recortes de las pensiones y decenas de miles de despidos. Detrás de este rescate vendrá otro, hasta que acaben con cualquier resto de humanización de la vida económica sin que les tiemble la mano.

Se trata de una vergonzosa impunidad que existe en este país donde a los ricos se les aplican amnistías fiscales, y a los pobres se les hace pagar todo el peso de la crisis; donde se rescata con desorbitadas cantidades a los bancos mientras se les permite desahuciar a cientos de miles de familias; donde un juez de jueces se va de fiesta, o un rey de cacería, o su yerno nos roba y sus gastos nos los cargan al erario público; donde se recortan los servicios sociales básicos mientras se pagan jubilaciones e indemnizaciones multimillonarias, o donde quienes nos gobiernan lo hacen para las empresas en las que ellos mismos acaban cobrando como consejeros.
Ante esta perspectiva, buscamos una resistencia racional de la que pueda esperarse un influjo positivo en el despertar de la conciencia de una sociedad abrumada por el dolor, la injusticia y la incertidumbre de muchísimos millones de seres humanos. Una ética que le falte el sentido crítico o la dimensión histórica no es una ética viva. Desgraciadamente, la muerte y la violencia, las guerras, son el espectáculo diario, Proponemos una visión positiva que contempla la Vida como una decisión radical de resistencia. Frente a una ética derrotista, que se pregunta ¿para qué una ética? proponemos una ética vitalista, marcada con el sello del realismo optimista, del entusiasmo por emprender la reconstrucción de los valores básicos como el valor de la vida, de la honestidad, de la libertad, del amor, y sobre todo de la justicia, es decir, la realización de ideales de transformación y cambio, de la confianza en que este estado de cosas tiene que cambiar. La crisis profunda demuestra la necesidad de realizar cambios elementales en la organización de la economía. No queremos una sociedad “líquida”, sin consistencia, sino una sociedad justa en la que se viva la solidez de unas relaciones humanas basadas en los Derechos Humanos. No podemos, no queremos, que este sistema siga aplastando a la humanidad. Seguimos teniendo capacidad de reaccionar y de resistir colectivamente.
Resistir es oponerse a este estado de cosas con una conciencia crítica que desafía a los medios engañosos de la prensa, radio y TV. Es decir, una ética que se asienta en valores éticos y movilizaciones populares. El poder ya no está en el parlamento, está en la calle, en la fuerza que da la mayoría, con la conciencia que proporciona una unión organizada propia. Resistir es poner fin a las políticas de recortes y, en especial, a los acuerdos con la troika (FMI, BCE y Comisión europea) que reclaman más despidos masivos de empleados públicos, reducción de prestaciones sociales y recortes en salarios mínimos y pensiones.
Resistir es tratar de imponer una serie de medidas de emergencia para evitar la quiebra económica. Está absolutamente claro que los banqueros y gobiernos europeos quieren castigar a España por las transgresiones de su «pacto de austeridad». España debería suspender el pago de la deuda, imponer férreos controles al capital y congelar los depósitos bancarios para evitar la fuga de capitales ante el recorte de financiación de la troika.
Resistir es aguantar, soportar a pie firme, nunca darse por vencido, venga lo que venga, y luchar, luchar y luchar incansablemente.. Con la que está cayendo, ellos no se mojan, se ponen el impermeable del dinero, y les resbala todo, nosotros nos mojamos, estamos empapados pero les hacemos frente con la cara levantada. Somos mayoría.
Resistir es luchar por conseguir un amplio respaldo mediante muchas organizaciones obreras, de base dinámicas y la máxima cohesión de los distintos movimientos sociales. Una denuncia clara y directa de la corrupción y el saqueo de los partidos dominantes (PP y PSOE) y conseguir un colectivo global con las «manos limpias», en un amplio abanico de clases sociales, regiones y grupos generacionales.
Resistir es convocar y hacer una Huelga General indefinida… Hay que tener en cuenta que la mera profundidad de la crisis, el saqueo absoluto y el vaciado de las arcas por parte de la clases dominantes y el desmantelamiento de la totalidad del sector productivo y la transferencia de miles de millones de euros al extranjero por la clase rentista millonaria, han generado un clima extraordinariamente difícil para poner en marcha la necesaria transformación. Pero, a pesar de todo, podemos y debemos unir fuerzas para garantizar la soberanía de la nación rechazando los dictados de la Troika. Las nuevas prioridades sociales requieren recortes drásticos en el presupuesto militar: bases, OTAN y adquisición de armamento.
Recordemos la Resistencia francesa frente a la invasión nazi del siglo pasado.

jueves, 5 de julio de 2012

Balance de la Cumbre UE de 28/29 de junio de 2012: Una buena decisión que, probablemente, no servirá para nada

 

Mario  Monti “el técnico”

 

 

Yanis Varoufakis · · · · ·

La señora Merkel fue a Bruselas con la intención de matar dos pájaros de una pedrada, coger su bolso y volver a Berlín sin más preámbulos. La piedra era el grandilocuente “Pacto por el Crecimiento”, que no es otra cosa que un re-empaquetado falso de los Fondos Estructurales y del BEI ya existentes (a los que se suman unos míseros 10.000 millones de euros). Los dos pájaros eran, respectivamente, el SPD, su oposición doméstica (que había puesto como condición para apoyar la ratificación del MEE algún "avance" en las políticas crecimiento), y el Sr. Hollande (que también necesita algo que se parezca a un Pacto por el Crecimiento para endulzar la amarga píldora del Pacto Fiscal que tienen que tragarse sus votantes).

La primera parte de la Cumbre se fue en la discusión de este intrascendente “Pacto por el Crecimiento”. Cuando ya los tenían en el bolsillo, el señor Van Rumpoy y la señora Merkel intentaron cerrar el tema limpiamente, esperando con ello concluir la cumbre sin más. Fue en ese momento cuando el Sr. Monti recogió el envite y descubrió el farol de la Canciller. En efecto, amenazó con bloquear la Cumbre cuanto tiempo hiciera falta hasta que no se alcanzasen dos acuerdos: el primero, la recapitalización directa y la supervisión de los bancos por parte del FEEF y el BCE, tal y como habíamos sugerido en nuestra “Modesta propuesta” de hace dos años (1). El segundo, el acceso directo de Italia (y presumiblemente de otros países) a la financiación del FEEF (es decir, que el FEEF pueda comprar bonos italianos en el mercado primario). Naturalmente, la señora Merkel se resistió. Pero, como para demostrar una vez más que su obstinación fue siempre tan débil como el papel, en el momento en que España y Francia se colocaron del lado de Italia, cedió. El resultado fue el primer acuerdo del Consejo de la UE sensato desde que estalló la crisis.

Dicho esto, cualquier celebración es prematura. En primer lugar, la señora Merkel no ha dicho su última palabra. Como ya ha pasado antes, este nuevo papel del FEEF (y del BCE, en relación con su nueva función de supervisión bancaria) puede ser desvirtuado por el Parlamento Federal de Berlín, el Tribunal Constitucional alemán, o en los oscuros corredores del poder en Frankfurt, Berlín o Bruselas. En segundo lugar, incluso si el acuerdo es puesto en practica y no es desvirtuado, se trata sólo un pequeño paso. Servirá para poco, a menos que se trate la toxicidad del FEEF (ver el punto Política 2 de nuestra “Modesta propuesta”, como un ejemplo de cómo podría hacerse) y se abra el grifo para llevar a cabo una auténtica política de crecimiento (un New Deal para Europa, como nos gusta llamarlo en el punto Política 3 de la “Modesta propuesta”).

En un artículo del pasado mes de agosto, expliqué por qué el FEEF es tóxico y la razón por la cual o bien no tendrá suficiente dinero para la tarea encomendada (como ocurre hasta el momento) o, si se le permite recaudar el dinero suficiente (a través de la emisión de bonos tipo CDO –Obligaciones de Deuda Colaterales), el impacto de su hallada nueva "riqueza" situaría otra vez a la zona euro ante un repetido circulo vicioso de efecto dominó. Por razones estéticas, reproduzco el diagrama que utilicé para explicar mi análisis entonces. Para el análisis completo, ver Why Italy? Why Spain? And why the EFSF’s size does not matter

Conclusión

En conclusión, la zona del euro no esta aun fuera de peligro. La Cumbre de la UE tomó una decisión importante que le permitirá a Europa ganar unos cuantos meses. Lo esencial de esa decisión fue racionalizar el uso de los fondos del FEEF. Por desgracia, la vía para recaudar fondos del FEEF sigue siendo irracional y conduce a una repetición a medio plazo del efecto dominó que, esa vez, empujará a Francia al borde del acantilado. O, para decirlo de otra manera, y en términos de nuestra “Modesta propuesta”, Europa decidió ayer adoptar en lo fundamental el punto Política 1. No ha hecho nada en relación con Políticas 2 y 3 (sin la cuales Política 1 es un callejón sin salida). Aunque pueda ser satisfactorio presumir de que "Política 1 en marcha, 2 y 3 a la espera” ", mucho me temo que, para decir la verdad, el balance correcta sería: Política 1 en marcha, pero Política 2 y Política 3 no están aun ni encima de la mesa y Política 1 es probable que acabe convertida en polvo, machacada parlamentaria, constitucional y burocráticamente, como consecuencia revanchista de la derrota táctica de la señora Merkel.

Epigramática: por primera vez una cumbre de la UE adoptó una decisión sensata que, sin embargo, es poco probable que mantenga unido al euro. No a menos que esta decisión se aplique con rapidez y anuncie la adopción de las otras dos decisiones sin la cuales es papel mojado.

 

Yanis Varoufakis es profesor de Economía en la Universidad de Atenas.

Traducción para www.sinpermiso.info: Gustavo Buster

Y la nave Grecia va: carta ficticia a un colega italiano



Federico Fellini,  “La nave va….”


Yanis Varoufakis · · · · ·

“Mientras las elites vacilan, enredan y manipulan, con Atenas, Roma, Madrid, Lisboa y Dublín en llamas, las sociedades se precipitan en un lodazal en el que desaparece la esperanza, se desvanece el horizonte, se malbarata la vida y los únicos ganadores son los misántropos, los ‘odiadores’, los cazadores de chivos expiatorios en formas de alien, el judío, el ‘diferente’, el ‘otro’. A medida que se apagan, literalmente, las luces en mi país, con familias que optan por desconectarse de la electricidad para poder poner un plato de comida en la mesa, bandas de matones ‘patrullan’ las calles en busca del ‘enemigo’. La ideología nazi recibe otra oportunidad, como el hambre y la desposesión, para infectar, una vez más, nuestro tejido social. Y a medida que nuestras instituciones, nuestros sindicatos obreros, nuestras normas y organizaciones culturales se están volviendo conchas vacías, poco, si algo, se atraviesa en el camino de esos fanáticos, los racistas, los explotadores del sufrimiento y el desvalimiento universales. Y hete aquí que el huevo de la serpiente está incubándose de nuevo en la Europa de hogaño, y por las mismas razones que en la de antaño.”
 

 
Hace unas cuantas semanas, Andrea Adriatico, un director teatral de los Teatri Di Vita de Bolonia, me vino con una interesante propuesta: ¿podría escribir una “carta” a algún ficticio profesor italiano de economía describiendo como de colega a colega la “situación” griega, según la experimenta un profesor griego de economía? Esa carta sería leída como parte de una pieza titulada Cuore di… Grecia [Corazón de… Grecia]. Me intrigó el asunto, y le dije que lo haría. Lo que sigue es la “carta” que terminé escribiendo. La primera representación de la obra está prevista para fines de julio.
Querido colega,
Como usted, supongo yo, crecí con las imágenes en blanco y negro de películas que describían una Europa meridional en pugna por recuperarse de la calamidad del tiempo de entreguerras.
Como usted, mi cabeza rebosa de imágenes de gentes batalladoras, de cuyas cuitas y afanes nacieron oleadas de emigrantes italianos y griegos hacia destinos remotos, así como películas del tipo Ladri di biciclette y otras griegas parecidas, en las que se construían secuencias cómicas en torno a las tribulaciones de un hombre hecho y derecho por hacerse con un pastel de queso o un plato de postre. Sin embargo, llegó un tiempo en que no era tan fácil evocar la pobreza y desposesión que conferían a esas secuencias cómicas su mordaz patetismo. Nuestras sociedades, Italia y Grecia, fueron alejándose de la tradición cultural de De Sica, Fellini, Koundoros y Kakoyiannis, hasta abismarse en el agujero negro de la vulgaridad berlusconiesca. Durante esos años de “crecimiento” y consumo, muchos de nosotros abrigábamos la esperanza de que nuestras sociedades encontrarían en sí mismas la capacidad para redescubrir el equilibrio perdido; para combinar la barriga llena con el gusto por un cine decente y preferirlo a los groseros espectáculos televisivos de chismorreo exhibicionista.
Pero, ¡ay!, no nos fue dado conseguirlo. Antes de lograr ese equilibrio –suponiendo que pudiera haberse lograrse—, nos golpeó el 1929 de nuestra generación. Ocurrió en 2008, cuando, exactamente igual que en 1929, colapsó Wall Street, la moneda común de la época (el Patrón Oro en 1929, el euro en 2010) empezó a flaquear y muy pronto nuestras elites fracasaron espectacularmente a la hora de responder racionalmente a la marcha triunfante de la Crisis. Dos cortos años después de que la crisis golpeara a mi país, Grecia, nos descubrimos a nosotros mismos, una vez más, capaces de conectarnos con las secuencias cómicas de las películas de los 50 y los 60 y el anhelo de un pastel de queso y el sueño de un postre.
Cuando estudiaba teoría económica en mi juventud, recuerdo haber tenido graves dificultades para entender porqué los gobiernos de entreguerras, de 1929 en adelante, habían fracasado de modo tan rotundo a lo hora de contrarrestar el malestar económico que tan trágicamente nos condujo a la II Guerra Mundial. Leía sobre el compromiso del presidente Hoover con la drástica reducción del gasto público y la no menos drástica bajada de salarios mientras la economía estadounidense estaba implotando, y no podía entender yo cómo pudieron sus distinguidos asesores aconsejarle tamaña idiocia. Me negaba simplemente a creer que se tratara de mala gente que deseaba el mal de sus compatriotas. Pero, al mismo tiempo, no podía entender cómo hicieron para convencerse a sí propios de que sus acciones podían aliviar a sus sufrientes y dolientes votantes.
Bien, han pasado muchos años desde entonces y, luego de tanto tiempo, he entendido. Viendo a nuestro gobierno en Grecia desde la erupción de la crisis de la deuda, observando las vacilaciones de los dirigentes europeos, librados a una política calamitosa tras otra, logré finalmente entenderlo. Se trata, así puede pensarse, de algo no tan distinto de lo que ocurrió en los EEUU a fines de los 60 y principios de los 70. Dentro del Pentágono, unos generales inteligentes entendían perfectamente bien que la guerra norteamericana en Vietnam no podía ganarse. Que enviar más tropas para luchar en las junglas, bombardear con más bombas de NAPALM a los vietnamitas, multiplicar en general el esfuerzo de guerra, era un despropósito. Ahora sabemos perfectamente, por cortesía de Daniel Ellsberg y sus esfuerzos heroicos, que sabían perfectamente bien, tomados de uno en uno, y aun en pequeñas comidillas, que las suyas eran vías muertas. Y sin embargo, les resultaba imposible coordinarse unos con otros, sintetizar sus estimaciones y acordar de consuno un cambio de rumbo. Un cambio que habría salvado miles de vidas norteamericanas y centenares de miles de vidas vietnamitas, por no hablar de enormes cantidades de dinero. Algo parecido está ocurriendo en Atenas, en Roma, en Berlín y en Paris ahora mismo. No es que los miembros de nuestras elites no puedan ver que Europa es como un tren que está descarrilando a cámara lenta, con Grecia de primer vagón que se sale de la vía, seguido de Irlanda y Portugal, que arrastran al descarrilamiento de los grandes vagones que van detrás: España, Italia, Francia, y finalmente, la propia Alemania. No. Yo creo que el ojo de su espíritu lo ve, al menos tan perspicuamente como los generales estadounidenses podían anticipar las escenas finales en Saigón: con los helicópteros rescatando en vuelo a los últimos ciudadanos norteamericanos que esperaban en los tejados de la embajada de los EEUU. Pero, exactamente igual que a los generales estadounidenses, les resulta imposible coordinar sus puntos de vista y dar con una respuesta política razonable. Ninguno de ellos se atreve a hablar cuando entra en la sala de conferencias en que se toman las decisiones importantes, no fueran a verse acusados de “blandengues” o de “extraviados”. De modo que se mantienen silentes cuando Europa está ardiendo, esperando contra toda esperanza que el fuego se extinguirá por sí mismo, a sabiendas, en el fondo más hondo de su corazón, de que no ocurrirá tal cosa.
Mientras ellos vacilan, enredan y manipulan, con Atenas, Roma, Madrid, Lisboa y Dublín en llamas, las sociedades se precipitan en un lodazal en el que desaparece la esperanza, se desvanece el horizonte, se malbarata la vida y los únicos ganadores son los misántropos, los “odiadores”, los cazadores de chivos expiatorios en formas de alien, el judío, el “diferente”, el “otro”. A medida que se apagan, literalmente, las luces en mi país, con familias que optan por desconectarse de la electricidad para poder poner un plato de comida en la mesa, bandas de matones “patrullan” las calles en busca del “enemigo”. La ideología nazi recibe otra oportunidad, como el hambre y la desposesión, para infectar, una vez más, nuestro tejido social. Y a medida que nuestras instituciones, nuestros sindicatos obreros, nuestras normas y organizaciones culturales se están volviendo conchas vacías, poco, si algo, se atraviesa en el camino de esos fanáticos, los racistas, los explotadores del sufrimiento y el desvalimiento universales. Y hete aquí que el huevo de la serpiente se está incubando de nuevo en la Europa de hogaño, y por las mismas razones que en la de antaño.
Su país y el mío comparten mucho más de esta triste historia de lo que nos preocupamos por admitir. Antes de la Guerra, nuestras sociedades engendraron y toleraron regímenes fascistas. Es verdad que vuestro Mussolini y nuestro Metaxas terminaron haciéndose la guerra, pero ambos fueron producto de fracasos políticos y desastres económicos que resultan inquietantemente similares al compartido destino de nuestros dos países hoy. Bien sé que en la Europa de nuestros días se anda al estricote con una extraña y aviesa geografía: Irlanda se esfuerza penosamente en argüir que no es Grecia, Portugal en sostener que no es Irlanda, España grita a campana herida que no es Portugal y, ni que decir tiene, Italia quiere darse a entender que no es España. Yo le propongo a usted que dejemos de lado esa idiota negación del malestar que nos es común. Desde luego que Italia no es Grecia; sin embargo, el atolladero en que más y más se ve metida Italia mientras yo le escribo estas líneas no puede separarse de modo fértil del atolladero en que se encuentra mi país. Puede que nuestra enfermedad venga acompañada con el síntoma de una fiebre más alta que la que sufren ustedes, pero –créame— se trata del mismo virus. Su fiebre llegará mañana al nivel que tenemos nosotros ahora.
Mucha gente que conozco fuera de Grecia, incluidos varios colegas economistas, cometen el error de pensar que lo que está experimentando Grecia es una recesión profunda. Déjeme decirle que esto no es una recesión. Es una depresión. ¿Cuál es la diferencia? Las recesiones son meras desaceleraciones. Períodos de reducida actividad económica y aumento del desempleo. Como usted y yo enseñamos a nuestros estudiantes, las recesiones son al capitalismo lo que el infierno al cristianismo: algo desagradable pero esencial para el funcionamiento del “sistema”. Los períodos de recesión pueden ser redentores, en el sentido de que “descartan” del eco-sistema económico lo menos eficiente, las empresas que realmente no deberían seguir activas en el mundo de los negocios, los productos pasados de moda, las técnicas productivas obsoletas, en fin, y para servirnos de una metáfora, los dinosaurios.
Sin embargo, lo que está en curso en Grecia no es una recesión. Aquí todo el mundo se va a pique. Lo eficiente, no menos que lo ineficiente. Lo productivo y lo improductivo. Las empresas potencialmente rentables y las empresas con pérdidas. Conozco fábricas que exportan todo lo que fabrican a consumidores satisfechos con sus productos, con listas de pedidos saturadas y una larga historia de rentabilidad; y sin embargo, se hallan al borde de la bancarrota. ¿Por qué? Porque sus suministradores extranjeros no aceptan sus garantías bancarias, necesarias para surtirles del material que necesitan: nadie se fía ya de los bancos griegos. Pero con los circuitos del crédito perfectamente quebrados, esta Crisis está hundiendo todos los barcos, destruyendo todos los esquifes, llevando al naufragio a la sociedad toda. Y cuanto más recortamos los salarios, cuanto más subimos los impuestos, cuanto más reducimos los subsidios de desempleo, tanto más hondo se hace el agujero en que nos estamos hundiendo todos. Si alguien quisiera aclarar el concepto de círculo vicioso, la Grecia de hoy sería el ejemplo perfecto de estudio.
Entre usted y yo, de profesor de economía a profesor de economía, necesito compartir un hondo sentimiento de vergüenza por nuestra profesión. Ya sabe usted que otros académicos suelen compararnos a los sismólogos, y bromear a cuenta de que somos tan inútiles como ellos a la hora de predecir el fenómeno que está en el núcleo de nuestras respectivas disciplinas. No les falta razón. Como profesión, jamás hemos logrado alertar ex ante al mundo de un “terremoto” en ciernes. Puede que lo hayan hecho algunos economistas aislados, pero también los relojes parados dan correctamente la hora dos veces al día. No; como cuerpo de “científicos” hemos demostrado ser tan malos como los sismólogos a la hora de decirnos dónde, cuándo y con qué fuerza se producirá el próximo terremoto. Sólo que nosotros somos mucho, pero mucho peores que los sismólogos.
Piense en esto: detrás de cada CDO tóxico, detrás de cada ingeniería financiera letal, asomaba alguno de esos prístinos modelos que construimos nosotros. Detrás de cada política económica responsable del (pretendido) “crecimiento” tipo Ponzi anterior al crash de 2008, puede siempre encontrarse algún celebrado y bien respetado economista que suministró la cobertura ideológica de la política finalmente adoptada. Detrás de cada medida de austeridad que hoy sofoca a nuestras sociedades, hay también algún colega académico nuestro, cuyos modelos y teorías suministran a los poderes existentes la audacia necesaria para infligir a sus pueblos el azote de esas políticas. En suma: usted y yo somos culpables del sufrimiento de nuestros compatriotas griegos e italianos. Aunque nosotros no creemos en esos particulares modelos, la verdad es que no hemos hecho lo bastante para alertar al mundo de su toxicidad. Somos, pues, culpables.
La semana pasada, una alumna mía, enferma de cáncer, no pudo ya conseguir los fármacos quimioterapéuticos de los que depende, a causa del colapso de los contratos del Estado griego con los farmacéuticos (que están en lucha porque el Estado no les paga desde hace 18 meses). Varios de sus antiguos profesores (todos economistas) hemos puesto dinero en común para poder pagar en efectivo los fármacos. Útil y solidario como es el gesto, no nos exonera. Somos tan culpables como antes del ademán deferente. Pues fuimos nosotros los que les explicamos a los estudiantes la eficacia de los mercados financieros, los que permitimos que la era de la financiarización con esquemas Ponzi de tipo piramidal se conociera con el nombre de La Gran Moderación, los que pedíamos a nuestros alumnos fe en la capacidad de las instituciones financieras para asignar precios adecuados al riesgo: estábamos sentados de brazos cruzados, mientras nuestros estudiantes leían libros de texto que los que, negro sobre blanco, se contaba la gran mentira de que los mercados se autorregulan y que lo mejor que el Estado puede hacer es no atravesarse en el camino su camino y dejarles obrar por sí propios el milagro. Sí, mi querido colega, nuestras cabezas deberían estar colgadas de la horca de la vergüenza. Aun en el caso de que haber puesto individualmente objeciones expresas al “saber” convencionalmente recibido del gremio.
Antes de terminar esta carta, me gustaría evocar una última imagen que permite describir cómo se siente ahora mismo mi pueblo, el pueblo de Grecia. ¿Se acuerda usted de la brillante película de Fellini E la nave va? ¿Se acuerda de los refugiados de guerra tirados en cubierta y tratados como una molestia por la tripulación? No sigo, porque estoy seguro de que recuerda usted perfectamente la magistral descripción de Fellini. Pues bien; así es como los griegos se sienten hoy, y con buenas razones, dado que tienen que sufrir el papel del chivo expiatorio como primera ficha en caer que son de la larga cadena de dominós que amenaza a toda Europa con la versión postmoderna de una abominable época pasada.
Triste y cordialmente suyo,
Yanis Varoufakis es un reconocido economista greco-australiano de reputación científica internacional. Actualmente, es profesor de política económica en la Universidad de Atenas.
Traducción para www.sinpermiso.info: Antoni Domènech